Por: Pie de Página | Alianza de Medios
CIUDAD DE MÉXICO.- La hipótesis sobre el feminicidio de Luz Raquel Padilla que la Fiscalía de Jalisco presentó esta semana es una muestra de la ineficacia y falta de perspectiva de género que las fiscalías en México siguen ejerciendo, pero sobre todo es una muestra de criminalización hacia las víctimas.
Representa, además, un borrado de los avances conseguidos por las mujeres en su lucha por la justicia. Así lo advierten en entrevista las expertas en género y justicia Rita Canto, Karla Micheel Salas y Emanuela Borzacchiello.
En México se utiliza el término “criminalización” para denunciar cuando servidores públicos responsabilizan a las víctimas de sus propias muertes o del delito que cometieron contra ellas en lugar de realizar una investigación adecuada y digna. La abogada Karla Micheel Salas identifica tres formas existentes de criminalización:
“La primera forma de criminalización es cuando se habla de que la víctima se puso en riesgo, que alguna actividad o su forma de vestir provocaron volverlas víctimas de un delito. La otra forma de criminalización es cuando señalan que fueron suicidios. Y hay otro tipo: donde se les relaciona con drogas, prostitución, cosas que evilen (del adjetivo evil en inglés: malvado) a las victimas”.
Abogada Karla Micheel Salas.
Para la defensora Rita Canto, la criminalización de las víctimas directas en las fiscalías se ejerce de distintas formas, como cuestionar el simple hecho de ser mujer, su modo de vida, su estado emocional, su estado económico o su condición de pobreza, sus gusto o su oficio, indagar en sus círculos cercanos elementos que justifiquen el crimen, o encontrar la vulnerabilidad de las familias de la víctima para tender hipótesis falsas.
Además, agrega Rita Canto, hay otras prácticas que revictimizan y criminalizan: peritajes hechos a modo, necropsias y autopsias sin fundamentos científicos de manera sistemática, no reconocimiento de la palabra de las familias y víctimas, las filtraciones a la prensa, el establecimiento de hipótesis como verdaderas por parte de altas autoridades sin haber hecho investigación, los prejuicios de género en contra de las mujeres.
«Se ha avanzado, se ha intentado avanzar, las organizaciones y familias fortalecen su voz ante las fiscalías, que han permitido prácticas y medidas muy simbólicas de reparación, aunque no están dentro de marcos y referencias internacionales de reparación», dice Rita Canto.
En ese sentido una verdadera reparación tendría que ver con el acceso a la verdad y para acceder a la verdad se tendrían que erradicar estas prácticas de criminalización y revictimización.
«En el caso de Lesvy fueron tres años desde las filtraciones para llegar a la verdad. ¿Cuántos se requerirán ahora que una autoridad de alto nivel de la fiscalía dijo lo que dijo sobre Luz Raquel?».
Rita Canto.
Digna, Lesvy, Debanhi, Luz Raquel, el caso Narvarte…
Existen varios ejemplos de criminalización de las víctimas en la historia de la justicia mexicana. Sucedió con el feminicidio de Lesvy Berlín Rivera Osorio, declarado suicidio sin siquiera realizar un peritaje adecuado; el caso Narvarte, en donde se estigmatizó a las mujeres asesinadas a partir de prejuicios y estereotipos; o en el de Debanhi Escobar, en el que una de las líneas de investigación era que Debanhi cayó en la cisterna donde fue encontrado su cuerpo.
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