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El alguacil de la «Alberto Balderas» y su espíritu color grana

Desde el año 2006, José Alejandro Mendoza, mejor conocido como Pepe Mendoza, es alguacil de la plaza de toros "Alberto Balderas". Para él es muy importante su papel. "Los principales valores que debe tener un alguacil, son porte, gallardía y sobre todo, respeto. Respeto por lo que significa esta fiesta para nuestro Autlán. No es nada más vestirse de charro. Hay que portar este traje con orgullo. Me siento muy halagado de regresar a la plaza de toros como alguacil, y al mismo tiempo nervioso, porque es un papel muy importante", me confiesa Pepe.

(Foto: Patronato Carnaval de Autlán 2022)

Crónica periodística por Darinka Rodríguez

Autlán de Navarro, Jalisco. 20 de febrero de 2022.- (Letra Fría) José Alejandro Mendoza Nava camina de un lado para otro atendiendo saludos y peticiones. A unos minutos de comenzar la ceremonia de inauguración del Carnaval Autlán 2022, todos dentro de la plaza de toros «Alberto Balderas», parecen tener algo que decirle al joven alguacil. Yo zigzagueo atrás de él, para no perder detalle de su explicación acerca del papel del alguacil durante el carnaval, la cual es interrumpida de tanto en tanto por los amistosos saludos y apretones de mano de sus amigos y conocidos.

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«Pepe qué gusto verte», «¿Ya listo Pepe?», «Pepe, que cambiazo das vestido así»; todos lo abordan sonrientes, y lo admiran con un brillo especial en los ojos.

Después de un año sin la máxima fiesta de Autlán, ver la reaparición del alguacil enfundado en su traje de charro es motivo de júbilo para las personas en la plaza de toros.

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José Alejandro Mendoza, mejor conocido como Pepe Mendoza, es alguacil de la plaza de toros «Alberto Balderas» desde el año 2006, y para él es muy importante representar dignamente al Carnaval de Autlán, que me comenta, es el mejor carnaval taurino del mundo.

(Foto: Darinka Rodríguez)

Mientras nos adentramos cada vez más en la plaza de toros, me pide que sujete un momento su sombrero, para poder terminar de acomodarse su traje de charro. Su sombrero blanco es rígido y más pesado de lo que hubiera imaginado, pero muy suave al tacto. «Esta forrado de pelo de conejo» me explica cuando se lo regreso.

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«Los principales valores que debe tener un alguacil son porte, gallardía y sobre todo respeto. Respeto por lo que significa esta fiesta para nuestro Autlán. No es nada más vestirse de charro, hay que portar este traje con orgullo. Me siento muy halagado de regresar a la plaza de toros como alguacil, y al mismo tiempo nervioso, porque es un papel muy importante», me confiesa Pepe.

Un alguacil con corazón de jinete

Son las once de la mañana, Pepe avanza a través de un pasillo con poca luz. Un aroma a estiércol se hace presente, y de pronto, hemos llegado a los establos donde permanecen los toros de reparo del primer toro de once del Carnaval Autlán 2022, que comenzará al término de la ceremonia de inauguración.

El alguacil me explica, que la razón de esa parada es que trajo algunos de sus toros para participar, y están a punto de sortearlos para ver el orden en que van a salir al ruedo y cuál será el jinete que los montará. El establo está ocupado por los ganaderos y sus caporales, la mayoría ataviados con sombrero, pantalones vaqueros y botas. El hombre que va a realizar el sorteo pregunta a cada ganadero por los nombres de sus toros.

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«Tengo algo de tiempo criando toros de reparo, me gusta mucho. Hoy trajimos a Vanidoso, Perro del agua, Neymar y Tragadiablos», me comparte Pepe Mendoza, y me señala hacia donde están los toros, amarrados dentro de unos corrales de metal. Algunos toros sacuden sus cuernos, otros tensan las cuerdas tratando de romperlas; parecen nerviosos, estresados, furiosos, resulta difícil mirarlos a los ojos, a sus grandes y oscuros ojos bovinos.

El sorteo comienza, todos hacen silencio, nadie dentro del establo se pierde una palabra. Me acerco un poco a uno de los caporales de Pepe Mendoza, «trajeron buenos jinetes para hoy», me comenta. Giro nuevamente mi cabeza hacia donde están los toros amarrados, ¿Hay toros que ningún jinete desea que le toquen?, él asiente con la cabeza. Entonces me confiesa que él fue por un tiempo jinete de toros de reparo, pero que las lesiones provocadas por las caídas y los golpes de los toros, lo llevaron a retirarse.

Al finalizar el sorteo el alguacil se retira, la inauguración está a punto de comenzar y debe estar dentro del ruedo lo más pronto posible.

