Por: David Chávez Camacho
Autlán de Navarro, Jalisco. 22 de mayo 2018. (Letra Fría).- Tal es el título de una columna de la diputada federal de MC, Candelaria Ochoa, de la que hago eco interesado y solidario: “Si no es mucho pedir, ¡aborden la igualdad entre hombres y mujeres”. El texto de la legisladora fue publicado apenas unas horas antes de que iniciara el segundo debate presidencial, el ocurrido en Tijuana el domingo pasado.
Por supuesto, el exhorto de una luchadora social y feminista, aportación suya por años, aplica igual a las campañas y debates estatal y municipales.
Ochoa Ávalos recuerda pertinente que las mujeres conforman 52 por ciento de la población, dato que por sí justifica su exigencia: que las candidatas y los candidatos aborden el tema de la igualdad social, política y económica entre mujeres y hombres.
Recuerda también que según el Artículo 4º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, mujeres y hombres somos iguales ante la Ley. Sin embargo, en los hechos seguimos cargando el conjunto de prejuicios que siguen prevaleciendo y pululando por todos lados.
Candelaria cita datos que aún lastiman a toda la sociedad. Las mujeres ganan 30 por ciento menos que los hombres en términos salariales, pero las condiciones laborales de las mujeres con respecto a los hombres tienen otros detalles para nada soslayables. Las mujeres destinan por lo menos 90 por ciento de su salario a la familia, mucho más que los hombres, razón por la que requieren de mejor capacitación laboral, más y mejores ofertas de empleo y acceso al mercado laboral, seguridad social y, por supuesto, salarios justos.
Además, por respeto elemental, se debe combatir el acoso y el hostigamiento laboral, e impedir que la maternidad sea impedimento para el empleo de las mujeres.
Luego, Candelaria Ochoa recuerda pertinente y oportuna, los problemas que sufren las mujeres en materia social: La violencia contra las mujeres y el feminicidio siguen siendo una realidad; el disfrute a los espacios públicos, el acceso a la educación formal e informal es urgente, requerimos que las niñas y las mujeres cuenten con mejores niveles educativos, acceso a la salud reproductiva y sexual y acceso a la justicia.
La cito literalmente como un homenaje a la escucha, un reconocimiento humano: Los retos no son menores, las niñas y las mujeres somos millones en este país. Vivimos en zonas indígenas, rurales y urbanas. Constituimos una diversidad de culturas, ideas y prácticas, y estoy convencida que se requiere una política social y pública que atienda, desde los poderes ejecutivos en sus distintos niveles, las carencias apremiantes de salud, educación, empleo y acciones contra violencia de género. Si mejoramos la vida de más de la mitad de la población, la otra mitad se verá beneficiada.
Es difícil ser mínimamente inteligente y no coincidir con la diputada federal Ochoa Ávalos. No es posible ya regatear respeto a las mujeres mexicanas, jaliscienses, autlenses.
AJEM
