Ya estaba establecido desde el inicio del ciclo escolar, que el programa de la materia de Patrimonio Cultural incluía un viaje de estudios a la ZMG.
Así lo comenté con los estudiantes. Se documentaron previamente, se organizaron, por fortuna me prestaron vehículo oficial cabíamos 12, yo de chafirete, guía, profe, tío gruñón, etc.
La noche anterior mi querido insomnio (ya no me cae mal), me permitió estar leyendo y en mi azotea dizque ubicando cuerpos celestes gracias a mi aplicación Sky Tonight. Programé la alarma para las 5 de la mañana pues la salida de la universidad era a las 6. A las 4 y media, ya me iba a meter a bañar, me acerqué a un silloncito mientras me alivianaba, y…ja ja que me quedo dormido hasta las 6 de la mañana, tenía varios mensajes, llamadas perdidas…solo les dije – ya voy…
Algunas alumnas estaban más que furiosas, ni me querían ver. Una alumna me preguntó En tono serio: – qué le pasó. Porqué tan tarde (yo había estado insistiendo previamente que la salida era a las 6:10 estuviese quien estuviese), me acordé de mi librito de poemas “La verdad es lo único que no cambia” , y eso hice: – la verdad…me quedé dormido-
Llegamos a Guachimontones, buena organización, había tres camiones con estudiantes de una prepa también de la U de G. Nos pasaron un video y luego el recorrido. Es de las pocas zonas que tienen una pirámide circular y se aplican los principios de la arqueoastronomía.
Cruzamos de Teuchitlán (donde está Guachimontones) a Zapopan, pasando por las zonas residenciales, y la plaza Andares. Arquitectura vertical, llegamos al Centro Cultural Universitario, a visitar sus impresionantes e innovadoras instalaciones, desde la sede de cineteca, la Biblioteca Pública Juan José Arreola, El auditorio TELMEX, entre otras magnas y modernas edificaciones.
De nuevo en el refuego del tráfico arribamos al Hotel del Parque y nos salimos a comer.
Pasamos por el llamado Parque Rojo, que los sábados es un verdadero bazar árabe con opio y toda la cosa o un tianguis pacheco- cultural. Mis alumnos no están a costumbrados a ver esa fauna urbana. Me gustó que se enfrentaran a esa otra realidad.
Llegando al centro era un “rompan filas”, les comenté de cómo Guadalajara ha ganado en la apertura de espacios públicos, que es una tendencia internacional para que las personas de escasos recursos anden de paseo con sus niños, les dije que esa gente jamás iba a ir a Andares, y que los fifís de Andares jamás irían a juntarse con esa chusma. Chusma, chusma…
Era una tarde de gran bochinche en la antigua Guadalajara, rumbo el hotel pasé por la emblemática escultura del Arquitecto y exrector de la U de G, Jorge Matute Remus, nunca me dejará de sorprender su hazaña de mover el edificio de TELMEX, en la segunda mitad del siglo pasado, para que se construyera la avenida Juárez.
Sigo caminando hacia el Parque Rojo, y me encuentro al Ex Convento del Carmen, (construido en el siglo XVII para los carmelitas descalzos) partido en dos, es decir; los responsables del proyecto consideraron que para “abrir” la avenida Juárez había que dinamitar esa parte. Hace unas décadas conversando con un arquitecto y caminando por ahí, se detuvo frente al Exconvento diciéndome
– de que los hay ..los hay-
Tan fácil que hubiera sido construir un pequeño puente o un subterráneo para el paso de los vehículos.
Eso alucinaba cuando vi venir caminando y conversando a tres jóvenes espectacularmente vestidos, libres, sin importarles el Ing. Matute o si los Carmelitas andaban descalzos y a raíz…
Ellos eran los dueños de la noche. Me acordé de mi.
Falta la jornada de mañana; Hospicio Cabañas y Concierto de la Filarmónica en el Teatro Degollado. Me voy a dormir vestido y en el Lobby…no vaya a ser.