Tuxcacuesco, Jalisco.- Un equipo de científicos de diversas universidades estudiaron los niveles y la presencia de metales pesados en el agua de la cuenca del río Ayuquila-Armería que cruza los estados de Jalisco y Colima, encontrando niveles fuera del máximo permitido de mercurio y plomo.
El trabajo llamado ‘Metales pesados en agua y macroinvertebrados de la cuenca del río Ayuquila-Armería y sus afluentes’ fue elaborado once personas investigadoras de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Universidad Autónoma de Chapingo, Universidad Autónoma de Nayarit y la Universidad del Mar. Todas coordinadas por Óscar Raúl Mancilla Villa, del Centro Universitario de la Costa Sur (CUCSur) de la UdeG.
Durante su investigación levantaron muestras en 18 puntos distintos de los ríos Ayuquila, Tuxcacuesco y Armería. Cuatro de estos puntos ubicados en Colima y, el resto en territorio de Jalisco. Los metales pesados que identificaron y cuantificaron fueron mercurio, plomo, zinc, cadmio, cromo y el metaloide arsénico. Estas muestras la procesaron en el Laboratorio de Ciencias Ambientales del Colegio de Postgraduados en su campus Montecillo.
De entrada, una de las primeras conclusiones fue que todos los metales antes mencionados están presentes en el agua de los ríos Ayuquila, Tuxcacuesco y Armería, mismos que conforman la cuenca.
Plomo y mercurio, arriba de lo permitido en el río Ayuquila
Sin embargo, sólo la presencia de plomo y mercurio estuvo por encima de los límites máximos permitidos (LMP), principalmente durante el temporal.
“Específicamente solo el sitio de Zenzontla (Tuxcacuesco) en época de lluvia superó el LMP para uso en riego agrícola de la NOM-001-SEMARNAT-2021, SEMARNAT (2022) de 0.02 miligramos por litro de Hg (mercurio), registrándose una concentración de 0.021 miligramos por litro. En cuanto al LMP para aguas naturales de SEDUE (1989), los sitios Tecolotlán, Ayutla, El Corcovado, Puente El Grullo, Zenzontla, Paso Real – Tuxcacuesco, Paso Real – Ayuquila, Paso Real – Armería, Armería y Boca de Pascuales, que representan el 56% de los sitios, superó el límite en la época de lluvias”.
Extracto de la investigación
Añaden que “el mercurio, entre todos los metales pesados examinados en esta investigación, es el más nocivo; no se encuentra típicamente en el hábitat natural, por lo que su ocurrencia implica contaminación de origen antrópico. Las principales fuentes de mercurio son la industria, la minería y la aplicación de insecticidas. De lo anterior potencialmente el motivo del aumento de la concentración en el sitio de Zenzontla es el escurrimiento del valle agrícola Autlán-El Grullo ocasionado por el uso extensivo de insecticidas en las actividades agropecuarias”.
En cuanto a Pb (plomo), más del 60 por ciento de los puntos revisados tuvo niveles arriba del LMP para aguas naturales, pero sin superar el LMP para riego. A diferencia del mercurio, la contaminación por plomo puede derivarse de las aguas residuales urbanas e industriales sin tratar, apuntan.
Contaminan a macroinvertebrados
El equipo de investigación capturó y analizó 4 mil 204 ejemplares de macroinvertebrados (insectos, principalmente) y detectaron que también en ellos hay presencia de metales pesados. De todos los metales revisados encontraron muestras que superaron el LMP.
“Las concentraciones promedio de los cinco metales pesados y As (arsénico) investigados estaban por encima de los LMP. Generalmente, las mayores concentraciones se detectaron durante la época de lluvias, excepto para As”.
La contaminación por arsénico, advierten, también proviene del uso de agroquímicos. Está presente principalmente en temporada seca, ya que con las lluvias se diluye.
En sus conclusiones mencionan que para mejorar la calidad del agua en la cuenca, se recomienda implementar programas de compensación ambiental para restaurar áreas erosionadas en las regiones media y baja, así como preservar la cuenca alta como un área de recarga de acuíferos.
También se deben tomar medidas preventivas para reducir el deterioro actual de la calidad, como el pago por servicios ambientales, particularmente en áreas sin contaminación antrópica como el sitio Arroyo Manantlán, describen.
Además, los programas comunitarios deben promover la importancia de la buena calidad ecológica de los ríos y riberas, y los estudios de toxicología deben definir las concentraciones letales de metales pesados que afectan a las especies de peces que se consumen en la zona.
