En el llamado mes de la patria se llevan a cabo varias celebraciones relacionadas con la conformación de México como nación. El inicio de la lucha armada del movimiento de independencia, el sacrificio de los niños héroes y la consumación de la independencia.
Ante esto se presenta cierta confusión sobre todo con la celebración de los niños héroes, que corresponde a otro episodio de la historia diferente a la independencia.
El inicio de la independencia (1810), surge después de tres siglos de coloniaje formal e institucional y el agotamiento de la corona española como potencia colonial. En esa coyuntura las colonias americanas analizaron si ya era el momento de independizarse, pues el Rey español Fernando VII había sido capturado por los franceses quienes impusieron a un rey de la dinastía de Napoleón.
Sería como si ahora que muere la reina Isabel, algunos miembros de la Mancomunidad Británica de Naciones desconocieran al nuevo Rey y aprovecharan para promulgar su independencia. Lo menciono de una manera muy simplista pero más o menos y en parte, así fue el proceso.
Los líderes: un valiente cura Miguel Hidalgo líder carismático y popular, e Ignacio Allende destacado estratega militar, chocaron en lo ideológico y táctico. Pronto pagarían con su vida.
Por otra parte, el 27 de septiembre de 1821 se considera el fin de la lucha armada para lograr la independencia, casi no se festeja, pero fue el inicio de una nueva etapa nacional en busca de su identidad y el fin de la época colonial, son esos trescientos años de mestizaje obligado incluyendo las vertientes prehispánicas, españolas, asiáticas y africanas, donde se forjan los cimientos de la actual nación mexicana.
Y aunque Agustín de Iturbide tuvo un papel fundamental, la historia oficial no le perdona haberse nombrado emperador, la historia no perdona a Iturbide. La historia oficial se va solo con Guerrero y sobre todo…se tiende a personalizar a los personajes más visibles, en detrimento de las causas socioeconómicas, culturales, políticas que se agitan e impactan a este tipo de movimientos sociales, colectivos.
La batalla para tomar la capital mexicana se presenta en 1847 con la invasión por parte el ejército norteamericano y que entre otras cosas costó el hurto de más de la mitad del territorio y un fuerte golpe anímico y psicológico para los mexicanos. Algunas resonancias permanecen.
Parece increíble pero aún hay juicios abiertos en cortes de California de mexicanos que al quedar del otro lado de la nueva frontera fueron despojados de sus bienes. De un día a otro pasaron a ser ilegales en la tierra donde nacieron.
En Estados Unidos la discusión se orientaba hacia si tomaban todo el territorio mexicano o sólo una parte, hubo un político gringo que llegó a decir que lo ideal era apropiarse de todo el territorio, pero expulsando a los mexicanos. Qué lindo es México y más lindo sin mexicanos.
Todas las comunidades tienen sus mitos fundacionales, son necesarios para la construcción del imaginario cívico.
Los cadetes mexicanos que se encontraban en el Castillo de Chapultepec ese 13 de septiembre de 1847, sede del Colegio Militar, no eran niños de 8 o 9 años, pero si jóvenes cadetes inexpertos de 13, 17, 20 años que se enfrentaban a un ejército profesional, con mejores armas, tecnológicamente superior. Alevosamente superior. Así son las guerras.
Ellos pudieron rendirse, pero decidieron pelear. ¿No es un acto de heroísmo? En los archivos militares permanecen los documentos de algunos de ellos: el subteniente Juan de la Barrera y los cadetes Agustín Melgar, Francisco Márquez, Fernando Montes de Oca, Vicente Suárez y Juan Escutia.
Sobre el mito del cadete que se envolvió en la bandera: Juan Bautista Pascasio Escutia y Martínez nacido en la ciudad de Tepic, Nayarit, el 22 de febrero de 1827, lo más probable es que ese joven de 20 años tomó la bandera que era un símbolo esencial y más para un militar en esas circunstancias, le dispararon y cayó con todo y bandera.
Pero… ¿Dónde están esos sacrificios?,¿valieron la pena? Más allá del folclor festivo y los Viva México Cabrones, más allá qué…
El México actual no se merece echar a la basura esos y otros movimientos que costaron la vida de millones de mexicanos (si contamos la Revolución o La Cristiada) para tener una nación soberana que garantice el bienestar de sus habitantes mediante el ejercicio del estado de derecho.
Es sumamente peligroso para la comunidad y denigrante para sí mismo que un presidente diga que cuando no nos conviene no respetemos las leyes.
Lamentablemente en Guadalajara, la Glorieta de los Niños Héroes se ha tornado en la Glorieta de los Desaparecidos, que vinculación tan tenebrosa y triste, ahí están sus fotos, sus nombres, su ausencia, su dolor.
Qué onerosa incapacidad de las autoridades, qué deshonroso lugar para Jalisco estar en los primeros lugares de feminicidios, de desaparecidos. Son una vergüenza. Cuántas vidas truncadas de esa manera tendremos que esperar. Un llamado a las autoridades: dejen de traicionar a la Patria.
No queremos héroes, necesitamos gobiernos eficientes y democráticos. ¿Les parece un reclamo desmedido o irrespetuoso? A mí no.
Sí, queremos que viva México. Pero no así. Va mi espada en prenda, ahí van mis impuestos señoras y señores.