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La parroquia del Señor de la Misericordia de Amula y su creación

José de Jesús Guzmán Mora, cronista de San Gabriel, Jalisco, en su Columna Desde el Llano rulfiano, nos invita a conocer la breve historia de la creación de la parroquia gabrielense, un ícono de la religiosidad en la región.

Parroquia de San Gabriel, Jalisco, 2012. (Foto de José de Jesús Guzmán Mora)

Autlán de Navarro, Jalisco. (LF) EL PUEBLO DE SAN GABRIEL nació bajo el amparo y la protección del Señor de la Misericordia de Amula, en el año de 1576, con indígenas amultecas procedentes del antiguo pueblo de Amula (hoy Sayulapa) misma que recibió de los primeros evangelizadores franciscanos, entre ellos, Fr. Juan de Padilla, Fr. Miguel de Bolonia, Fr. Francisco de Torrijos y Fr. Alonso de Peraleja,  el conocimiento de la iglesia cristiana.

Desde su fundación y hasta la fecha, han pasado cerca de cuatro siglos y medio en los que se ha ido acrecentando, cada vez más, el fervor hacia esa sacratísima imagen considerada como extraordinariamente milagrosa.

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Dicha escultura fue elaborada en Pátzcuaro, Michoacán,  por don Matías de la Cerda y su hijo mestizo Luis, y traída posiblemente entre los años 1560 y 1570, por algún fraile franciscano.

Para su devoción los indígenas amultecas,  que huían de su lugar de origen rumbo a Jiquilpan por estar en plena erupción el Volcán de Fuego “El Colima” recibieron probablemente de fray Diego Pérez –radicado en Zapotitlán- (hoy de Vadillo),  la sugerencia de construir una ermita dedicada al Santo Cristo, en las cercanías de lo que es actualmente la iglesia parroquial, pues cuenta la leyenda que al querer continuar su marcha, después de merecido descanso bajo la sombra de unos mezquites y en la margen norte del Río Salsipuedes, la escultura se volvió inamovible. 

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Hasta es muy factible que el mismo religioso haya celebrado el sacrificio de la Eucaristía como acción de gracias por tan notable suceso.

Señor de la Misericordia de Amula. (Foto archivo parroquial de San Gabriel)

La primera ermita y su tradición oral. En cuanto a la ermita, la tradición oral solo cuenta que “… en derredor de ella los indígenas empezaron a levantar sus viviendas”; unas, hechas de adobe; otras, de horcones; posiblemente algunas de piedra, todas rústicas y techadas de zacate o echando mano de lo que estaba a su alcance.

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Es aquí que “… surgieron las primeras casa que luego se multiplicaron, abarcando un terreno relativamente pequeño, porque reducido fue por mucho tiempo el número de familias. Estas, por ejemplo, en el año de 1743 apenas llegaban a un número de 50,  y hacia 1793 integraban la comunidad un total de 313 habitantes. Sin embargo, desde los primeros años del siglo XIX, la población comenzó a desperezarse de su letargo, y poco a poco, casi sin sentirlo San Gabriel volvió a nacer y a crecer… en todos los aspectos, a transformarse… hasta alcanzar cumbres insospechadas”. 

Así pues, los fundadores de San Gabriel, provenientes de Amula vieron transcurrir más de dos centurias atareados solamente en reverenciar al Santo Cristo, a la par que desempeñaban las labores agropecuarias sirviendo a los colonos españoles y criollos, en alguna de las diferentes haciendas, hoy en ruinas la gran mayoría.

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San Gabriel en la Vicaría franciscana de Tuxcacuesco. San Gabriel, desde su fundación perteneció en calidad de visita al curato-doctrina de Zapotitlán,  administrado por religiosos franciscanos pertenecientes a la Provincia de san Pedro y san Pablo de

Michoacán;  y desde 1607, a la de Santiago de Xalisco; ésta a su vez, quedaba en el territorio del Obispado de Nueva Galicia, con sede en Guadalajara.

Al erigirse en 1705 la Asistencia de Tuxcacuesco, San Gabriel pasó a formar parte de la nueva jurisdicción conjuntamente con Xiquilpa y Tonaya, igual que otros pueblos y rancherías. 

