Por: Roberto Suárez-Archundia
Autlán de Navarro, Jalisco. 27 de marzo de 2022. (Letra Fría) El 10 de marzo de este año se produjo en Chile uno de los acontecimientos más importantes para el movimiento LGBTTTIQA+ (Lesbianas-Gay-Bisexuales-Travestis-Transgénero-Transexuales-Intersexuales-Queer-Asexuales y más). Por primera vez se llevó a cabo un matrimonio legal entre personas del mismo sexo, siendo Javier Silva y Jaime Nazar los primeros en poder ser considerados esposos, gracias a una nueva ley que entró en vigor en Chile, logrando así una victoria para la comunidad después de décadas de insistencia y activismo en el país sudamericano.
Pese a que este hecho es plausible y desde luego, se reconoce, es importante mencionar que falta mucho por hacer a niveles jurídicos, sociales y culturales.
En México, por ejemplo el matrimonio igualitario se reconoce solo en 26 de 32 entidades federativas, lográndolo apenas en la última década y hasta este momento sin llegar a todo el territorio nacional.
Cabe mencionar que el matrimonio igualitario se considera un derecho humano y civil, sin embargo, a los miembros de la diversidad sexual este se nos ha negado de forma sistemática, existiendo de hecho diferentes discursos discriminatorios y homófobos que por desgracia, se replican en ambientes cotidianos, culminando en distintos tipos de violencia y discriminación.
Dejando de lado uno de los aspectos más importantes para seguir buscando y defendiendo el derecho al matrimonio legal; y este es, la dignidad humana.
Somos dignos y dignas de tener una decisión tan básica como el poder casarnos con quien queramos y que al mismo tiempo, esta decisión nos brinde estabilidad, seguridad, confianza, cercanía y paz mental.
Es cierto, el matrimonio no es para todo mundo, pero no se nos debería impedir por algo como una orientación sexual fuera de la heteronorma. Pensaríamos que en pleno 2022 el derecho al matrimonio es íntegro y seguro para cualquier hombre, mujer o persona no binaria. Sin embargo, esto esta lejos de ser una realidad.
Basta con analizar países como Jamaica; Arabia Saudita; Marruecos; Malasia o Papúa Nueva Guinea, por mencionar algunos, donde no solo el matrimonio igualitario es ilegal, sino de hecho pertenecer a la comunidad LGBT+ es considerado un delito, con castigos de hasta 10 años de cárcel y en los casos más extremos, llegando a la pena de muerte.
¿Es entonces una realidad el derecho al matrimonio para todo el mundo?
No podemos dejar de lado que en nuestro país hay actualmente 6 estados donde sus códigos penales no atienden este derecho humano y que además se siguen replicando discursos de odio con respecto a la comunidad. Por ello la lucha sigue, el activismo se mantiene y la búsqueda del matrimonio igualitario sigue en pie para toda la población LGBT+.
Es importante mencionar la información y educación como base a un cambio social, comencemos por atender nuestras dudas en relación a temas de la diversidad sexual y fomentemos en las próximas generaciones saludables perspectivas en referencia a las diversidades que existen en nuestros entornos.
Exijamos a nuestras autoridades el reconocimiento a todo el abanico que existe, entendiendo que derechos tan simples y básicos como el matrimonio es una cuestión de dignidad humana, no de heterosexualidad.
MA/MA
Queda prohibida la reproducción total o parcial. El contenido es propiedad de Letra Fría.
