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“La casa que arde de noche”, el proyecto que lucha por abrir espacios disidentes en Autlán

En entrevista con Letra Fría, Daniel Hernández Delgadillo, cineasta autlense, gestor cultural y principal promotor de este proyecto, habló de lo que han hecho hasta ahora y lo que viene en camino.

Autlán de Navarro, Jalisco.- El proyecto de investigación y recuperación de la memoria disidente en Autlán de Navarro y la región Sierra de Amula: “La casa que arde de noche”, en conjunto con colectivas y activistas de la comunidad LGBTIQ+ en Autlán, está trabajando para generar presencia, abrir espacios, propiciar diálogos y reflexiones sobre todos los temas posibles.

En entrevista con Letra Fría, Daniel Hernández Delgadillo, cineasta autlense, gestor cultural y principal promotor de este proyecto, habló de lo que han hecho hasta ahora y lo que viene en camino.

¿Cómo iniciaron con el trabajo de incidencia en Autlán?

Daniel contó que hace aproximadamente un año contactó a Jackye Arteaga, primero con el interés de encontrarse, conocerse y empezar a generar alianzas. Finalmente derivó en un proyecto de investigación para recuperar la memoria de la comunidad disidente de Autlán.

En el 2023 como parte de este trabajo, en la conmemoración del Día Mundial de la Lucha contra el VIH y SIDA, celebraron la primera Tertulia LGBTIQ+; memoria, visibilidad y vida, en Casa Universitaria, con la proyección del documental “Las mil y una”, de la directora de cine argentina Clarissa Navas.

En ese primer encuentro hubo una conversación con colectivas, funcionarios públicos y miembros de la sociedad civil para nombrar y visibilizar los riesgos que enfrenta la comunidad sexo disidente del municipio frente a la discriminación y la serofobia, circunstancias sistemáticas y generalizadas en nuestra sociedad que se han vuelto urgentes, según un boletín de prensa.

“Es que en Autlán no hay espacios para que las disidencias se encuentren, ni oficiales, ni informales, ni públicos, estamos por ahí, pero un poco invisibles, regadas por todos lados”, expresó Daniel Hernández.

¿Cómo nació “La casa que arde de noche”?

En ese primer encuentro -en 2023- nació el proyecto de investigación para recuperar la memoria documental, derivado de una intención personal de Daniel Hernández y una anécdota que compartió Jackye sobre una casa en Autlán en los años 80´s, donde la generación de la diversidad se reunía para vivir en libertad su disidencia, romances, encuentros, llorar, bailar y compartir la vida.

Esta casa, ubicada en el barrio de las Montañas, pertenecía al ex presidente municipal de Autlán, Miguel Ángel Íñiguez Brambila (2018-2021) conocido coloquialmente en la comunidad como “Pastelitos”, la comunidad la nombró como “La Casa que arde de noche”, de ahí nació el nombre del proyecto y mucho material para la investigación.

A la par del proyecto de investigación, surgieron otras gestiones para abrir espacios de diálogo, con lo que lograron concretar el Primer Ciclo de Cine por la Diversidad, en junio de 2024, con la proyección de 9 largometrajes nacionales e internacionales con temáticas que abordan la vida de la comunidad LGBTIQ+.

Para Daniel, con su formación de cineasta, el proyecto de “La casa que arde de noche” da para gestar una iniciativa que tiene muchos caminos posibles; la literatura, el cine, la gestión cultural, hacer crónica de las disidencias en la región, entre otros.

Presentan “Corazón de Centinela” en Autlán

Y este primero de diciembre pasado, nuevamente la comunidad disidente de Autlán hizo presencia, con la proyección del documental “Corazón de Centinela”, que aborda la temática del VIH y de manera muy específica la deficiencia del sistema de salud en Jalisco, donde en el tiempo de la pandemia de COVID-19 murieron personas por falta de atención.

“Este es un esfuerzo por volver a casa y hacer de esta casa un lugar donde se pueda vivir con más libertad, son más soltura, más aire, amplitud, eso es un poco el contexto de la proyección y porque se vuelve importante hacerlo”, expresó Daniel Hernández.

El proceso de gestión es incipiente, pero ¿ya tiene logros?

La lucha por abrir los espacios es una tarea de largo aliento y Daniel lo sabe, se le ve en el rostro y en su manera de hablar, pero en este inicio del camino ya hay algunas respuestas y señales de esos pequeños pasos.

En 2024, la comunidad celebró la tercera marcha por el Orgullo LGBTIQ+; lograron hacer un ciclo de cine y van por el segundo en 2025, han hecho presencia en la conmemoración del primero de diciembre.

