Por: Lourdes Cano Vázquez
Autlán de Navarro, Jalisco. 25 de septiembre de 2019 (Letra Fría) A cinco años de distancia, Ayotzinapa se perfila para ser el caso que resuelto o no, jamás conocerá la certeza. Jugaron y lucraron a tal grado con el dolor de los padres de los 43 que a estas alturas la verdad histórica es un término sin valor.
Justo esta semana, el régimen de López Obrador inicia nuevas investigaciones, llama a declarar de nuevo a los involucrados y es de esperarse que eventualmente se llegue a las mismas conclusiones; vivos los queremos, pero vivos no van a regresar.
Es justo mencionar que la investigación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos es un trabajo profundo y certero que ofrece más de 200 líneas de investigación respecto al caso. Sin embargo, ha sido desdeñada por no llevar al resultado deseado, o mejor dicho conveniente, por quienes en ese entonces buscaban sacar dividendos electorales de la tragedia, que era evidentemente un acontecimiento que golpeaba duramente al gobierno federal.
Hoy que los triunfos electorales se han dado y vivimos un cambio de régimen sin oposición, en donde hay camino libre y en el que se ha recorrido un trecho, es momento de pensar realmente en las víctimas; no sólo los 43, sino en sus familias, en todos los que han muerto y desaparecido en circunstancias similares, en todos los que igual que los normalistas han padecido la impunidad de nuestro país. Es un buen momento para pensar, ahora sí, en lo verdaderamente importante: la justicia en el caso.
LL/LL
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