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Final Feliz

Jesus D Medina García escribe sobre la #felicidad, algo tan subjetivo como cada uno de nosotros. También nos comparte la historia de Lalo, que como verán, tuvo un final feliz. Arribó a una realidad aparte, paró al mundo.

Por: Jesús D. Medina García | Simpatía por el débil

Autlán de Navarro, Jalisco. 07 de agosto de 2022. (Letra Fría) Felicidad: La cualidad o condición de ser feliz. Suerte o buena fortuna, éxito, prosperidad, estado de placentero contento de la mente que se deriva del éxito o de la obtención de algo que se considera bueno, gozo.

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Indicadores físicos según Darwin: sonreír, reír, retracción de las comisuras de los labios, bajar el extremo exterior de las cejas, aceleración de la sangre, brillo en los ojos, buen color en el semblante, dar palmas, bailar, llorar.

“La felicidad – dice Chuang Tzu – el primer intérprete taoísta – se basa en no buscar la felicidad”, en cierta ocasión Darwin le preguntó a una niña qué era la felicidad y esta le respondió: reír, hablar y darse besos.

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Para el filósofo alemán Ernst Bloch la felicidad es la recompensa de una esperanza duradera. Para el gran filósofo Epicuro (mi filósofo favorito) la felicidad es el disfrute moderado de los placeres a través de una vida sencilla y comprometida, cuando hay que luchar y sufrir hay que estar consciente de ello y enfrentarlo y cuando hay que disfrutar un estado o acción placentera igual, hay que disfrutarlo (lo que sea) con moderación. 

Desde el momento en que los pueblos neolíticos comenzaron a construir sus hogares dejándose llevar no sólo en su funcionalidad sino también pensando en su confort, la especie humana comenzó a soñar con la Utopía.

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Por ejemplo, para Platón un estado de felicidad utópico sería la creación de un tipo de sociedad donde todos los ciudadanos fueran felices, resolviendo el dualismo existente entre cuerpo y espíritu, entre el ser físico y el espiritual. San Agustín resuelve este problema mencionando que en el paraíso alma y cuerpo, dos antiguos antagonistas conseguirán la armonía absoluta “el cuerpo será lo que el espíritu quiera, y el espíritu no querrá nada que para el cuerpo sea impropio o perjudicial”

Tomás Moro en su obra clásica la Utopía señala que cada persona debería vivir de acuerdo con sus aptitudes y necesidades. Los ciudadanos de la Utopía serían libres de disfrutar los placeres honrados de la vida. Tomás Moro fue asesinado en 1535 después de haber sido acusado de traición por su negativa a prestar juramento de supremacía que reconocía al monarca Enrique VIII como jefe de la Iglesia en lugar de al Papa. Tomás Moro fue canonizado por Pío XI en 1935.

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Y se podrían señalar muchos casos más, pero la felicidad puede ser algo tan subjetivo como cada uno de nosotros, la felicidad la podemos encontrar en cosas sencillas (sentir tu cuerpo en el mar) o en otras más complejas (curación de una enfermedad). Podríamos hacer un leve ejercicio mental si quieres: identifica tres cosas sencillas que te harían feliz y tres complejas… búscate un final feliz.

El Personaje

Lo inmortalizó el grupo de rock tapatío de los años setenta Toncho Pilatos, con una canción: Lalo el optimista y ése era Lalo, aunque en realidad se llamaba Gabriel, estudiaba en la antigua Escuela de Música de la Universidad de Guadalajara, su instrumento era la flauta transversal, usaba el cabello largo y no tenía casa, ni trabajo, las muchachas decían que tenía ojos muy bonitos.

Se quedaba a dormir en casa de diferentes amigos, dos tres semanas y así rolaba con la comunidad, no faltaba quien le disparaba el alimento o le regalara ropa. Por lo general andaba sucio, de los jardines tomaba rosas que les obsequiaba a las compañeras acompañadas de una frase agradable. Solía ir al Parque Alcalde a andar en lancha, ya lo conocían los trabajadores, no le cobraban. Se volvió un asiduo lector de Carlos Castaneda y toda la sabiduría tolteca representada en el brujo Yaqui Juan Matus y sus nahuales.

Cuando corre parece que vuela y tiene su propia filosofía, decía la canción que le compuso el Toncho Pilatos.

También le apodaban El Ranita, se metía a los cafés del centro de Guadalajara: El Madoka, El Treve, El Deval, El Madrid, Sanborns y no faltaba quien le disparara un americano, una torta, una cerveza. También escribía poemas en las servilletas las cuales canjeaba por una bebida. Nunca se le conoció pareja alguna. A veces dormía en alguna banca del Parque Revolución o de la Plaza Tapatía, nunca abordaba un transporte público no sabía manejar ningún vehículo ya fuera automóvil, moto, bicicleta o trolebús.

Un día sus compañeros organizaron un viaje a Teotihuacán, se les pegó, cuando estuvo en la cúspide de la Pirámide de la Luna sintió un extraño temblor interno, electricidad fluyendo por sus venas, ya iban a cerrar la zona arqueológica, casi a fuerza lo bajaron de la pirámide, pero posteriormente se les escondió y ya no lo encontraron, se fueron.

En la madrugada, bajo una luna llena de abandono volvió a subir a la pirámide, sacó su flauta y tocó como nunca lo había hecho ni lo volvería a hacer. Arrojó con todas sus fuerzas la flauta y se quedó dormido con una sonrisa en el rostro. Los guardias lo encontraron al día siguiente en posición fetal con una linda sonrisa en el rostro. Muerto.

Como verán; su historia tuvo un final feliz. Arribó a una realidad aparte, paró al mundo.

El Poema

La Gente es Extraña / People are Strange

Entre ramas verdes 

y palomas grises

la virgen hippie hace tiempo que abandonó la razón.

Ella, la de suave bata púrpura

ha hecho del silencio

la representación de su ser.

Arropada en casa

la rosa mística

de los cabellos lacios…

amaneció en uno de sus 

extraños días…

Con ángeles en sus ojos

alimenta a las palomas azules.

A la sombra del Gran Árbol

la virgen hippie

solo cobija un sueño:

Dar de comer a los enormes elefantes blancos

saliendo del verde mar

Todo está bien 

nada le molesta.

En la entropía

las parejas enamoradas

se miran y besan.

Un cura grita

manotea, tiembla.

A la sombra del Gran Árbol

la rosa mística

de los cabellos lacios…

solo perdona.

No lo saben y no tienen porqué

pero ella es feliz.

Historiador y escritor. Ha publicado en diversas revistas, medios y modalidades. Es profesor investigador titular de la Universidad de Guadalajara.

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