Indígenas de Ayotitlán, protectores de la autenticidad del maíz

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A través diferentes actividades los pobladores conservan los genes auténticos de esta semilla que es la base fundamental de la alimentación familiar en esa zona  indígena del municipio de Cuautitlán de García Barragán.

Por: Rafael Luna

Cuautitlán, Jalisco. 08 de febrero de 2018. (Letra Fría). – Estudios históricos señalan que el maíz tiene su origen en México reconociendo que nuestros ancestros indígenas lo han cultivado desde hace miles de años. Nuestro país cuenta con una amplia variedad de maíces criollos y silvestres, así como especies mejoradas de este cereal. Esta diversidad representa un legado para la humanidad  y son las comunidades rurales e indígenas las que  han logrado su preservación.

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La comunidades indígenas del ejido de  Ayotitlán, el más grande del país, enclavado en la Sierra de Manantlán, en el municipio de Cuautitlán, Jalisco, se han encargado específicamente de la conservación de una especie emblemática de maíz conocida como “Chapule” o “Milpilla”, que pertenece a la familia de los Zea diploperennis y tiene características de ser capaz de tolerar la sequía y soportar enfermedades.

La gente local aprovecha también el “Chapule” con la finalidad de mejorar su maíz,  logrando semillas hibridas y fértiles a través de un proceso abierto, pero dirigido.

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Aunque son los nativos quienes, principalmente, han mantenido estas especies, algunas empresas que cuentan con tecnología y recursos económicos han aprovechado los conocimientos ancestrales para  obtener maíces con genes del “Chapule” para luego patentarlos y obtener ganancias por venta de semilla “mejorada” sin dar beneficio a quienes conservan realmente este maíz criollo.

Con banco de semillas criollas, preservan el maíz en meses críticos

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En 2010 iniciaron un proyecto de protección a los maíces nativos en la Reserva de la Biosfera Sierra de Manantlán a través del Programa de Conservación de Maíz Criollo (PROMAC), de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), programa que apoya a grupos de campesinos con montos específicos para la conservación de la diversidad genética de esta semilla.

Con el Programa de Maíz Criollo, en el ejido Ayotitlán se ha logrado construir un Banco de Semillas Criollas, donde los mismos beneficiarios cubrieron parte de la inversión.

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Este banco de semillas es administrado a través de un Comité de Participación Social elegido por los 321 beneficiarios, siendo los responsables de acopiar, guardar, proteger y mantener la viabilidad de la semilla durante los meses de febrero, marzo, abril, mayo y junio.

Los campesinos, además prestan semilla a compañeros del mismo ejido que no se están beneficiando con el programa.

Cuautitlán, Jalisco. 08 de febrero de 2018. (Letra Fría). – Estudios históricos señalan que el maíz tiene su origen en México reconociendo que nuestros ancestros indígenas lo han cultivado desde hace miles de años. Nuestro país cuenta con una amplia variedad de maíces criollos y silvestres, así como especies mejoradas de este cereal. Esta diversidad representa un legado para la humanidad  y son las comunidades rurales e indígenas las que  han logrado su preservación.

La comunidades indígenas del ejido de  Ayotitlán, el más grande del país, enclavado en la Sierra de Manantlán, en el municipio de Cuautitlán, Jalisco, se han encargado específicamente de la conservación de una especie emblemática de maíz conocida como “Chapule” o “Milpilla”, que pertenece a la familia de los Zea diploperennis y tiene características de ser capaz de tolerar la sequía y soportar enfermedades.

La gente local aprovecha también el “Chapule” con la finalidad de mejorar su maíz,  logrando semillas hibridas y fértiles a través de un proceso abierto, pero dirigido.

Aunque son los nativos quienes, principalmente, han mantenido estas especies, algunas empresas que cuentan con tecnología y recursos económicos han aprovechado los conocimientos ancestrales para  obtener maíces con genes del “Chapule” para luego patentarlos y obtener ganancias por venta de semilla “mejorada” sin dar beneficio a quienes conservan realmente este maíz criollo.

Con banco de semillas criollas, preservan el maíz en meses críticos

En 2010 iniciaron un proyecto de protección a los maíces nativos en la Reserva de la Biosfera Sierra de Manantlán a través del Programa de Conservación de Maíz Criollo (PROMAC), de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), programa que apoya a grupos de campesinos con montos específicos para la conservación de la diversidad genética de esta semilla.

Con el Programa de Maíz Criollo, en el ejido Ayotitlán se ha logrado construir un Banco de Semillas Criollas, donde los mismos beneficiarios cubrieron parte de la inversión.

