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Chivas gringas 

“Hay mexicanos que hablan chilango, otros que hablan norteño y hay mexicanos que hablan inglés”. Fue un maravilloso video con el que las Chivas intentaron matizar la contratación de un jugador más gringo que las hamburguesas de In&Out.

(Foto: Especial)

“Hay mexicanos que hablan chilango, otros que hablan norteño y hay mexicanos que hablan inglés”. Fue un maravilloso video con el que las Chivas intentaron matizar la contratación de un jugador más gringo que las hamburguesas de In&Out.

La pieza audiovisual les ofreció a mis estudiantes la oportunidad de debatir sobre tradiciones, nacionalismo, la expansión de mercados y sobre todo ¿qué papel jugamos nosotros, en el ir y el venir del mundo?

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El Club Deportivo Guadalajara basa su fama en que durante décadas fue el más ganador, también porque en su origen construyó una narrativa que abonó a la identidad nacional: en contraste con el Atlas que era de riquillos que estudiaron en Inglaterra, las Chivas representaban a las clases populares y luego, al competir en el torneo nacional, se contrastó con el América que construyeron sus glorias gracias a jugadores extranjeros, a lo que las Chivas respondieron: solo jugaremos con mexicanos, y esa tradición, de llevar el valor nacionalista al extremo, es la que se tambaleó en semanas recientes y gracias a eso, sabrosas pláticas ocurrieron en el salón. 

Las Chivas, anémicas de goles, contrataron a un joven californiano que jugaba para el San José Earthquakes, muchos goles en su liga y un imponente físico, además de antepasados mexicanos que le heredaron la facilidad legal del pasaporte mexicano, le abrieron las puertas del equipo que solo juega con nacionales.

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Apysa

El nacionalismo

Burlas, memes, insultos, aplausos, expectativas, reflexiones, abucheos y todo el caudal de emociones y expresiones que el deporte más popular del mundo es capaz de generar, se unieron a uno de los valores más difíciles de procesar.

En su peor rostro, que se asomó en días pasados, el nacionalismo es la perniciosa descalificación automática de todo cuanto llega de fuera, culpable del delito de no ser igual a lo local y, por lo tanto, seguro es una amenaza que necesita ser combatida. Desde esta visión, de fuera solo se puede esperar atracos. De pronto, el rebaño había perdido lo sagrado. 

Hay un rostro de nacionalismo que, en cambio, sí es necesario construir y fortalecer en el marco de un mundo globalizado. Aquel que no se distrae con cualquier espejito, sólo por venir de fuera. Para que eso ocurra, debe haber un fuerte arraigo y valoración de la identidad propia, de reconocernos valiosos en nuestros orígenes, paisajes, prácticas, lenguas, artes, comidas y formas de ver el mundo. 

Es curioso que al hacerlo, más que construir un bloque homogéneo, en el caso mexicano se teja un tapete multicolor conformado por los numerosos hilos que cada región vive con singularidad; ni todos los mexicanos toman tequila, ni todos los mexicanos han probado la cochinita pibil, ni todos los mexicanos hablan español, solo dos datos: más de 7 millones de mexicanos son hablantes de lenguas indígenas (6.1% del total de población) y se estima que en Estados Unidos viven 36 millones de paisanos y una buena parte, pues habla inglés. 

Cowell a las Chivas

La llegada de Cade Dylan Cowell a las Chivas no solo atiende a la necesidad de goles, también a la oportunidad de responder a un mercado global, en el que es necesario tener representantes para expandir el negocio, para que los clientes se sientan identificados, y vaya que en California se sigue al Guadalajara, no en balde, dos jugadores originalmente del Rebaño fueron el emblema de los equipos de esa caótica y fascinante urbe, Chicharito y Carlos Vela. 

Así que tenemos una oportunidad de resignificar, si es mexicano el que tiene pasaporte mexicano, Codwell puede ser el próximo Chava Reyes, que nació en Jalisco, o el siguiente Omar Bravo, que nació en Sinaloa.

Si es mexicano el que juega para la Selección Mexicana, pues entonces Cowell es un intruso (que no el primero) que sí le agrega una mácula a lo sagrado del rebaño; si se trata de ser mexicano por que reconozca, valore, reproduzca e integre a su práctica los significados y las costumbre de los valores nacionales, entonces el muchacho tiene una oportunidad. Como sea, bajo ninguna circunstancia tendría que ser un pretexto para agredir.  

Y esa, más o menos, fue la reflexión del caso en el salón, a la que rematamos con un “ojalá que las Chivas ya ganen”, y pues sí, ojalá.  

Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Maestro en Educación Básica.

Actualmente es profesor de español en secundaria y de Maestría en la Unidad 143 de la UPN. Desde los 17 años ejerció como reportero y comunicador en radiodifusoras y periódicos locales en Autlán. Aficionado práctico de la literatura, la crónica taurina y las columnas de opinión.

1 Comment

  1. Cierto, he escuchado a aficionados de chivas, al embajador de Qatar en México y hasta el legendario david faitelson, bajo argumentos símiles… Empresa, afición, respeto y goles … Y remando con la frase de Chavela Vargas “un mexicano nace dónde…”

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