Con Domingo de Ramos arranca la Semana Santa 2023

La Diócesis de Autlán vive la Semana Mayor 2023. Como signo de arranque de la Semana Santa, párrocos y feligreses llevaron a cabo la tradicional eucaristía del "Domingo de Ramos". Desde minutos antes de la misa, a las afueras de la Catedral de la Santísima Trinidad, comerciantes ofrecieron palmas decoradas desde los 25 hasta los 60 pesos, según el tamaño del ramo y su expresión artística.

Domingo de Ramos 2023. (Fotografía: Vianney Martínez Pérez)

Por: Vianney Martínez Pérez

Autlán de Navarro. 03 de abril de 2023. (Letra Fría) Una de las celebraciones más importantes de la iglesia católica ha comenzado: la Semana Santa. Como símbolo de arranque, la Diócesis de Autlán celebró una eucaristía para conmemorar el tradicional «Domingo de Ramos».

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Tras más de un mes de vivir la Cuaresma, fieles católicos de Autlán viven la Semana Mayor 2023. En signo de inicio, párrocos y la feligresía acudieron a la Catedral de la Santísima Trinidad para celebrar la ecuristía dominical de la bendición de ramos.

Desde minutos antes, vendedores ambulantes ya se encontraban establecidos a las afueras del templo; los comerciantes ofrecían palmas decoradas que rondaban desde los 25 hasta los 60 pesos, dependiendo su tamaño y expresión artística.

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Vendedores ambulantes comercializaron palmas, minutos antes del iniciar con la eucaristía del «Domingo de Ramos». (Fotografía: Vianney Martínez Pérez)

Justo en la entrada de la catedral, el vicario general de la Diócesis de Autlán, Francisco Méndez, en compañía de los fieles, dirigió una oración para posteriormente salpicar agua bendita en los ramos.

El vicario general de la Diócesis de Autlán, Francisco Méndez, salpicó con agua bendita los ramos de los fieles. (Fotografía: Vianney Martínez Pérez)

La misa comenzó, como se hace de costumbre.

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La eucaristía del «Domingo de Ramos» arrancó como de costumbre. (Fotografía: Vianney Martínez Pérez)

Al momento de la lectura del evangelio, el padre Paco Méndez, así como el obispo de la Diócesis de Autlán, Rafael Sandoval Sandoval, dieron lectura a la «Pasión de Nuestro Señor Jesucristo», según Mateo.

El obispo encabezó la homilía:

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«Debemos vivir esta semana acompañando al espíritu en su dolor y su sufrimiento; por eso importante apagar los televisores, quitarnos de noticias y de todas las distracciones», dijo Rafael Sandoval.

Continuando con el discurso, el religioso centró en tres preguntas su mensaje; la primera cuestionaba quién sufrió la pasión de Jesucristo:

«Que diferente es el dolor y el sufrimiento, el sufrimiento significa vivir resentidos. Jesús, el hijo de Dios, no era ningún resentido, siempre aceptó nuestra cruz. Hoy, los que sufren más son los ancianos porque han convertido a la ancianidad en una enfermedad; por eso, el próximo jueves (Celebración de la Última Cena), invitamos a quienes sufren a unir su sentimiento con el de Cristo», comentó.

Obispo de la Diócesis de Autlán, Rafael Sandoval Sandoval, durante la eucartistía del «Domingo de Ramos». (Fotografía: Vianney Martínez Pérez)

Además, el obispo interrogó a los asistentes acerca de cómo padeció y murió Jesucristo, contestando que la respuesta está en el porqué: el inmenso abismo del pecado del hombre.

El obispo cerró la homilía pidiéndole a los fieles repetir en unísono: «Yo lo he crucificado y él no me ha condenado».

La eucaristía concluyó, iniciando así el primer día de la Semana Santa 2023.

Evangelio del «Domingo de Ramos»:

Pasión de nuestro Señor Jesucristo según San Mateo

Mt 27, 11-54

«Jesús compareció ante el procurador, Poncio Pilato, quien le preguntó: “¿Eres tú el rey de los judíos?” Jesús respondió: “Tú lo has dicho”. Pero nada respondió a las acusaciones que le hacían los sumos sacerdotes y los ancianos. Entonces le dijo Pilato: “¿No oyes todo lo que dicen contra ti?” Pero él nada respondió, hasta el punto de que el procurador se quedó muy extrañado. Con ocasión de la fiesta de la Pascua, el procurador solía conceder a la multitud la libertad del preso que quisieran. Tenían entonces un preso famoso, llamado Barrabás. Dijo, pues, Pilato a los ahí reunidos: “¿A quién quieren que les deje en libertad: a Barrabás o a Jesús, que se dice el Mesías?” Pilato sabía que se lo habían entregado por envidia.