Este banco de semillas es administrado a través de un Comité de Participación Social elegido por los 321 beneficiarios, siendo los responsables de acopiar, guardar, proteger y mantener la viabilidad de la semilla durante los meses de febrero, marzo, abril, mayo y junio.

Los campesinos, además prestan semilla a compañeros del mismo ejido que no se están beneficiando con el programa.

¿Cómo funciona el banco de maíces criollos?

El Banco de Maíces Criollos con sede en Ayotitlán, municipio de Cuautitlán tiene el objetivo de apoyar a los agricultores en caso de que una contingencia afecte sus siembras, así lo informó Juan Mancilla Roblada, presidente de esta comitiva:

La función del banco de semilla es guardar para un siniestro para los compañeros que les va mal en un viento en un huracán o lo que sea, si pierden su semilla nosotros les prestamos para que siembren de nuevo, explicó el líder indígena.

Por su parte el Director de la Reserva de la Biósfera Sierra de Manantlán, Fernando Ramón Gavito Pérez, dijo que trabajan de cerca con los productores para continuar con la conservación de las especies endémicas de este grano: “Nosotros trabajamos con ocho maíces nativos diferentes con el fin de fortalecer los recursos genéticos que existen en este sitio”, manifestó.

Gavito Pérez detalló que el Banco de Maíz funciona de forma similar a un banco monetario, es decir, que  los campesinos donan una cantidad para depositar en el almacén ubicado en la Casa Ejidal, de esta semilla almacenada se realiza el préstamo a los cultivadores de maíz con el compromiso de que regresen el doble del producto y con el compromiso de que sea origen del mismo cultivo para continuar con la preservación del cereal criollo: “Lo único que se les cobra es que si les prestan una medida, ellos tienen que pagar dos o tres medidas iguales resultado del mismo producto y con esto va creciendo y se va fortaleciendo el banco”, detalló.

La organización vio reflejado el fruto del trabajo, después del paso de los huracanes Jova y Beatriz que dañaron la siembra de algunos productores del ejido Ayotitlán, y gracias a que ya tenían semilla almacenada, haciendo uso de este servicio lograron, los campesinos lograron la recuperación en un plazo menor al esperado.

En esta cooperativa además de las varias especies de maíz, se almacenan también semillas de jitomate, chile y otro tipo de verduras y vegetales.

Con Feria Comunitaria, promueven la identidad del maíz

Este 10 de noviembre se vivió la Cuarta Feria Comunitaria del Maíz en Ayotitlán. La idea de realizar una feria del maíz enfocada en este alimento, surge porque en ese ejido se descubrió el maíz “Chapule” o “Milpilla”, lo que contribuyó a que la Sierra de Manantlán, se decretara como Reserva de la Biósfera.

Decenas de personas se reunieron en la Casa Ejidal de Ayotitlán, Jalisco. Hubo una exhibición de maíces criollos  y una muestra gastronómica de platillos derivados del mismo grano, entre los que destacó el pozole, tejuino y hasta tortillas de diferentes colores y sabores, además de otras comidas elaboradas con productos regionales  que se repartieron de forma gratuita entre los asistentes.

Se registró también un certamen de leyendas, donde  los tres primeros lugares obtuvieron un reconocimiento económico por compartir algunas historias recopiladas de las anécdotas de sus ancestros.

También realizaron el concurso del tamal más pesado, donde el producto ganador pesó más de 20 kilos y fue elaborado por seis amas de casa.

Entre otras exhibiciones participaron también productores de hortaliza, elaboradores de petacas,  productores de  fertilizantes orgánicos y hasta una familia que elabora paletas de hielo con frutos de la región como zarzamora y guayabilla del cerro.

Los asistentes manifestaron sentirse contentos y orgullosos de realizar la Feria Comunitaria del Maíz porque es una forma de manifestar la cultura, tradición y las formas de convivencia de las comunidades de la zona serrana del municipio de Cuautitlán.

Descubrimiento de la milpilla contribuyó a la creación la Reserva de la Biosfera Sierra de Manantlán

El descubrimiento del teocintle “Zea diploperennis” fue realizado por investigadores de la Universidad de Guadalajara y la Universidad de Wisconsin-Madison 1979 y contribuyó a la creación de la Reserva de la Biosfera Sierra de Manantlán, decretándose el 23 de marzo de 1987, considerando esta área prioritaria para la conservación de los recursos genéticos silvestres en Mesoamérica.

*Este trabajo forma parte de la edición impresa de Letra Fría del mes de diciembre*.

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