El 3 de diciembre el mundo, el país y la región deberían conmemorar el Día Mundial Sin Pesticidas con acciones prácticas, políticas públicas y programas eficaces que motiven, impulsen y ejemplifiquen la producción de alimentos sin el uso de plaguicidas.
Nosotros desmovilizados, inhabilitados, con miedo y pegados a las pantallas esperando la información que los medios nos compartan. Dependientes, paranoicos, agazapados e inseguros. Frágiles y dóciles. Obedientes. Aislados del mundo natural, de por sí. Programados, onicofágicos. Llenos de ansia, vacíos de alma.
Como nunca antes, es evidente la interrelación de los problemas globales que padece la humanidad y el planeta; la escazes de agua, contaminación, desigualdad económica, distribución de alimentos, enfermedades, cambio climático. Cuando uno de ellos se agrava, poco a poco las consecuencias