A partir del siglo XIX, -en 1814 específicamente- ha pertenecido en primer término, a la Arquidiócesis de Guadalajara; enseguida, desde el 27 de mayo de 1961 al Obispado de Colima; y en la actualidad al Obispado de Ciudad Guzmán desde el 30 de junio de 1972, fecha de la creación del mismo. Acerca de cómo era la pequeña capilla en los siglos XVII y XVIII no se sabe mucho.

San Gabriel como Vicaría o Ayuda  de  Parroquia. Al iniciar el siglo XIX y en enero de 1803, se erigió la congregación en Vicaría o Ayuda de Parroquia, dado que sus habitantes eran ya de un número considerable, así como la gran demanda de los servicios religiosos.

Durante este tiempo, el Cura propio de Tuxcacuesco -a donde pertenecía la Vicaría- era el Dr. don Salvador Apodaca y Loreto, quien había tomado posesión de su encargo el 13 de febrero de 1803. Este notable personaje fue nombrado posteriormente Obispo de Linares, Nuevo León, en 1843.

El primer Vicario lo fue el Padre José Ma. Covarrubias,  quien la administró de 1803 a 1808; el segundo, el Padre don Francisco de Barreda,  de 1809 a 1813; en febrero de 1814 este sacerdote pasó como Cura interino a la Parroquia de Tuxcacuesco; por lo tanto, ocuparon su lugar en San Gabriel, el Padre Antonio Figueroa, fray José Ma. Morales y como último Vicario fijo el Padre Juan José Paniagua.

El 25 de marzo de 1806, alrededor de las cinco de la tarde, hubo un terremoto (Temblor de la Encarnación)  que duró siete minutos que ocasionó que los incipientes templos de toda la región se vinieran abajo, especialmente los de Tuxcacuesco, Tonaya y Zapotlán, en este último se dice que fallecieron casi 300 personas bajo la total ruina del templo y hubo 549 heridos; además del de Tuxpan en donde ocurrió algo semejante, destruyó gran parte de las capillas y viviendas del pueblo, afortunadamente no hubo pérdida de vidas humanas, por lo que sus habitantes otorgaron el 9 de abril de ese año, un Juramento oral y escrito para solemnizar anualmente al Señor del Perdón  el día 25 de marzo de cada año en memoria del temblor devastador del pueblo. 

En San Gabriel, no se sabe qué haya ocurrido, pero sin duda,  debe haberse dañado de manera importante la construcción sencilla del templo, del que se tienen muy pocas noticias.

La erección de la Parroquia de San Gabriel, 1814. Un poco antes de la erección de la Parroquia, hubo un hecho lamentable ocurrido el 4 de noviembre de 1812, ese día “… entró en este pueblo la gavilla  del insurgente Gordiano Guzmán, la que robó algunos libros pertenecientes a esta Ayuda de Parroquia y muchísimos pliegos matrimoniales”; de esto dio aviso al Obispado de Guadalajara, el Dr. don Salvador Apodaca y Loreto, Cura de Tuxcacuesco,  pues esta Vicaría estaba bajo su jurisdicción.

Para atender de mejor manera las necesidades espirituales de los numerosos feligreses y “… previendo que no serían suficientes los Vicarios de Tonaya y San Gabriel”, el excelentísimo señor obispo de Guadalajara, don Juan Cruz Ruiz de Cabañas y Crespo, decidió elevar a la categoría de Parroquia la Vicaría de San Gabriel; acontecimiento efectuado el 10 de marzo de 1814. 

Fue nombrado  el 2 de abril del mismo año como primer Párroco fray Mariano Carlos de Godoy (nativo de Jerez, Zacatecas) quien se hizo cargo de su ministerio hasta el 13 de julio del mismo año; en tanto tomó posesión a su nombre, -mientras llegaba Carlos de Godoy- don Francisco de Barreda, quien había pasado a Tuxcacuesco como Cura interino.

Auto de erección de la Nueva Parroquia. “En la ciudad de Guadalaxara, a diez de marzo de mil ochocientos y catorce años, Su Señoría Yll[ustrísi]ma el Señor D[oct]or D[o]n Juan Cruz Ruiz de Cavañas,  por la gracia de Dios y de la Santa Sede Apostólica Obispo de esta Diócesis, del Consejo de Su Magestad,  et[céter]a,  mi Señor.

