Autlán de Navarro, Jalisco.- El proyecto de la parcela escolar de El Mentidero está abierta para que todas las personas y familias de la localidad participen, haciendo responsables de uno o 20 surcos dentro de las 2 hectáreas donde se están sembrando de manera orgánica para devolver la salud a la tierra y a las personas que habitan este espacio, dijo en entrevista para Letra Fría Humberto González Chávez, investigador del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS Occidente) involucrado en el proyecto de promoción agroecológica en esta zona.
“Lo que hacemos como proyecto es nosotros preparamos la tierra, les ponemos el riego por goteo, les proporcionamos la semilla y además les damos capacitación y se encargan… el trato es que la mitad de la producción vaya para la escuela con los comedores escolares y la otra mitad vaya para sus casas, el mercado o para lo que ellos quieran, logramos un doble objetivo”, agregó el investigador.
Luego de dar la lucha
Después de una lucha iniciada en 2019, principalmente con la denuncia de unas madres de familia de El Mentidero que aseguraban que sus hijas e hijos estaban afectados por las sustancias tóxicas usadas en la agroindustria, a mediados de 2022 como un acto de reparación del daño, se entregó en comodato el terreno de 2 hectáreas para trabajarla como parcela escolar, ubicada detrás de la Telesecundaria Venustiano Carranza.
A la par, derivado de esta lucha en la comunidad iniciaron una serie de intervenciones y proyectos como el trabajo realizado por Humberto González en conjunto con investigadores de la Universidad de Guadalajara y el Colegio de Michoacán, que tienen el objetivo de detectar la presencia de plaguicidas y sustancias tóxicas en el organismo de niñas y niños y proponer alternativas para articular las formas en que esta población esté menos expuesta a los plaguicidas.
Alternativas libres de sustancias tóxicas
Tanto en la telesecundaria Venustiano Carranza como en la primaria José María Morelos y Pavón, las y los niños con el apoyo de las y los maestros, investigadores y la comunidad en general, han desarrollado huertos con alimentos y plantas medicinales; que en gran medida han servido para enseñar a las y los niños a valorar el trabajo que implica producir alimentos, la salud y a disfrutar de los sabores de los productos orgánicos.
Además del trabajo en los huertos, también buscan dar información a padres, madres de familia, a las y los jóvenes para hablar de cómo están presentes los plaguicidas y promover el uso de los productos orgánicos en la alimentación de las familias de El Mentidero.
Una siembra que ya ha dado cosechas
El trabajo realizado en los últimos cinco años ya ha empezado a dar algunos frutos, principalmente en las nuevas generaciones de la comunidad; las niñas y niños ya distinguen la importancia de la alimentación saludable, de producir sus propias semillas, tener plantas medicinales.
“Con los jóvenes es más fácil lograr resultados a corto plazo, con los adultos es difícil convencerles de que dejen la caña o que si echan la caña aminoren realmente el uso de plaguicidas y utilicen otras alternativas que puede haber dentro del control biológico, pero lo utilicen en serio y no como algo que ayuda a la aplicación de los plaguicidas”, reflexionó Humberto González.
El grupo de investigación que trabaja en El Mentidero, ha colaborado muy de la mano con la telesecundaria y la primaria y eso ha permitido por ejemplo, que la telesecundaria haya ganado el primer lugar como Escuela con trayectoria ambiental a nivel nacional, recibieron el apoyo del programa “Escuela me nutre”, con lo que pudieron equipar una nueva cocina y un logro también significativo es la conformación de una orquesta.