Con pasos acelerados bajamos las escaleras del pasillo que lleva al ruedo de la «Alberto Balderas». Mientras caminamos hacia la luz, Pepe comenta; «Yo fui por años jinete de toros de reparo, me retiré justo en 2006, después de que un toro me golpeó muy fuerte y yo me asusté mucho. Pensé que me había roto la espina dorsal».

(Foto: Darinka Rodríguez)

Al salir quedamos deslumbrados. Son casi las doce del mediodía y el sol se encuentra en su punto más alto, el cielo es puro terciopelo azul, limpio, sin una sola nube. Alrededor del ruedo están ubicadas una serie de personas con tambores, platillos, timbales y panderos; los golpean con tanta euforia que el sonido sale disparado en todas direcciones y atraviesa la piel de las personas, haciendo vibrar sus emociones.

Ya en el ruedo, la emoción de Pepe es cada vez más notoria, su familia que ha venido a verlo está detrás de él y por momentos le sacan plática. Cuando el presidente municipal de Autlán, Gustavo Salvador Robles Martínez, concluye su discurso, el alguacil sabe que su momento ha llegado.

Ataviados también con trajes charros, un par de personas se acerca al centro del ruedo con una caja de madera en las manos, la cual contiene la bandera de Autlán.

(Foto: Vianney Martínez Pérez)

La bandera color grana abandona su baúl una vez más, lista para embellecer la plaza de toros. El sol es tan brillante, que al ser tomada por el presidente municipal Gustavo Robles y posteriormente mostrada a los autlenses ubicados en las gradas, la bandera parece estar en carne viva.

(Foto: Vianney Martínez Pérez)

Gustavo Robles coloca la bandera en las manos del presidente del Patronato Organizador del Carnaval, Alejandro Sotomayor, y en ese momento el alguacil es convocado al centro del ruedo para recibirla.

(Foto: Vianney Martínez Pérez)

Pepe Mendoza entra al ruedo sin titubear, como atraído por un magnetismo especial hacia la bandera de Autlán. Cuando sus manos entran en contacto con la brillante tela, el maestro de ceremonias da una indicación, y en lo alto de la plaza la banda comienza a interpretar la marcha «Viva Autlán» del célebre compositor, Clemente Amaya. Todos están de pie aplaudiendo al compás de la macha, y siguiendo la trayectoria en ascenso del alguacil.

(Foto: Darinka Rodríguez)

Al escalar por las gradas de la «Alberto Balderas», Pepe tiene clara su misión; que el pueblo autlense vea una vez más la bandera color grana ondeando en los más alto de la plaza de toros. Mientras sube, custodiado por dos filas de jóvenes ataviadas como escaramuzas, bajo su sombrero de charro, el alguacil tiene una mirada decidida y osada, el color grana de la bandera en sus brazos se refleja en sus pupilas.

Cuando llega a la cima de las gradas, una persona ayuda a Pepe a colocar la bandera en la cuerda para comenzar a izarla. El alguacil pone sus manos alrededor de la cuerda y tira hacia abajo, la bandera se eleva poco a poco rumbo a los más alto de la torrecilla de la plaza de toros. Las personas aplauden con entusiasmo, muchos gritan con fuerza ¡Viva Autlán! y por encima de la música se escucha al presentador decir al micrófono; «diez días al año no hacen daño, más vale pedir perdón que pedir permiso».

(Foto: Darinka Rodríguez)

Por décimo quinto año, Pepe Mendoza siente la alegría de ver la bandera grana ondear en lo alto de la torrecilla, y saber que así será por los próximos diez días.

Ha cumplido de manera satisfactoria una vez más con la función más importante de un alguacil. Él no oculta el orgullo que siente al desempeñar este papel, y al ser invitado un año más por el patronato del carnaval para ser el aguacil de la plaza de toros.

(Foto: Vianney Martínez Pérez)

Ya abajo en el ruedo, los jinetes son presentados al público.

Unos minutos después comienza el toro de once. El primer toro espera dentro del cajón. Es un mar furioso golpeando contra la costa, el jinete que está apunto de montarlo se inclina y dibuja una cruz en la arena del ruedo, después se persigna.

A lo lejos veo a Pepe Mendoza contemplando el espectáculo junto con su familia. Después miro hacia la bandera grana, que se ondea bajo el cielo azul y recuerdo la mirada del alguacil al llevarla entre sus brazos, con gallardía. Supongo que, en el corazón apasionado de un jinete o alguacil, hay cosas que nunca cambian.

Edición: Carmen Aggi Cabrera

Queda prohibida su reproducción total o parcial. El contenido es propiedad de Letra Fría.

Egresada de la Licenciatura en Periodismo del Centro Universitario del Sur de la Universidad de Guadalajara. Colaboró como reportera para Radio Universidad de Guadalajara Ciudad Guzmán, y en el periódico mensual El Puente. Apasionada de las letras y la defensa de los Derechos Humanos.

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