Estando él sentado en el tribunal, su mujer mandó decirle: “No te metas con ese hombre justo, porque hoy he sufrido mucho en sueños por su causa”.

Mientras tanto, los sumos sacerdotes y los ancianos convencieron a la muchedumbre de que pidieran la libertad de Barrabás y la muerte de Jesús. Así, cuando el procurador les preguntó: “¿A cuál de los dos quieren que les suelte?” Ellos respondieron: “A Barrabás”. Pilato les dijo: “¿Y qué voy a hacer con Jesús, que se dice el Mesías?” Respondieron todos: “Crucifícalo”. Pilato preguntó: “Pero, ¿qué mal ha hecho?” Mas ellos seguían gritando cada vez con más fuerza: “¡Crucifícalo!” Entonces Pilato, viendo que nada conseguía y que crecía el tumulto, pidió agua y se lavó las manos ante el pueblo, diciendo: “Yo no me hago responsable de la muerte de este hombre justo. Allá ustedes”. Todo el pueblo respondió: “¡Que su sangre caiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos!” Entonces Pilato puso en libertad a Barrabás. En cambio a Jesús lo hizo azotar y lo entregó para que lo crucificaran.

Los soldados del procurador llevaron a Jesús al pretorio y reunieron alrededor de él a todo el batallón. Lo desnudaron, le echaron encima un manto de púrpura, trenzaron una corona de espinas y se la pusieron en la cabeza; le pusieron una caña en su mano derecha y, arrodillándose ante él, se burlaban diciendo: “¡Viva el rey de los judíos!”, y le escupían. Luego, quitándole la caña, lo golpeaban con ella en la cabeza. Después de que se burlaron de él, le quitaron el manto, le pusieron sus ropas y lo llevaron a crucificar.

Al salir, encontraron a un hombre de Cirene, llamado Simón, y lo obligaron a llevar la cruz. Al llegar a un lugar llamado Gólgota, es decir, “Lugar de la Calavera”, le dieron a beber a Jesús vino mezclado con hiel; él lo probó, pero no lo quiso beber. Los que lo crucificaron se repartieron sus vestidos, echando suertes, y se quedaron sentados ahí para custodiarlo. Sobre su cabeza pusieron por escrito la causa de su condena: ‘Éste es Jesús, el rey de los judíos’. Juntamente con él, crucificaron a dos ladrones, uno a su derecha y el otro a su izquierda.

Los que pasaban por ahí lo insultaban moviendo la cabeza y gritándole: “Tú, que destruyes el templo y en tres días lo reedificas, sálvate a ti mismo; si eres el Hijo de Dios, baja de la cruz”. También se burlaban de él los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos, diciendo: “Ha salvado a otros y no puede salvarse a sí mismo. Si es el rey de Israel, que baje de la cruz y creeremos en él. Ha puesto su confianza en Dios, que Dios lo salve ahora, si es que de verdad lo ama, pues él ha dicho: ‘Soy el Hijo de Dios’ ”. Hasta los ladrones que estaban crucificados a su lado lo injuriaban.

Desde el mediodía hasta las tres de la tarde, se oscureció toda aquella tierra. Y alrededor de las tres, Jesús exclamó con fuerte voz: “Elí, Elí, ¿lemá sabactaní?”, que quiere decir: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” Algunos de los presentes, al oírlo, decían: “Está llamando a Elías”.

Enseguida uno de ellos fue corriendo a tomar una esponja, la empapó en vinagre y sujetándola a una caña, le ofreció de beber. Pero los otros le dijeron: “Déjalo. Vamos a ver si viene Elías a salvarlo”. Entonces Jesús, dando de nuevo un fuerte grito, expiró.

Aquí todos se arrodillan y guardan silencio por unos instantes.

Entonces el velo del templo se rasgó en dos partes, de arriba a abajo, la tierra tembló y las rocas se partieron. Se abrieron los sepulcros y resucitaron muchos justos que habían muerto, y después de la resurrección de Jesús, entraron en la ciudad santa y se aparecieron a mucha gente. Por su parte, el oficial y los que estaban con él custodiando a Jesús, al ver el terremoto y las cosas que ocurrían, se llenaron de un gran temor y dijeron: “Verdaderamente éste era Hijo de Dios”.

Edición: MV

Queda prohibida la reproducción total o parcial. El contenido es propiedad de Letra Fría.

Estudiante de la licenciatura en periodismo en el Centro Universitario del Sur, de la Universidad de Guadalajara, con afinidad al periodismo narrativo, de derechos humanos y fotoperiodismo. Corresponsal de Letra Fría en proceso electoral 2021.

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