Por: Ángeles Claustro
Autlán de Navarro, Jalisco. 15 de abril del 2022.-(Letra Fría) Luego de que suspendiera por dos años la Judea en Ahuacapán por COVID-19, esta mañana bajo un intenso sol, la puesta en en escena de la Pasión de Cristo recordó estos momentos en la historia del catolicismo.
A las 9:00 horas, el grupo de teatro de SEGLAR interpretó cuando a Jesús lo llevan al juicio y es condenado a muerte, ahí comienza su calvario de azotes. Enseguida la multitud de gente que miraba entretenida se paró de sus asientos para comenzar hacer fila para iniciar con el viacrucis viviente.
Con una camioneta al inicio de la fila, que ambientaba cada estación, las más de cien personas comenzaron a caminar y a recorrer las calles, la primera que transitaron fue la calle 20 de noviembre, enseguida tomaron la calle Morelos.
Comienza el calvario hacia su cruxifición. En la segunda estación los soldados romanos le entregan la cruz que deberá ir cargando durante todo su trayecto hacia donde será crucificado. En la tercera estación Jesús cae por primera vez, los soldados lo golpean para que se levante y continúe con su trayecto.
En la cuarta estación, Jesús en su recorrido encuentra a su madre María quién sufre por verlo cargando la cruz a cuestas y siendo golpeado por los soldados romanos, se acerca y poco después la retiran para qué Jesús continúe con su camino.
La quinta estación.
la historia cuenta que en esta estación Simón le ayuda a cargar la pesada cruz que lleva a cuestas, sin embargo, aquí fue más de una persona la que pudo ayudar a cargar la cruz, hombres, mujeres, niñas y niños fueron partícipes.
En la sexta estación y con un Jesús ya muy cansado del recorrido, la Verónica decide acercarse a él para limpiar su rostro ensangrentado, los soldados romanos la dejan acercarse y limpia el rostro con una manta blanca, cuando se da cuenta que en la manta aparece el rostro de Jesús.
En la séptima estación derivado del cansancio, Jesús cae por segunda vez, los soldados romanos ayudaron a levantar a Jesús y golpeando se pudo levantar para continuar el camino aún largo para llegar al lugar de la crucifixión.
Durante el viacrucis en las esquinas se encontraba gente regalando vasos de agua para las personas que venían integrando el recorrido. El sol ya calaba en el rostro de los actores y espectadores.
Octava estación.
Jesús continua con paso lento y cansado, ahí las mujeres de Jerusalén comenzaron a llorar y suplicar por él, sin embargo, Jesús las consuela y les pide no llorar más por él.
La tercera caída de Jesús llegó en la novena estación, ahí el señor volvió a caer cansado y sin fuerza de continuar, mientras los soldados romanos le gritaban que se levantara y siguiera caminando.
Décima estación.
Jesús llega al lugar donde será crucificado, ahí los soldados romanos lo despojan de sus vestiduras y lo colocan sobre la cruz, lo clavan y lo colocan a lado de los dos malhechores que también se encuentran en el lugar.
Onceava estación. Luego de unas horas sufriendo el dolor de la crucifixión y golpes Jesús muere en la cruz.
Doceava estación. Los soldados se aseguran de que Jesús esté muerto clavándole una lanza en la costilla, ahí María pide que su hijo sea bajado de la cruz y ella lo recibe en sus brazos, mientas le llora y lo tapa con una sabana blanca.
Al finalizar el viacrucis el Nuncio Apostólico en la República del Congo y Gabón, Javier Herrera Corona mencionó que el viacrucis es una representación de la vida propia de cada persona:
«En tu vida has encontrado justicia como la que encontró Jesús, en tu vida has encontrado problemas con los que sientes desfallecer, este es tu viacrucis no solo es el viacrucis de Jesús, vinimos a acompañar a Jesús, pero en realidad es él el que nos acompaña en nuestra vida. La lección que hemos aprendido hasta este momento es que hay que levantarse, hay que seguir adelante», expresó.
Por su parte, el obispo de la Diócesis de Autlán, Rafael Sandoval Sandoval, mencionó que este viacrucis significa el recorrido que han hecho toda la vida cada persona desde que se nace hasta que se muere, además el líder de la iglesia mencionó que el viacrucis no debe ser un atractivo turístico.
«Este viacrucis significa el recorrido que hacemos todos en la vida desde que fuimos engendrados en el seno materno por un acto de amor de nuestros padres y por lo tanto un acto de amor de Dios, hasta que damos el último suspiro, somos caminantes, somos peregrinos, no vinimos de turismo. El viacrucis no es un rato de diversión de turismo, para ver algo, a eso se nos ha acostumbrado, como peregrinos venimos a asombrarnos de un hombre que es Dios», expresó el Obispo.
Edición: Carmen Aggi Cabrera
