Monseñor Rafael Sandoval se despide agradecido de Autlán

En un mensaje emotivo frente a las y los feligreses, expresó que Autlán le ganó el corazón, agradeció enfáticamente a todas las religiosas. Agradeció enfáticamente a todas las religiosas y mencionó que todas y todos los laicos se quedarán grabados para siempre.

Rafael Sandoval agradeció todo el apoyo de la comunidad de Autlán. Foto: Letra Fría

Autlán de Navarro, Jalisco.- El Obispo emérito, Monseñor Rafael Sandoval Sandoval se despidió de la comunidad autlense, con un sentido agradecimiento por los 8 años en los que estuvo a cargo de esta diócesis, que tuvo flores y también espinas, dijo.

“Aquí ha habido muchas flores y espinas y agradezco por ambas, agradezco las llamadas de las campanas, los mariachis, las sonrisas, por quienes me seguirán queriendo como soy, mi seguridad es Dios. Es hermoso ser pertenecido”.

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Su despedida ocurrió al mismo tiempo que le daba la bienvenida – en una eucaristía de inicio de ministerio episcopal- al recién llegado, Monseñor Eduardo Muñoz Ochoa, quien será el séptimo Obispo de la diócesis de Autlán.

De acuerdo a información publicada por la Catedral de la Santísima Trinidad el pasado 7 de febrero de este año, el Papa Francisco -después de dos años- aceptó la renuncia presentada por Monseñor Rafael Sandoval Sandoval para dejar su encargo como Obispo de esta diócesis, de acuerdo a lo que marca el derecho canónico.

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 El derecho canónico ruega a los obispos a presentar su renuncia al Papa al cumplir los 75 años de edad.

Al mismo tiempo que el Papa aceptó la renuncia de Monseñor Rafael Sandoval nombró como encargado de esta diócesis a Mons. Eduardo Muñoz Ochoa, quien casi dos meses después llegó a Autlán para tomar su nuevo encargo.

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“Dios me invita al desierto”: Rafael Sandoval

Ahora comenzará una nueva etapa en su vida sacerdotal. Foto: Letra Fría

El Obispo emérito Rafael Sandoval Sandoval desde que el Papa aceptó su renuncia en febrero pasado, fungió como Administrador Apostólico.

Sandoval Sandoval inició y concluyó su -mensaje de bienvenida para el recién llegado séptimo obispo de la Diócesis de Autlán- con agradecimiento a dios por su perdón incondicional; a las religiosas, sacerdotes y laicos de Autlán por el acompañamiento en estos 8 años y se dijo dispuesto a dejarse seducir por aquel que lo llamó a los 12 años de edad para integrarse al seminario de Zamora en Michoacán.

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“En esta nueva etapa de mi vida donde dios me invita al desierto”, argumentó al referirse a lo que viene para esta etapa de su vida.

En un mensaje emotivo frente a las y los feligreses, expresó que Autlán le ganó el corazón, agradeció enfáticamente a todas las religiosas, diciendo que Dios sabe por qué decía que todas y todos los laicos se quedarán grabados en su corazón.

Sandoval expresó que no vino -a Autlán- a apropiarse de nada y con esa libertad lo dejó, nada le quitaron -al contrario- sólo lo llamaron a ser más libre.

Posterior a la ceremonia de bienvenida de Monseñor Eduardo Muñoz, la Diócesis de Autlán publicó en sus redes un agradecimiento por los 8 años y 3 meses en que Monseñor Rafael Sandoval estuvo al frente de este encargo.

Ocho años al frente de la Diócesis de Autlán

Recibió muestras de cariño y agradecimiento de parte de la comunidad. Foto: Letra Fría

El 23 de noviembre de 2015, el Papa Francisco nombró a Rafael Sandoval Sandoval nuevo obispo de la Diócesis de Autlán. Él había ejercido ese cargo en la diócesis de Tarahumara en Chihuahua.

Rafael Sandoval Sandoval nació el 4 de octubre de 1947 en Guáscaro (en el estado de Michoacán, México) y fue parte de la Congregación de “Misioneros de la Natividad de María”.

Se ordenó sacerdote en 1974 en el Seminario de León y en la misma ciudad se licenció en Teología Espiritual.

Sandoval Sandoval tuvo entre otros cargos, el de superior general en su congregación de 1994 a 1999, párroco de San Benito Abad en San Nicolás de los Garza del 2000 al 2005 y decano del Decanato de San Juan Bautista de la Zona Metropolitana Norte desde mayo de 2004.

Lo eligieron obispo de la diócesis de Tarahumara en enero de 2005 y recibió la ordenación episcopal en marzo de ese mismo año.

Tengo más de veinte años contando historias -o quizá a estas alturas del partido ellas me cuentan a mi-. He trabajado para diferentes medios, casi todos escritos y algunos radiofónicos. Busco que el periodismo mueva algo en mí, en las demás personas, en la sociedad. Creo en el periodismo hiperlocal, este que hacemos aquí, que impacta.

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