Por: Perimetral
Resuena el tren varias veces al día, las vías son la bienvenida a Soledad Cruz Vieja, delegación del municipio de Tlajomulco de Zúñiga, al sur del área metropolitana de Guadalajara en Jalisco.
Llegar al rancho, como le llaman quienes habitan ahí, no tiene pierde: carretera a Colima en el entronque a San Isidro Mazatepec, pasando Santa Cruz de la Flores tres kilómetros más al poniente, se encuentra el infierno ambiental de ese corredor industrial liderado por la farmacéutica Grupo Pisa.
El canto de las aves aún es perceptible en ese rincón biodiverso con humedales y manantiales. Lo que se ha ido apagando y guardando en las casas son las voces de la gente.
Salen ya poco, en las escuelas de preescolar y primaria ya se están preguntando si suspender clases. Incluso no terminan su jornada completa porque los regresan.
La densa nata que se estaciona en la zona habitacional no permite ni pensar.
Apenas si tengo veinte minutos de haber llegado y ya me duele la cabeza. Comenzamos el recorrido por los puntos más críticos donde es imposible escapar a la contaminación aérea de Comercial Fertilizantes Químicos S.A de C.V. empresa mexicana que produce fertilizantes para complementar el modelo agroquímico en la industria de la siembra masiva.



Lo primero que me sorprendió al pasar por el 7200 de la carretera, es que colocaron lonas con una consigna difícil de creer: el vapor que sale de la fábrica es agua y no contamina, dicen.
¿Sí es solo agua?
Si fuera agua ¿Por qué se queda asentado ese desecho entre las calles de Soledad Cruz Vieja?
No soy la única que se lo cuestiona.
La madre de dos nenas que presentan daños a la salud como mareo, diarrea, vómito y dolor de cabeza desde que cambió de giro la fábrica, también está incómoda.
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