«… si Gandhi hubiese sido argentino le cobrarían hasta los cerillos… 2024: Una agenda pendiente»
No es ninguna sorpresa que a nivel mundial la voz de la derecha extremista esté ganando terreno, desde simpatizantes en internet hasta actores dispuestos a llevar actos violentos para atacar a la democracia.
Ejemplos sobran, pero es importante mencionar algunos destacados y sus diferencias. Una emblemática es el ataque frustrado que existió hace aproximadamente un año en Alemania, The Reichsbürger movement o el movimiento de los ciudadanos del Reich protagonizó un movimiento en dónde fue dirigido por actores políticos y empresarios líderes del país.
El intento de derrocar la democracia alemana con la intención de luchar contra la república federal alemana queriendo restablecer el orden Germano – Prusiano.
La intención era ocupar violentamente el parlamento alemán, 25 personas fueron detenidas por la conspiración de ultra derecha la cual buscaba contactar con países extranjeros para involucrarlos en su estrategia.
Los impactos
Muy a pesar de los hechos ocurridos y del descubrimiento de la existencia de estos grupos anti alemanes y el peligro que eso representa ante el mundo por la memoria histórica común, la ultraderecha ha ganado, abierta y paradójicamente, legítimamente representación en el parlamento alemán. Además de representantes de la misma corriente política en el parlamento de la Unión europea.
En el parlamento Europeo existe una gran compañía para estos grupos de ultra derecha como el alemán, son acompañados por representantes de la misma corriente provenientes de España, Francia, Italia y Holanda, este último recientemente ha ganado una mayoría considerable en su parlamento nacional.
En Italia la primera ministra pertenece a un partido de esta corte ideológica, en Francia la oposición política mayoritaria se identifica con esta tendencia y en España el actual gobierno es constantemente asediado por un partido programático y promotor internacional de dicho pensamiento político, Vox.
La tendencia
Otros países europeos se unen a la tendencia, los cuales siguen mostrando o comienzan a mostrar fuertes tendencias a esta ideología.
Países como Grecia y el Reino Unido (sin considerar la geografía de la UE) son un ejemplo de contrastes cuando hablamos de un ciclo político y su fin, mientras que en Grecia los movimientos de ultra derecha comienzan a surgir gracias a la influencia de los países hegemónicos pertenecientes a la UE.
El Reino Unido es un gran ejemplo del fin de dicha idea política, el movimiento político que significó al Brexit, sigue siendo hasta el día de hoy un lastre económico e institucional que está afectando a todos los sectores de la industria local del Reino Unido. Además ha sido acompañada de una constante crisis política en dónde dos ministros han renunciado recientemente.
Los deseos que impulsaron el surgimiento del Brexit pueden ser completamente relacionados con la nueva defensa europea por la soberanía de cada nación en contra, principalmente de los migrantes y las minorías sociales.
Otros ejemplos
Existen otros ejemplos que pueden ser sumamente interesantes de mencionar, como la constante amenaza por el regreso de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos, después de haberse confirmado su involucramiento a la invasión de la Casa Blanca por parte de simpatizantes Republicanos extremistas.
Dichos ataques son relacionados con un par de grupos llamados Proud Boys y The Base, ambos grupos han sido declarados como organizaciones terroristas de ultraderecha, surgidos de Estados Unidos.
Estos grupos buscan establecer una nueva guerra racional a nivel mundial y cuentan con células en otros países europeos. Tienen presencia en África, Canadá, Australia y en Nueva Zelanda. Se les relaciona con el asesinato de 51 personas y 40 personas lastimadas por el ataque terroristas a dos mezquitas en la ciudad de Christchurch.
El avance a América Latina
Sin embargo, lo inquietante permanece en casa, la ultra derecha comienza a ganar terreno de manera significativa en América Latina, sobre todo en Argentina, Brasil y Chile.
En Argentina el nuevo gobierno de Javier Milei, un candidato impulsado por la industria del entretenimiento en todas sus plataformas ahora ha trascendido su discurso en busca de institucionalizar por vías democráticas un gobierno que acepte abierta y libremente las ideas dominantes de los países lideres de occidente, cuyas ideologías apuntan a esta dirección.
La crisis político y económica sin precedentes de Argentina han abierto las puertas a restituir viejos vicios de ese país, como el negacionismo histórico en los actos de la dictadura, la negociación con Reino Unido para que ese país siga ocupando Las Malvinas, la incapacidad institucional del Estado al recortar masivamente instituciones conquistadas en pocos años de procesos democráticos en el país, la privatización de la propiedad pública casi en todas sus expresiones, además de la privatización de los derechos sociales conquistados como la educación y la salud.
La intención es destruir una clase política corrupta, identificando en el diagnóstico político del presidente Argentino al shock no sólo económico, también político e institucional, en dónde se justifica una reforma profunda al Estado.
Esta reforma al mismo tiempo también requiere del recorte de las libertades individuales más básicas y universales que existen por ser derechos humanos proclamados en todo el mundo desde que comenzaron a existir instituciones internacionales que buscaban proteger en un marco común a la humanidad (la ONU, cómo ejemplo), uno de esos derechos básicos es la garantía a la libre manifestación sin comprometer ni otra libertad de la que cualquier persona que vive en democracia posee, si Gandhi hubiese sido argentino le cobrarían hasta los cerillos.
La agenda pendiente
La realidad es que existe una agenda pendiente en el 2024 para toda la fuerza política a nivel mundial perteneciente a este grupo surgido de la profundidad más bizarra de la ideología política, las tendencias del pensamiento político conservador – ultra derecha se ejecutan por medio de estrategias populistas, instalándose en plataformas promovidas por las mayores elites políticas y/o económicas, temas como la migración, la ocupación territorial de personas del mismo grupo, el paro laboral juvenil, la desigualdad social remarcada en el acceso de las nuevas tecnologías de la información las cuales lideran los mejores trabajos en la actualidad, el imparable crecimiento del sector inmobiliario y sus procesos de desalojo a las periferias están siendo elementos importantes en el encarecimiento del día a día de la gente que habita en estos países.
Su incapacidad de poder competir con nuevas fuerzas a nivel mundial como China o Rusia comienza a reflejarse, no sólo en la ocurrencia de las nuevas guerras a nivel mundial, también en la guerra económica y comercial.
Las identidades nacionales comienzan a perder valores en un mundo globalizado que exige cambios radicales en todos los aspectos a personas de generaciones que no tienen la posibilidad de renovarse en algunos aspectos como en su competitividad laboral o bien que se encuentran limitados por el acceso de información y de recursos pertenecientes a las más alejadas periferias.
La ultra derecha viene a dar “pan para hoy y hambre para mañana”, al empoderar las ideas que atentan ante todo lo que durante años se ha intentado establecer: la democracia.