Habiendo visto el exped[ien]te instruido por los vecinos e yndios del pueblo de san gabriel p[ar]a que esta ayuda de parroquia se separe de la cavecera DE Tuxcacuesco  y se erija un nuevo curato distinto de aquél;  las dilig[encia]s que a conseq[üenci]a de esto se practicaron por el Comisionado D[oct]or D[o]n Salvador Apodaca y el Auto de diez y ocho  de Diziembre del año próximo pasado en que,  con presencia de todo,  se declaró la necesidad espiritual y manifiesta utilidad de los havitadores de s[a]n gabriel para la relacionada erección y desmembración,  y en cuya conseqüencia se mandó pasar el expediente  al señor  Vice-Patrono para que prestase el consentimiento que le corresponde; el Testimonio y oficio que preceden en q[u]e d[ic]ho s[eñ]or se sirvió prestar el pretendido consentimiento con lo demás que ver convino,  dixo:

que declaraba  (y su señoría  ylustrísima  declaró)  la necesidad y utilidad de la relacionada erección, y segregaba (y  segregó) la ayuda de parroquia de sAn gabriel de su cabecera tuxcacuesco,  erigiendo,  como por el presente erije,  en beneficio colado la repetida ayuda de parroquia del pueblo de san gabriel.

  Y mandaba  (y Su  Señoría Ylustrísima mandó)  que deban pertenecer de aquí en adelante,  a este nuevo Curato:  el Pueblo de xiquilpan,  rancho de la casa de  texa,  rancho de los gallos,  rancho de las tortugas,  estancia de totolimispa,  hacienda de La Guadalupe, rancho de los mesquites,  ruedamontes,  la noria,  hacienda de san josé,  rancho del rosario,  ranchos del río de apulco  y  aguates,  ranchos del jardín  y  naranjo,  hazienda de san antonio  y el pueblo de apango, de la feligresía de Tapalpa,  respecto del cual se comunicará por Su Señoría Ylustrísima al cura del mismo lo que expuso el Comisionado para que, si libre y  espontáneamente consintiere en que dicho Pueblo se desmembre de su feligresía y se agregue a la nueva de san gabriel,  se verifique assí y,  de no,  quede apango como antes.

            Que, para el efecto de quanto va prevenido, se tomen las providencias de estilo:  que hecha la provisión de Curas en el presente concurso para Tuxcacuesco y san gabriel, se libren los correspondientes despachos a cada uno para q]u]e los hagan leer en su respectiva Yglesia Inter Missarum Solemnia por los menos en tres días de fiesta, a efecto de que todos los feligreses a quienes corresponda sepan quál es su propio párroco, ocurran a él para socorro de todas sus necesidades espirituales y administración de los Santos Sacramentos,  le tributen los respetos  q[u]e  por la calidad de tal le son debidos,  y le acudan con las obenciones,  emolumentos y  derechos propios de su oficio.

Que,  publicada suficientemente esta erección,  se dé cuenta a Su  Señoría  Ylustrísima por los respectivos párrocos;  y q[u]e,  para precaver   los  inconvenientes  que  suelen  resultar  en  semejantes  casos,  quando por error o equíboco se consignan en los mapas de estas segregaciones alguno o algunos lugares que por su cituación o distancia no quedan en la más proporcionada para la puntual y debida administración de los Santos Sacramentos,  se recervaba  y Su Señoría Ylustrísima se recervó para  lo  succesivo   el  subsanar   qualesquiera  equívoco  de  los insinuados, siempre que se venga en conocimiento del que fuere,  y agregar a donde combenga, para su mayor beneficio espiritual, los lugares en que el indicado equívoco se padeciere.

            Assí lo proveyó,  mandó y firmó.  Juan Cruz,  Obispo de Guadalaxara.  Doctor  Toribio  González.

            Y para que lo contenido…  tenga su debido cumplimiento,  mandamos dar y dimos el presente en Guadalaxara,  a diez de marzo de  mil ochocientos catorce.

            Juan Cruz  
Obispo de Guadalaxara”.

Durante aquellos años el pequeño templo era de adobe y techo de azotea, en la iglesia había un altar de cedro sin dorar y las imágenes de un Santo Cristo con corona y clavos de plata; otra del Señor San José,  con su corona y vara de plata; otra de San Juan Nepomuceno; y otra más del Santo Patrón San Gabriel. 

El templo tenía dos campanas, la mayor rajada; y la segunda, pertenecía a la hacienda de La Guadalupe. Las casas curales se componían de un salón, cocina, despensa y un corredor con su respectiva tapia.

