Por: Jhoseline Ramírez
Tomatlán, Jalisco. 31 de octubre de 2022. (Letra Fría).- Los campamentos tortugueros tienen como objetivo evitar la extinción de las tortugas marinas y promover su conservación. Buscan protegerlas de distintas amenazas que impactan en su ciclo de vida. Además pretender educar y concientizar a las personas y hacerlas partícipes de la preservación de las distintas especies.
Un claro ejemplo de ello es el Campamento Tortuguero La Gloria, ubicado en el municipio costero de Tomatlán, que desde 1985 ha trabajado en la conservación de las tortugas marinas, obteniendo resultados satisfactorios. De acuerdo con el biólogo José Antonio Trejo Robles, encargado de este campamento y del programa de Conservación de Tortugas Marinas del Centro Universitario de la Costa Sur (CUCSUR), señaló que si no se realizara esta labor, la totalidad de los nidos se perderían por la depredación humana.
El programa de conservación realiza cuatro estrategias para preservar efectivamente. Trejo Robles explicó que la protección de las hembras y huevos de tortuga marina, la investigación biológica y ecológica en torno a este recurso, la educación ambiental en las poblaciones aledañas a las áreas de anidación, extensión y vinculación, y el desarrollo comunitario son elementos fundamentales.
Las actividades de protección se realizan a través de recorridos nocturnos y ocasionalmente en el día, en efectos lunares es característico observar hembras anidando a partir de medio día, por la playa, donde llegan a anidar las tortugas marinas.
Biólogo José Antonio Trejo Robles
La extensión que se cubre por playa es de aproximadamente 20 kilómetros. Estas acciones están principalmente enfocadas hacia la tortuga golfina ya que el 97-98% de los nidos pertenecen a esta especie.
De acuerdo con el biólogo Trejo Robles, la metodología a seguir se lleva a cabo mediante siete fases, las cuales son: Anidación, colecta de huevos, transporte y sembrado, incubación, eclosión, emergimiento y por último la liberación de crías.
A continuación describimos cada fase:
Anidación: Para anidar la hembra sale del mar y llega a la playa, se desplaza torpemente, ya que sus extremidades están adaptadas para deslizarse en el agua y no en la arena. Busca un sitio adecuado donde depositar sus huevos, excava un hoyo con sus aletas posteriores y cuando este alcanza una profundidad adecuada (aproximadamente 45 cm en la tortuga golfina), deja caer de uno en uno o en pares sus huevos. Pone de 80 a 120 y al terminar tapa el nido con las mismas aletas y dejando caer el peso de su cuerpo para compactar la arena; finalmente, regresa al mar.
Colecta de huevos: Se realizan a través de recorridos por la playa en busca de una hembra ovipositando (expulsando huevos), un rastro de tortuga o un nido. En el primero de los casos, se tiene que esperar pacientemente a que la hembra termine de poner sus huevos, evitando perturbarla en lo mínimo.
Si se observa solo el rastro se sigue hasta encontrar el nido, en caso de que la hembra ya no se encuentre en el sitio, se procede a buscar el lugar exacto donde dejo sus huevos, esto se lleva a cabo mediante una técnica rustica pero eficiente: con una vara no muy delgada y de aproximadamente 1 metro de largo se clava ligeramente pero con fuerza en el área donde se encuentra la cama que la hembra dejó; el lugar donde la tortuga hizo el nido será menos compacto que el resto por lo que la vara se hundirá en este sitio con más facilidad.
Aunque con experiencia y distinguiéndose claramente la cama y los rastros de entrada y salida, se puede encontrar el sitio donde esta el nido. Al momento de encontrar el nido, se procede a escarbar cuidadosamente con las manos hasta encontrar los huevos, se sacan, cuentan y colocan directamente en una bolsa nylon, llenando la ficha de colecta correspondiente con los datos necesarios.
Transporte y sembrado: Una vez que se colectaron los huevos se transportan ya sea a pie o moto, dirigiéndose directamente y lo más pronto posible al corral de incubación. En este sitio se hace un hoyo similar al que hace la tortuga con aproximadamente 45 cm de profundidad, y en el fondo de éste se saca arena de las paredes para dar la forma de cántaro semejante al que hace la hembra; si la cantidad de huevos es mayor de 80 se dividen en dos partes iguales, depositándolos en dos hoyos diferentes pero continuos, esto con el propósito de incrementar los índices de eclosión de crías de tortuga marina, lo cual ha dado buenos resultados. Los huevos son colocados con cuidado y se tapa el nido colocando una estaca con un número de acuerdo al orden en que llegó al corral.
Incubación: En los huevos de tortuga golfina y en el campamento La Gloria, se tiene un promedio de 45 días y se cuentan a partir de que la hembra pone sus huevos hasta que estos son rotos por las crías. Se lleva a cabo en la arena y con el calor del sol.
Regularmente la temperatura prevaleciente en el interior del nido oscila de 29 a 32°C, temperatura suficiente para el desarrollo del embrión. Una semana antes de que llegue el final de este período se colocan mallas de alambre para contener a las tortuguitas que nazcan en el sitio y poder contarlas por nido.
Eclosión: Esta se define como el momento en que las crías rompen el huevo después de la incubación. Debido a esto en la superficie de la arena se aprecia un ligero hundimiento ocasionado por el movimiento de las crías, aunque en este momento las tortuguitas permanecen casi inmóviles, poco a poco se van liberando del cascarón e inician su desplazamiento hasta subir al exterior del nido.
Emergimiento: es la salida de las crías hacia la superficie del nido, lo que sucede generalmente de 4 a 6 días después de la eclosión. Eso ocurre generalmente al atardecer o por la noche o durante las primeras horas de la madrugada y permanecen unos minutos aletargadas sobre el nido, y después se presenta una etapa de furor la cual debe ser aprovechada para inmediatamente liberarlas en la playa.
Liberación de crías: se realiza principalmente por la noche para evitar que sean depredadas por aves en la superficie del mar; por lo que son colocadas a 8 o 10 mt del límite de marea prevaleciente en ese momento, cuidándolas en todo momento hasta que todas entran al mar ya que están además los cangrejos que también se alimentan de ellas.
Cabe mencionar, que es necesario incrementar la vigilancia, ya que el saqueo de nidos en las playas es intenso, lo que implica que haya competencia entre los depredadores y el personal que se encarga de colectar los nidos para protegerlos.
José Antonio Trejo
Los altos índices de contaminación multifactorial, como las descargas de materiales tóxicos y los desechos de plásticos, que a partir de hace 20 años se han acumulado y han invadido prácticamente todos los ecosistemas marinos, han provocado desde que las tortugas los ingieran al confundirlos con alimento, hasta llegar a atorarse o enmallarse en ellos, provocándoles que se ciñan a su cuerpo o la muerte.
También los desarrollos turísticos que invaden con infraestructura y actividades las áreas de anidación, son amenazas constantes para estas especies.
Al respecto, José Antonio Trejo Robles expone que debemos estar conscientes de la magnitud del problema que implican nuestras acciones sobre la naturaleza. La principal manera que podemos apoyar es no consumir ningún producto o subproducto de tortugas marinas, que implica huevo, carne, piel, hueso o carapacho (concha). Otra forma de ayudar es disminuir el consumo de productos desechables.
La Universidad de Guadalajara tiene más de 35 años llevando a cabo, de forma ininterrumpida, las actividades de protección y conservación de las tortugas marinas en Jalisco. En los diferentes campamentos ha recibido a miles de estudiantes, prestadores de servicio social, tesistas, voluntarios en general para participar activamente en esta labor.
Edición: MV
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