Autlán de Navarro, Jalisco.- En los últimos 14 años, la urbanización sobre zonas agrícolas y márgenes de los arroyos en el municipio de Autlán, incrementó en un 120 por ciento, este elemento -junto con otros más- incidió en el desbordamiento del arroyo El Cangrejo, de acuerdo al Informe sobre la Avalancha de piedra y lodo que afectó a la Comunidad de El Jalocote, municipio de Autlán, Jalisco, el 25 de septiembre de 2023 realizado por expertos del Centro Universitario de la Costa Sur.
La cuenca del arroyo El Cangrejo desde hace varias décadas ha vivido varias transformaciones socioambientales caracterizadas por una alta complejidad social, económica, ecológica y político-institucional. Los factores que explican esta complejidad según el documento, son: “la urbanización, el manejo de agua y la aplicación de prácticas agroindustriales en la agricultura que ha desplazado las prácticas sustentables de la agricultura familiar y por ende la sustentabilidad agropecuaria”.
Específicamente lo que concierne al tema de urbanización, el informe señala que en el municipio de Autlán, los procesos se han caracterizado por una falta de planeación racional que ha derivado en un “ocupación espontánea” de áreas dedicadas a actividades agrícolas o en su caso zonas federales, colindantes con los arroyos.
Este crecimiento que duplicó la urbanización en el caso específico de esta cuenca, invadió zonas agrícolas, laderas de las montañas y la zona de ribera del arroyo El Cangrejo.
“La construcción de casas de descanso no ha impactado sobre el servicio del agua, pero sí sobre el ecosistema del arroyo… pero la urbanización debido a la inmigración ha hecho proliferar los asentamientos irregulares afectando la cobertura, continuidad y calidad del servicio de agua”, se lee en el informe.
Los impactos de la urbanización en la cuenca son: sobreexplotación del agua, invasión de las riberas y modificación del cauce.
Daños en Autlán por el desbordamiento de El Cangrejo
El desbordamiento del arroyo El Cangrejo dejo nueve personas muertas y una mujer de 50 años de edad aún desaparecida.
De acuerdo al dictamen emitido por la Unidad Estatal de Protección Civil Jalisco sobre el desbordamiento, los daños materiales fueron 13 viviendas totalmente destruidas y 21 más con daños.
Además, en la infraestructura pública también reportaron daños, la dependencia estatal confirmó afectación en cinco puentes peatonales, dos líneas de suministro de agua potable y seis vados provisionales y la Escuela Secundaria Técnica 7, con daños en el patio.
El municipio de Autlán estaba recién en el proceso de restauración de los daños, cuando quince días después el 10 de octubre el huracán Lidia lo azotó nuevamente, sumando más afectaciones materiales a las que se habían contabilizado anteriormente.
Ahora la población, entre quienes perdieron sus viviendas, menaje, negocios y cosechas siguen buscando las maneras de reponerse.
San Gabriel fue una advertencia, pero nadie tomó precauciones en El Jalocote

Uno de los argumentos que resuena a lo largo del documento es el hecho de que fenómenos similares como el ocurrido en San Gabriel en 2019 advertían sobre la necesidad de tomar ciertas precauciones que desde la perspectiva de la sociedad civil organizada y la propia academia, no se contempló debidamente por parte de la autoridad, ni estatal ni municipal.
Ante este nuevo desastre resulta esencial que de manera interinstitucional se trabaje para generar estrategias y acciones de prevención efectivas que incidan en el hecho de que no haya otra desgracia que implique pérdida humanas y materiales de este nivel.
Como parte de las recomendaciones, en lo que se refiere al monitoreo y la alerta temprana se sugiere:
- Establecer un sistema de monitoreo continuo del clima y las condiciones del suelo para detectar patrones climáticos que puedan desencadenar avalanchas de piedras y lodo.
- Implementar un sistema de alerta temprana que permita a los residentes recibir notificaciones rápidas y precisas en caso de un aumento repentino del riesgo, permitiéndoles tomar medidas preventivas.
- Actualizar los mapas de riesgo para el municipio, definiéndolos en base a su nivel de riesgo y con zonas debidamente definidas.
- Identificar las zonas de invasión de la zona federal y zonas de alto riesgo y tomar las medidas legales para su corrección.
Las recomendaciones incluyen otros seis apartados donde uno de ellos se refiere al tema del trabajo interinstitucional, donde justo se reitera la participación de la Universidad de Guadalajara junto con las organizaciones civiles ecologistas y el propio gobierno para generar estrategias.