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Es un buen día para ser intendente

Carlos Efrén Rangel reflexiona sobre la política de reajuste de sueldos del gobierno federal al personal de apoyo de la SEP, intendentes y secretarias.

Intendentes y secretarias reciben un incremento en su salario como parte de la estrategia del gobierno federal.

“De niño soñaba con ser maestro, ahora de grande quiero ser intendente”; “si tienes la oportunidad de andar con una secretaria, no la desaproveches”.

Ese par de frases fueron la materia prima de una avalancha de memes, publicaciones y reclamos que medio en broma y también muy en serio, circularon entre profesores mexicanos este fin de semana.

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La razón, es que casi al mismo tiempo que usted lea esta columna, personal de apoyo y administrativo de las escuelas recibirán un pago extraordinario que representa una miseria si se compara con las prestaciones de cualquier político, pero es muy generoso si el contraste es con las percepciones de los trabajadores de gobierno, incluidos los profesores.

La medida generó reacciones muy variadas, que por ser genuinas me pareció importante retomarlas hoy, porque me parece que pintan clarito a nuestra estructura valoral, administrativa y de concepción de nuestra función.

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Apysa

Primero la explicación

El Gobierno Federal aplica una política de reajuste de sueldos en los funcionarios públicos, como somos quienes de la SEP a quienes nos pagan un sueldo por dar clases.

Esas medidas comenzaron con la reducción del sueldo del presidente a principios del sexenio, y las reformas para que nadie ganara más que el titular del ejecutivo. La medida más reciente y ya en el campo netamente educativo, ha sido homologar los sueldos hacia arriba, aumentando los ingresos de quienes normalmente ganan menos, que son los intendentes y secretarias de las escuelas.

Las cifras cambian según los casos, pero quien gana menos, tendría, por ejemplo, un aumento del 5% de su sueldo como secretaria e intendente, y quien gana más como profesores de tiempo completo, el incremento sería apenas del 1% y con muchos menos impuestos.

Sabiendo que ocurriría desde hace meses, el incremento no se había aplicado, hasta esta quincena extraordinaria que entregó de manera retroactiva esos recursos.

Al personal secretarias e intendentes les llegaron ingresos que van de los 25 a los 30 mil pesos extra, y que significa que en lo sucesivo cada quincena ganen alrededor de 6 mil pesos. ¿Mucho? ¿Poco? Ojalá que fuera más.

De ahí el origen de los memes, las burlas y las quejas, del hecho que personas que normalmente reciben pocos ingresos, esta ocasión fueron quienes cobraron más gordo.

En lo personal me alegro por ellas y ellos, porque hay gente que trabaja con honradez, porque son padres y madres de familia a quienes ese dinero extra le significó enfrentar deudas, prepararse con ahorros, alcanzar un satisfactor que, de otra manera, no hubiera sido posible.

También existen posturas que condenan el ingreso, con el argumento que el personal de apoyo no ha estudiado como sí lo hacemos los docentes, que el nivel de responsabilidad es mucho menor y que abundan casos en que los intendentes van a la escuela a descansar en alguna sombrita, y las secretarias a tejer o a jugar solitario en las computadoras.

Es verdad, abundan quienes lo hacen, pero también hay numerosos ejemplos para desmentir.

La reflexión

Comparto con mis compañeros docentes la sensación de que la profesión que ejercemos cada vez es menos valorada. Se nota desde hace algunos sexenios por la manera en la que se abordó la evaluación para la permanencia, se percibe en la forma en que padres de familia y estudiantes nos tratan y cómo los protocolos les dan todas las ventajas a ellos y sobre nosotros recaen todas las dudas, todas las responsabilidades.

Siendo justos, los derechos laborales de los profesores son mejores que los de personas con oficios, pero están lejos de compararse con los de otros profesionistas que también demandan capacitación constante y trabajo extra.

A mí solo me hace ruido el clasismo que se desprende de las quejas de muchos colegas.

Que por que nosotros sí estudiamos, y digo, los intendentes de mi escuela son dos abogados y un arquitecto; o manifestado en expresiones puntuales como: “vamos a ganar lo mismo, van a pensar que somos iguales”.

En lo personal yo veo con simpatía que secretaria e intendentes hayan cobrado bien esta quincena y que ganen mejor en comparación con principios del sexenio.

También comparto la idea de que es necesario una revisión salarial y de valorar, por ejemplo, a los docentes que trabajan en escuelas unitarias y que una sola persona hace el trabajo de docente, director, intendente y todo lo que se ofrezca.

Pero será más sencillo movilizar la pirámide si la fortalecemos desde la base. Con solidaridad y respeto a los derechos laborales que se ganan, que son legítimos aunque a veces a uno en lo personal, no le toquen.

Por: Carlos Efrén Rangel | Un letrero en la pizarra

Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Maestro en Educación Básica.

Actualmente es profesor de español en secundaria y de Maestría en la Unidad 143 de la UPN. Desde los 17 años ejerció como reportero y comunicador en radiodifusoras y periódicos locales en Autlán. Aficionado práctico de la literatura, la crónica taurina y las columnas de opinión.

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