Por: Enya Roseli | Hablemos de Naturaleza
Autlán de Navarro, Jalisco.- Claudia I. Ortiz-Arrona, nacida bajo el sol de Oaxaca, ha tejido su vida con hilos de curiosidad y compromiso hacia la naturaleza y la sociedad.
Ella es Bióloga, Doctora en Ciencias y Profesora Investigadora Titular en el Departamento de Ecología y Recursos Naturales, del Centro Universitario de la Costa Sur, Universidad de Guadalajara
Desde las aulas de la Universidad de Guadalajara hasta las distinguidas instituciones de Aberdeen en el Reino Unido y Alcalá en España, su viaje académico la ha llevado a profundizar en los misterios de la biología, la ecología, la conservación y la restauración de ecosistemas.
Con 30 años de experiencia, su trabajo ha dejado huellas profundas en los bosques mesófilos de montaña y los bosques riparios de la Reserva de la Biosfera Sierra de Manantlán, la cuenca del río Ayuquila-Armería, las cuencas costeras de Jalisco y otras regiones de México.
Navegar en la vida
Claudia ha navegado por aguas turbulentas, no solo en los ríos y arroyos que busca proteger, sino también en el flujo de su propia vida. Enfrentarse al desafío de ser pionera en su familia, sin modelos a seguir de mujeres profesionales, y elegir una carrera en biología, una profesión entonces poco reconocida, no fue tarea fácil.
Además, la dinámica de equilibrar la maternidad y el cuidado familiar con las demandas de su formación como profesora e investigadora, especialmente durante sus estudios de maestría y doctorado en el extranjero, puso a prueba su resolución y su capacidad para superar obstáculos.
Sin embargo, Claudia Ortiz nunca perdió de vista su sueño infantil de seguir una carrera universitaria. Con determinación y creatividad, encontró caminos para alcanzar sus metas, incluso contra todo pronóstico. Su testimonio es de perseverancia, de una mujer que se atrevió a cruzar fronteras, tanto geográficas como culturales, para abrazar su pasión por la conservación y restauración de la naturaleza.
El mensaje de Claudia para otras mujeres interesadas en trabajar en la conservación y la naturaleza es claro y poderoso: este campo es apasionante y está lleno de enormes desafíos, pero es crucial para la supervivencia de la humanidad.
Claudia cree firmemente que se necesitan más mujeres apasionadas, calificadas, innovadoras y comprometidas socialmente para enfrentar estos desafíos. Su viaje, marcado por la dedicación y el amor por el planeta, inspira a seguir explorando, protegiendo y restaurando los valiosos ecosistemas que nos rodean, asegurando un futuro más verde y sostenible para las próximas generaciones.
Te puede interesar: Mujeres trabajando con naturaleza: Aranzazú Castorena
MV