“A mí, me parece que este es un trabajo de resistencia, abrir un espacio que no existía y eso toma tiempo, es algo que está moviéndose que no está dicho, no hay una certeza todavía y por eso falta hacerlo, es un tema que sigue abierto, que tiene preguntas, que hay personas que no saben que un espacio así podría existir en Autlán, donde se genere el diálogo y el encuentro más allá de un tema comercial y que tiene que ver con hacer comunidad crítica, activa que tiene cosas que decir”, comentó Daniel.

Su búsqueda incluso va más allá de generar espacios donde la comunidad pueda dialogar, la pretensión es que las conversaciones salgan de ese nicho de la población disidente y se inserten en la sociedad autlense en general, extenderse hacia las familias, espacios públicos, estudiantes y gobierno.

“Son esfuerzos incipientes, estamos aprendiendo de la prueba y el error pero que tienen un sentido para mi muy claro y que están acompañados de este proceso de investigación en el que van surgiendo estas historias de esta comunidad en diferentes generaciones”, expresó Daniel.

“Autlán, una sociedad profundamente disidente”: Daniel Hernández

Daniel recordó que en su experiencia personal, a los 17 años de edad él salió de Autlán en busca de los espacios que no encontró aquí.

“Yo lo pienso en mi propia historia y digo yo me fui de aquí a los 17 años porque estaba como necesitando de encontrar refugios, espacios que me dieran esa posibilidad y no existían en ese momento, qué pasa si existen”, expresó Daniel.

Ahora desde el lenguaje cinematográfico, quiere aprovechar para proponer temas que le importan al a comunidad LGBTIQ+ y luego desde ahí hacer el vínculo con quienes trabajan el tema desde el activismo, la gestión pública.

“Cuando toda esa gente se encuentra es algo maravilloso y eso estamos por descubrirlo… el hecho es que esta lucha también es por la vida y la sobrevivencia que no está todavía resuelta, significa que hay que seguir el camino para ir respondiendo esas preguntas que existen”, manifestó Daniel.

Para Daniel, Autlán es una sociedad profundamente disidente, hay mucha diversidad sexual en este contexto social, pero está relegada a un lugar que tiene que ver con la noche, el show, la diversión, la crítica, el chisme, y al ser señaladas en la calle.

Una lucha por la vida y la seguridad

Y en algún momento, expresó las partes oscuras por las que aún en estos tiempos transita la comunidad de la diversidad.

“No podemos olvidar que hoy en México la esperanza de vida de las personas trans, por nombrar una de las disidencias sexuales, es una esperanza de 35 años y que hay mucha gente que hoy por hoy muere por ser quien es o que es perseguida por ser quien es”, lo expresó Daniel con tono firme.

Y agregó, que hay muchos ejemplos de personas que murieron por crímenes de odio y que ni siquiera tuvieron la posibilidad de que las nombraran desde ese lugar, recordó el caso de Fray Mando Bautista, asesinada en Manzanillo, Colima, en julio de 2021.

Desde ese sitio, expresó Daniel, la lucha no ha terminado, está de por medio la seguridad y la vida y  desde ahí deben insistir en que los movimientos de representación por los derechos humanos y la vida continúan, desde lugares que pudieran parecer pequeños como Autlán.

Mil planes “disidentes”

Daniel Hernández viaja tanto a Autlán como le es posible y en cada una de sus vueltas busca aliadas desde la trinchera de casa para echar a andar sus planes de abrir espacios para la comunidad LGBTIQ+, que sumen a la reflexión y a la apropiación de la comunidad.

La idea es ocupar los espacios en los lugares públicos, en los sitios oficiales para la cultura, es un trabajo que podría llevarles la vida entera, pero Daniel dijo que no hay prisa, lo que hace está motivado por la convicción y por una vocación.

“Apropiarnos de los espacios culturales como sociedad, comunidad, es un trabajo de largo aliento, carrera de resistencia y estamos ahí aportando con las cosas que sabemos hacer, con las cosas que son nuestra vida y nuestro trabajo, que son el cine, la gestión cultural, pero eso también empieza a tener eco en otras personas y genera movimiento en otros espacios como el activismo para difundir ese germen que es la cultura, el arte, el ejercicio de comunidad”.

Existe el objetivo de sostener los espacios que ya se han ganado y abrir más, a Daniel le gustaría que haya un taller de cine, continuar con la investigación documental del proyecto de “La casa que arde de noche” donde surgirán nombres como el del filólogo, Antonio Alatorre.

Tengo más de veinte años contando historias -o quizá a estas alturas del partido ellas me cuentan a mi-. He trabajado para diferentes medios, casi todos escritos y algunos radiofónicos. Busco que el periodismo mueva algo en mí, en las demás personas, en la sociedad. Creo en el periodismo hiperlocal, este que hacemos aquí, que impacta.

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