Por: Jesús D. Medina García | Simpatía por el débil
Autlán de Navarro, Jalisco. 06 de noviembre de 2022. (Letra Fría) El bochinche de la celebración de día de muertos.
Recuerdo en mi época de estudiante en la extinta Facultad de Filosofía y Letras de la U de G a un valioso maestro historiador: Francisco Ayón Zester fallecido hace unos ayeres, sus clases eran atractivas e interesantes, gustaba de emplear frases de acuerdo con la época que estuviésemos analizando, no olvido su frase: tremendo bochinche.
El diccionario define la palabra bochinche como: situación confusa y desordenada, en especial si va acompañada de ruido, voces y alboroto. Chisme.
Pues desde mi parecer en eso se ha convertido la celebración del día de muertos en México, donde ya es un revoltijo de Halloween, Todos Santos, los Fieles Difuntos, ánimas, caricatulandia, Día de Muertos, Coco, Espectrum, catrinas, poesía, panes, fantasmas, brujas, ofrendas, calaveras, chocolate, en fin: un tremendo Bochinche.
Desde luego que no me refiero a esas regiones del país donde subyace y salvaguarda la esencia original de la celebración, pero en muchas otras sí se ha desvirtuado en aras de una comercialización desbordada o un entusiasmo exacerbado por la eventitis.
La verdad no se si eso sea negativo o no.
Desde luego que en ese bochinche la espiritualidad pasa a segundo término, pero también es cierto que las nuevas generaciones al convertir estas celebraciones en fiestas y concursos adaptan la tradición a sus contemporáneas realidades. Y con ello están garantizando su permanencia, pues sabemos que el patrimonio, en este caso intangible; es dinámico. ¿Se podría lograr un equilibrio entre las nuevas formas de celebración sin perder la esencia de la misma?
Respuesta:
“si usted tiene un pan y yo tengo un euro, y yo voy y le compro el pan, yo tendré un pan y usted un euro, y verá un equilibrio en ese intercambio; esto es, A tiene un euro y B tiene pan, y a la inversa, B tiene el pan y A el euro. Este es, pues, un equilibrio perfecto. Pero si usted tiene un soneto de Verlaine, o el teorema de Pitágoras, y yo no tengo nada, y usted me los enseña, al final de ese intercambio yo tendré el soneto y el teorema, pero usted los habrá conservado. En el primer caso, hay equilibrio. Eso es mercancía. En el segundo, hay crecimiento. Eso es cultura”
La respuesta es de Michel Serres (1930-2019, internet dice que fue un filósofo francés que tuvo la capacidad de pasar de la Carrera Naval hasta ser un pensador de enorme sagacidad en temas sociales y educativos. En su carrera naval llegó a participar en la construcción del Canal de Suez y como filósofo cultivó su amistad con pensadores de la talla de Michael Foucault, con quien dio clases en la Universidad de Clermont – Ferrand. Un ilustrado, un ser que integró la ciencia con la filosofía, un provocador, un distinto.
Finalmente comparto que la comunidad de la UPN al igual que la mayoría de las instituciones educativas de todos los niveles, públicas y privadas celebró una vez más esta fecha, el programa incluía un concurso de tapetes tradicionales, participaron cuatro con una excelente manufactura, también montaron dos altares: uno dedicado a las desaparecidas y feminicidios y el otro a los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, asesinados.
Altar dedicado a tres de los 43 normalistas de Ayotzinapa
El altar dedicado a las desaparecidas y feminicidios
Y en CUCSUR:
A ella nunca la habíamos visto, casi no hablaba, se veía tan frágil que aparentaba flotar, no tocaba el piso. No supimos de qué carrera era o como se llamaba, al anochecer ya nadie la vio. Alguien dijo que se fue dejando la suavidad de su presencia y la luna reflejándose en sus ojos
“Nuestras instituciones actuales han sido creadas en un mundo que ya no existe, al igual que las políticas. Hay que reinventarlo todo, construir una democracia participativa para una multitud que es anónima pero individualizada”. (Serres, Michel)
Aplica para la cultura y los usos y valores del patrimonio.
