Por: Darinka Rodríguez
Autlán de Navarro, Jalisco. 8 de febrero de 2022.- (Letra Fría). Cada vez un mayor número de campesinos y productores agrícolas de la región incursionan en las prácticas agroecológicas convencidos del beneficio ambiental y económico que ofrecen. Tal fue el caso este fin de semana, cuando más de 40 personas provenientes de los municipios de Casimiro Castillo, San Gabriel, Autlán, El Grullo y El Limón participaron en el taller de elaboración de abonos orgánicos impartido en la comunidad de La Ciénega, en el municipio de El Limón, Jalisco.
“Entre los participantes había campesinos, productores cañeros independientes y estudiantes de la Ingeniería en Recursos Naturales y Agropecuarios del CUCSur. El objetivo del taller fue compartir técnicas novedosas en la elaboración de biofertilizantes a partir de minerales naturales y procesos de fermentación. En este caso se enfocó un poco más en el cultivo de caña de azúcar, pero también se habló del melón, de las hortalizas y el maíz”, comparte el campesino e investigador, Rodolfo González Figueroa, quien forma parte del grupo que impartió este taller.
El taller fue organizado por el Grupo de Agricultura Orgánica La Ciénega, organización que tiene más de 20 años resistiendo frente a la agricultura extensiva e industrializada, y que es encabezado por Pedro Figueroa Bautista, investigador y profesor de la Universidad de Guadalajara.
El taller impartido el 4 de febrero comenzó con una profunda reflexión por parte de los participantes acerca de la situación actual del campo mexicano, específicamente del panorama que prevalece en el valle agrícola Autlán-El Grullo-El Limón. Ahí se habló de los elevados precios de los fertilizantes sintéticos, como la UREA, además de la crisis ambiental y de salud que desencadena el uso de estos productos en los cultivos.

“La reflexión fue compartir cómo la está pasando cada productor con sus cultivos; ¿Qué le duele?¿Cómo ve el contexto?¿Qué dificultades atraviesa en la producción? La mayoría habló del alza en los precios de los insumos y de lo apremiante que es buscar alternativas agroecológicas. Es insostenible seguir produciendo a costa de los fertilizantes, porque son carísimos y además no están resolviendo las necesidades nutricionales de los cultivos” explica González Figueroa.
Durante el taller, los participantes aprendieron a elaborar y aplicar tres biofertilizantes, que precisamente se presentan como una alternativa a los fertilizantes sintéticos. El primer biofertilizante que se elaboró fue el llamado “polisulfuro de potasio”. En seguida se preparó un “hidrolizado de leonardita” con roca fosfórica, humus de lombriz, harinas de rocas y diatomea. Por último se produjo un “agroplus de leonardita”.
“Lo mejor de estos tres biofertilizantes es que favorecen el desarrollo vegetativo, que no contaminan y que además son baratos. Cualquier campesino o productor los puede elaborar y los ingredientes están al alcance de todos”, afirmó Rodolfo González Figueroa.
Al finalizar el taller los asistentes manifestaron su interés por seguir aprendiendo acerca de biofertilizantes y otras prácticas agroecológicas, por lo que el Grupo de Agricultura Orgánica La Ciénega fijó otro taller para la segunda semana de febrero, en el municipio de El Limón.

“Las y los participantes demostraron total interés y mucha convicción en la necesidad de transicionar hacia la agroecología. También muchas ganas de compartir, de unirse como agricultores e intercambiar experiencias. Eso fue bien bonito”, comenta el integrante del Grupo de Agricultura Orgánica La Ciénega.
De esta manera la agroecología demuestra estar creando espacios resilientes y reconfigurando el tejido social en la región por medio de la educación popular, el diálogo de saberes y el intercambio de experiencias. Las prácticas agroecológicas no solamente están generando un nueva forma de hacer agricultura, sino también una nueva forma de hacer comunidad.
DR/GM
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