Al elegir alimentos, los consumidores evaluamos algunas de sus características, principalmente las físicas. Es decir, la mayoría de las ocasiones seleccionamos productos que resulten más atractivos a la vista y olfato, esto se debe a los colorantes.
Nuestras decisiones están profundamente influenciadas por lo que perciben nuestros sentidos y generalmente buscamos que sea muy atractivo para la vista, pues el color es uno de los aspectos más determinantes.
De acuerdo con la Mtra. Monserrat Rodríguez León, directora de la carrera de Ciencias de la Nutrición de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG), entre los colorantes como aditivos alimentarios, son los encargados de darle un mejor aspecto visual a los productos.
Los colorantes pueden ser naturales o artificiales, si revisas la etiqueta de los productos que están en tu alacena seguro te darás cuenta de que la mayoría de los alimentos los contienen.
Estos colorantes, además de aportar el color a los alimentos, también pueden intensificar o recuperar el color perdido debido a diversos factores como la exposición a la luz, el aire o las temperaturas durante su almacenamiento y traslado.
El riesgo de los colorantes
Sin embargo, estos aditivos parecen ser únicamente un ingrediente más de los productos de la industria alimentaria, pero detrás de ellos existe un debate sobre su seguridad para la salud, especialmente a lo que respecta a los colorantes artificiales como el rojo 3, detalla Rodríguez León.
Según la especialista en nutrición, en los últimos días se ha hablado mucho de este colorante y las posibles consecuencias a la salud por su consumo. Sin embargo, esto no es un tema nuevo pues la Procuraduría Federal del Consumidor en 2020, emitió un boletín de prensa en donde advirtió los riesgos a la salud por el consumo de colorantes artificiales. Por lo que sugirió tener preferencia por el consumo de colorantes naturales como la clorofila o la curcumina.
Recientemente la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos, FDA, por sus siglas en inglés, ha emitido un comunicado en el que a partir del año 2027 en dicho país prohíbe el uso del colorante rojo 3 en los alimentos y a partir de 2028 en los medicamentos, explica la académica de la UAG.
El colorante rojo 3, o también conocido como eritrosina, es elaborado a partir del petróleo y está presente en los alimentos con aroma de fresa como chicles, gomitas, caramelos, helados, botanas, gelatinas, yogures y mermeladas. También lo contienen algunos panecitos, así como algunos cereales y bebidas azucaradas, productos que son muy populares entre niños y adolescentes.
La especialista comparte, que sorprendentemente, también se utiliza para resaltar el color de derivados cárnicos y salmón. Además, también la industria farmacéutica lo utiliza comúnmente en los jarabes para la tos y otros medicamentos, por lo que principalmente los niños pueden ser quienes consuman más productos con este aditivo alimentario.
Los efectos adversos
El consumo de este colorante se ha relacionado con hiperactividad, problemas de atención, deterioro del comportamiento y posibles efectos en el desarrollo neurológico en humanos y se ha encontrado relación con cáncer en estudios realizados en animales de prueba, por lo que se determinó que su consumo tiene un efecto perjudicial para la salud, señala Rodríguez León.
Aunque algunos expertos argumentan que las cantidades de este aditivo alimentario utilizadas en los alimentos son seguras, se recomienda reducir la exposición de sustancias potencialmente dañinas, sería lo más prudente.
Dicho colorante aún no está prohibido en México, por lo que la especialista en nutrición recomienda que los consumidores nos informemos más por los alimentos que ingerimos, por lo que comenzar con la lectura de etiquetas para conocer los ingredientes de los productos es un buen primer paso.