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Los motivos del hombre lobo

Jesús Medina García nos habla de su paseo por Guadalajara. Concretamente de una bella escultura de un San Francisco y un lobo, en cuya base se encuentra el poema "Los Motivos del Lobo" de Rubén Darío.

Columna de Jesús Medina_ Los motivos del hombre lobo
Foto: Archivo Jesús D Medina García. Nuestros motivos ocultos.

Hace unos días, caminaba como a las 20:00 horas por los rumbos de Aranzazu y San Francisco, ambos templos de origen colonial y con un gran valor patrimonial. Alrededor de esa zona se encuentran las terminales de varias rutas de camiones por lo que se convierte en una zona congestionada de autos y personas.

Vendedores de todo tipo de mercancías: celulares, chicharrones, cigarros sueltos, papitas, dulces, turrón, empanadas, fruta, tamales y varios productos de esa índole.

Otras personas solas, de edad avanzada aún más cansados con una mochilita en la espalda y una mirada más que fría. Se ha dicho que es por los ojos por donde emitimos la luz interna de nuestro ser. Qué miedo.

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Foto: internet. Luz interna artificial. Pero luz finalmente.

Largas filas de gente esperando su transporte público. Resignados, todos con celulares y muchos con audífonos, como queriendo borrarse del mundo.

Gente que camina de prisa y no porque fuese a llover; más bien por querer llegar a casa, y al llegar encontrarse con un pleito familiar. Observar que ya llegó el recibo de la luz, que la esposa está para variar de mal humor y buscando cualquier pretexto para hacerla de tos.

Reflexión de ciudad

Llama mi atención ver a muchas parejas de jóvenes novios, como ausentes y encapsulados en su cariño, carencias e ilusiones.

Y justamente esas imágenes me recordaron mi juventud, resulta que tenía una especie de prima, de mi edad y sumamente bella y, sobre todo, lo más importante: un carácter tierno y solidario. Tendría unos 22 años, pero muy madurita, buena amiga y compañera.

Pues a escondidas nos hicimos algo así como noviecitos, trabajaba por la enorme, bella e histórica avenida Paseo de la Reforma, cerca del metro Chapultepec (Chapultetrepo decía la banda)

Salía a las 5 de la tarde misma hora en que ya la esperaba “recargado en un poste por perro miado”, un besito y el clásico. ¿Cómo te fue? Y entonces Elsa Medina se soltaba con un relato lleno de incidentes y quejas que le habían pasado durante el día, sin conocerles yo ya sabía que Andrés era un contador muy mamila, que Lola era muy buena amiga y se confesaba ninfómana, que Sepúlveda era un bobo que se la pasaba viendo con lujuria a las mujeres, que Alfonzo era homosexual y Petra feminista radical. Vaya cuadro.

Más detalles

En ese entonces un transporte muy popular y rápido eran las llamadas “peseras”, no porque llevara pescados vivos que peces fueron, sino porque cuando surgieron cobraban un peso, y ya después te cobraban según la distancia que recorrieras, eran combis donde nos retacábamos hasta 13 o 14 chilangos.

Como mi objetivo era pasar con Elsa el mayor tiempo posible, no importaba si había 60 u 80 personas haciendo fila, tampoco importaba que fuéramos como sardinas, por mi mejor, la iba bese y bese, bien pegaditos.

En cierta ocasión, esperando la “chomby”, descubrí que metros más atrás estaba formada Doña Lupita, la mamá de mis mejores amigos, eran hermanos y compañeros todos del Colegio de Ciencias y Humanidades, CCH Atzcapo “donde se vende el café y se zurran las águilas”, diría el Oso (donde andará el canijo. Era muy cábula), él vendía churros y el Toficos pinochas y mandarinas. Pa arriba o pa bajo.

Pero volviendo a la Doña, pues resulta que estaba acompañada de su amante, no era El Varón, el padre de mis amigos, era otro señor, que paciente escuchaba lo que Lupita le contaba enfáticamente, de seguro un relato lleno de incidentes y quejas que le habían pasado durante el día.

Ella no me vio, y la verdad no recuerdo ahora si se los comenté a mis cuates o no, pero después supe que ellos ya sabían que, aunque vivieran en la misma casa sus padres ya no eran pareja, con razón cada quien dormía en su cuarto y ambos se salían temprano a trabajar y no se veían hasta la noche. Definitivamente el amor se había ido para nunca más volver.

 ¿Y por qué vivían juntos entonces?

Ahora de viejo lo entiendo perfectamente: no tenían a donde ir, la casa era grande (Norte 56 Colonia Río Blanco, ahora ahí está un Oxxo) y acordaron que cada quien podía hacer de su vida un papalote chino y prenderle fuego si quería.

Suele suceder, quedas atrapado en una tóxica red socio neuronal. Emocional.

Sólo nos juntábamos (a veces y yo de gorrón) a cenar, recuerdo que el Varón, sobándose las manitas y con un tonito superchilango le decía: – queee pues hazte unos taquitos de pollo y una salsita verde y pues de una vez una agüita de limón, sin azúcar, y ustedes qué onda, qué jais, de seguro anduvieron de pránganas haciéndose majes ja ja ja …mira…Rubén, todavía traes los oclayos bien rojos de seguro le andaban jalando las patas al diablo -.  Cuando en realidad el que traía los ojos como semáforo en alto era él.