Al señalarse la división territorial, a la Parroquia de Tuxcacuesco le quedaron “… tres  mil  novecientas  ochenta  y  una  personas  en los  treinta  y   uno   lugares  designados”   y  a  la  nueva, San Gabriel,  correspondería la atención de  “… quatro mil ciento ochenta y seis personas  (inclusas quinientas,  más o menos, del pueblo de Apango…)”,  distribuidas en los lugares que en el auto se mencionan.

El señor Cura don Salvador Apodaca, tras once años de servicio en esta feligresía, había sido relevado del cargo y destinado a la Parroquia de Mascota, a donde partió a mediados de febrero de 1814. Al marcharse dejó como encargado de la Parroquia de Tuxcacuesco al Padre Francisco de Barreda y el día 12 de dicho mes, entregó la Vicaría de San Gabriel al Padre Juan José Paniagua.  

Igualmente logró que su primer Cura propio fuese  “… don Mariano Carlos de Godoy y Carrillo,  ex director del Seminario Clerical de Misiones de Guadalaxara,  encargado de Mazamitla  e ynterino  de  Amacueca”,  quien  como  único  candidato  “… fue  presentado en 2 de abril …” de 1814; era originario de la Villa de Jerez, Zacatecas,  lugar donde nació cerca de 1777,  su padre fue don José María Carlos de Godoy.

Parroquia de San Gabriel, Jalisco, 2012. (Foto de José de Jesús Guzmán Mora)

En San Gabriel,  habiéndose ausentado el Padre Paniagua, desde  mediados  de marzo para  hacerse  cargo  del  Curato  de  Zapotitlán,  de manos del Vicario temporal fray José María Morales y en su función de “Cura substituto” el Padre Barreda en  “29 de abril de 1814 años… se dio  por recibido del Archivo, Paramentos,  Alajas y demás cosas de esta nueva parroquia…”

Al candidato fray Mariano Carlos de Godoy  “… se le dio colación del beneficio  a  25  de mayo y tomó posesión el bachiller don Francisco Barreda, cura ynterino de Tuxcaqüesco,  a 12 de junio,  y vino a este pueblo de San Gabriel en 13 de Julio del mismo año”. 

Esta fecha se considera (entre los gabrielenses) como la de la creación de la parroquia. 

Sus fiestas son las más famosas de la región, mismas que se celebran el tercer domingo de enero de cada año, según el Juramento de febrero 1865.

Visiten San Gabriel, Jalisco, un pueblo con magia.

REFERENCIA

GUZMÁN Mora José de Jesús, La Parroquia de San Gabriel Arcángel, en su glorioso bicentenario, 1814-2014. Edición patrocinada por la parroquia de San Gabriel, con el señor Cura J. Jesús Bernardino Reyes; San Gabriel, Jalisco, 2013. Editorial de los Talleres gráficos de Imprexos, de Ciudad Guzmán, Jalisco.

Profesor, músico y cronista municipal, originario de San Gabriel, Jalisco.

El 1° de septiembre de 1994, recibió el nombramiento de “Cronista de la ciudad”, de manos de la autoridad municipal.

Es miembro Cofundador de la Asociación de Cronistas Municipales del Estado de Jalisco, A. C., desde el 19 de octubre de 1996.

Primer cronista vitalicio de San Gabriel, desde el 28 de julio de 2010.

En noviembre de 2011 se integró a la Asociación de Cronistas Municipales del Occidente de México, formada por Jalisco, Colima, Michoacán y Nayarit.

Con treinta y cinco años de servicio en el magisterio estatal en primaria y secundaria, es maestro jubilado desde el 1° de junio de 2011.

Ingresó como consocio a la Benemérita Sociedad de Geografía y Estadística del Estado de Jalisco, Capítulo Sur, el 15 de octubre de 2016 con el tema: “La hacienda de Nuestra Señora de Guadalupe del Salto del Agua”.

De 2009 a 2021 fue el responsable del Archivo Histórico Municipal de San Gabriel, Jalisco.

Ha publicado una treintena de libros con temas históricos, genealógicos y monográficos. Ha participado en la prensa jalisciense, en revistas locales y en programas de radio y televisión estatal, nacional y del extranjero.

Correo: cronistademipueblo1994@hotmail.com

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