Durante muchos años se ha librado un estéril debate que parte de una pregunta ociosa: ¿deberían los estudiantes usar el celular en la escuela o no deberían hacerlo? La dicotomía de las posibilidades anula cualquier posibilidad de diálogo, que suele zanjarse por caminos generacionales: la vieja guardia siempre dice que no, que los celulares achicharran el cerebro.
El debate es estéril porque las intenciones rara vez conviven con la realidad, y el crecimiento del uso de internet es aplastante. El Instituto de Información Estadística y Geográfica de Jalisco (IIEG, 2023) reconoce que el 78% de los hogares tienen acceso al mundo digital y que el 65% de los menores de edad usan algún dispositivo regularmente. Lo que abre la puerta al entretenimiento, al aprendizaje y a los problemas.
La misma fuente informa que 3 de cada 10 estudiantes de secundaria pública han sido víctimas de ciberacoso y que 45 de cada 100 han estado expuestos a contenido violento o sexualizado, lo que, honestamente, me parece poco, pero eso fue lo que declararon en la encuesta.
La iniciativa
Esta semana, diputados de la fracción de Movimiento Ciudadano y el Sistema DIF Jalisco presentaron la iniciativa “Pantallas Seguras”, que me parece una medida positiva al superar el debate estéril que se reduce a prohibir o permitir. A partir de un seguimiento noticioso del hecho, los funcionarios consultaron conceptos emergentes como “ciudadanía digital”, que reconoce en el mundo virtual un espacio en el que se construyen relaciones productivas, se aprende, pero también se propaga la desinformación y los discursos de odio.
Debemos aprender a convivir ahí, igual que en otros espacios comunes. También contemplan el concepto de “alfabetización digital”, que implica enseñar a usar las herramientas digitales, reconociendo sus alcances y sus riesgos.
Claro que la medida tiene sus limitantes, pero son pasos necesarios. Hablan de tres acciones: la creación de una Red de Protección en Entornos Digitales para alfabetizar, que abonará políticas públicas basadas en un uso ético de las herramientas; la segunda es establecer protocolos de cuidado, con medidas técnicas como filtros de contenido y restricciones de tiempo máximo; y, por último, campañas de sensibilización que incluyan el uso de controles parentales, pero también el diálogo permanente con las niñas, niños y adolescentes (NNA), cuyo cuidado y protección es prioritario.
Superar el debate
Las autoridades reconocieron que la iniciativa aún no está terminada, que la redacción de leyes secundarias determinará mucho de la operación y que se abrirán foros para participar. Confío en que inviten a muchos docentes, pues los profesores tenemos la responsabilidad de asumir protagonismo en la alfabetización digital, superando la enseñanza instrumental de las herramientas e integrando habilidades de pensamiento crítico, ética en línea y participación ciudadana.
El activismo digital debe contrarrestar el océano de mentiras y los discursos de odio que inundan el internet.
Valoro que “Pantallas Seguras” haya superado el debate estéril de prohibir o permitir, complejizándolo en el camino para construir entornos digitales seguros, pero también espacios de participación social y de aprendizaje.