Eso sí, era un gran jugador de carambola, un auténtico coyote que ya estaba jubilado y de las horas que pasaba en el billar sacaba al día como unos 500 o 800 pesos de ahora. Tenía una amiguita bien alivianada y unas fotos donde está con Tintan y otro actor en un cuarto de hotel y sobre la cama unos kilitos de café.

Lupita

Lupita falleció primero que él, recuerdo que en el velorio veía a un irreconocible Varón, abatido, triste, serio, callado. En la madrugada, bajo ese frio del viejo Anáhuac que te provoca sacar “humo” de tus orificios corporales, me hizo una seña de que nos saliéramos de la sala de velación, los hermanos dormían resignados en un sillón. Había que respetar el sueño de los dolientes y máxime que estábamos ante el cadáver de su madre.

Caminamos unos pasos y sacó una cajetilla de Delicados sin filtro, me ofreció uno, nadie hablaba, yo también me sentía triste, Lupita representaba mucho para mí, yo no tenía ningún familiar en el Distrito Federal, ya todos se habían devuelto a Guadalajara. No estoy muy seguro si hubo lagrimeo, permanecíamos fumando en silencio, recuerdo que había una luna poderosa y blanca sobre nuestras cabezas.

La conversación

Sacó un porro y sin decir nada lo encendió le dio las tres de rigor y me lo pasó.

Como a los diez minutos me animé a preguntarle: Don Beto, ¿usted la quería?

– mucho cabrón, mucho, desde que nos conocimos…nunca la dejé de amar-.

Su respuesta era sincera, ahí si lo vi llorar, yo también lloré poquito. Y ya envalentonado le dije:

– Y entonces porqué terminaron tan aislados,

– pasaron muchas cosas Chucho, ya ves mano, en esta vidorria hay que ponerse almeja o pierdes hasta los cacles.

Volvió el silencio, siguió la luna poderosa y enigmática, como ha sido siempre.

Sacó otro chuby y de nuevo el ritual.

– Don Beto…me cai que lo comprendo y lamento mucho esto…y me sorprende que diga que siempre la quiso-

– Estás chavo Chuchote, pero ya sobre la marcha irás viendo y sintiendo lo que es canela, pero canela fina. Es más carboncito, la quería tanto que nunca, nunca le dije nada del mamarracho ese que se agarró de amante…eso es querer cabrón, no migajas de ternura como dice tu ídolo Alberto Cortés, además ahora quien me va a hacer mis taquitos de pollo, mi agüita de limón sin azúcar…

El lobo

Volviendo a Aranzazu, Guanatos siglo XXI, y con esos recuerdos dando vueltas a mis tuercas cerebrales, observé una bella escultura de un San Francisco y un lobo.

En la base se encuentra el poema “Los Motivos del Lobo” de Rubén Darío. “Es realmente muy interesante donde nos presenta un fascinante diálogo entre Francisco de Asís y un lobo feroz. El poema se inicia con la descripción de Francisco, un hombre de corazón puro y celestial, contrastado con la bestia temible que ha causado estragos en la región, cuando Francisco decide confrontar al lobo en su guarida, desafiando las expectativas.

La comprensión de Francisco hacia el lobo, cuestionando la maldad inherente en el ser humano y defendiendo la pureza del alma animal salvaje que nos afronta el poema adquiere un giro inesperado cuando el lobo, en un acto de humildad, acepta la propuesta de Francisco de vivir en paz, alimentándose sin causar daño, con la integración del lobo en la comunidad franciscana, mostrando cómo la compasión puede transformar incluso a las criaturas más feroces.

Foto: Archivo Jesús D Medina García. De Roma para el mundo. Pero aplica.

Poema del lobo

Sin embargo, el poema toma un giro sorprendente cuando, tras la partida temporal de Francisco, el lobo regresa a sus instintos salvajes, revelando la inevitabilidad de la naturaleza animal.

Rubén Darío utiliza esta historia como una alegoría, destaca la fragilidad de la paz y la constante lucha entre el bien y el mal, incluso en aquellos que buscan redención, es una obra poética que aborda la complejidad de la naturaleza humana y animal, tejiendo una narrativa que invita a la reflexión sobre la compasión, la convivencia y la lucha interna entre la bondad y la maldad.

La historia refleja la fragilidad de la paz y la constante lucha entre el bien y el mal, recordándonos que la bondad y la maldad coexisten en la complejidad de la naturaleza. La alegoría planteada por Darío invita a la reflexión sobre la convivencia, la comprensión y la necesidad de aceptar las diferencias entre los seres humanos y la naturaleza”. https://www.clubdelecturalapaz.com/

Siempre seremos lobos y tendremos nuestros momentos de bondad y maldad, es la dualidad, es el libre albedrío, es el Varón, eres tú no te hagas y por supuesto también soy yo y recuerda: ya sobre la marcha irás viendo y sintiendo lo que es canela, pero canela fina.

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