¿Por qué necesitamos ríos y arroyos saludables? | Entre ríos y riberas

El Día de la Tierra, también es una oportunidad para valorar a los ríos como fuente de vida de todos los habitantes del planeta y actuar para revertir el intenso grado de contaminación y sobreexplotación que presentan.

Por: Claudia Irene Ortiz Arrona  

Autlán de Navarro, Jalisco. 26 de abril de 2022. (Letra Fría) Los ríos y arroyos son corredores fluviales de gran importancia hidrológica y ecológica en el paisaje, que en su fluir conectan con otros ríos más grandes, lagos o con el mar. Por sus cauces fluyen aguas superficiales, gran cantidad de sedimentos, nutrientes y sales minerales, y en ellos viven numerosas comunidades biológicas conformando ecosistemas complejos y diversos que nos proporcionan servicios y beneficios.

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Necesitamos y valoramos los ríos y arroyos saludables por múltiples razones; provisión de agua, alimentos y recursos diversos, servicios ambientales y socioculturales. Y es que  no debemos olvidar que a través de los tiempos, los ríos y arroyos han jugado un papel determinante en la evolución de las sociedades humanas; distintas ciudades y pueblos del mundo nacieron junto a los ríos, como también ocurre con muchos pueblos en la región costa sur de Jalisco. La magia, el misterio y la belleza de los ríos han inspirado a pintores, músicos y escritores a lo largo de la historia, y han moldeado la espiritualidad humana como ningún otro elemento del mundo natural. Desde una perspectiva hidrológica, los ríos desempeñan una función medular en el ciclo global del agua entre el mar, el aire y la tierra.

En conexión con los acuíferos subterráneos acumulan precipitación y la acarrean a manera de escurrimiento hacia el mar que, a su vez, continúa el ciclo y regresa la humedad a la tierra por medio de la atmósfera. Este ciclo renueva constantemente el suministro limitado de agua en los continentes y, por tanto, sustenta toda la vida sobre la tierra. Desde un punto de vista humano, los ríos son una de las principales fuentes de agua para uso humano (agua potable, saneamiento, salud e higiene), como insumo para la producción agrícola, energía e industria. 

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Resulta importante comprender que el aporte de servicios y beneficios de los ríos y arroyos es el resultado de la dinámica y funcionamiento hidrológico y ecológico de estos ecositemas naturales multidimensionales. Primero, los ríos y arroyos en su fluir mantienen la conectividad longitudinal  del paisaje desde las zonas de cabecera donde nacen hasta su desembocadura, transportando en el agua las cargas de nutrientes, sedimentos (gravas, arenas, arcillas, limos) y organismos al ambiente costero en los que muchos ríos desaguan para sostener la riqueza biológica y una importante actividad productividad pesquera, de ahí la importancia de recuperar el caudal ecológico de los ríos que garantice su conexión con el mar. Se favorece entonces el servicio de fuente de agua en cantidad y calidad para el uso humano, (para beber, saneamiento, salud e higiene) y como insumo para la producción agrícola, energía e industria. Funcionan como hábitat y fuente de alimento para un gran número de especies de peces, anfibios, aves, nutrias (las hojas y ramas que caen de los árboles al río sirven de alimento a insectos acuáticos, dando inicio a una compleja red alimenticia). Conectan fragmentos de bosque y facilitan el movimiento y refugio de animales silvestres en el paisaje.

Segundo, las inundaciones estacionales conectan lateralmente al río con el paisaje circundante que es la ribera y zona de inundación, y promueven el intercambio de agua, nutrientes y organismos entre un diverso mosaico de hábitats. Las crecidas del río son necesarias para  remodelar el sustrato y el rejuvenecimiento de la vegetación ribereña, de este modo aumentan la diversidad de las especies y la productividad biológica. Las riberas favorecen la infiltración de agua y la recarga de acuíferos mediante sus sistemas de raíces. La energía de las crecidas intensas del río se disipa en las riberas, atenuando los daños de las crecidas del río  sobre la vida y la propiedad de las personas, y disminuyendo los riesgos hidrológicos. Además, actúan como filtro frente a la entrada del exceso de sedimentos y contaminantes químicos procedentes desde los cultivos y  terrenos agrícolas aledaños. De esta manera, ayudan a mantener agua limpia para el consumo humano y otras actividades productivas. Las raíces de los árboles y arbustos dan cohesión y estabilidad al suelo de las orillas del cauce, manteniendo el equilibrio en los procesos de erosión, transporte, depósito y sedimentación en los ríos.

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Sin embargo, el cambio de uso del suelo y la ocupación de las riberas afecta negativamente esta conexión, si además de agregamos las intervenciones que se han orientado hacia la sustitución de las funciones naturales de control de inundaciones de estas zonas ribereñas, por medio del dragado, deforestación y elevación de las orillas del río, a menudo, esta sustitución no solo ha sido infructuosa y cara, sino que también destruye otras funciones ribereñas vitales. 

Una tercera dimensión es la conectividad vertical que tiene lugar en el sustrato permeable del lecho del cauce (que es trasportado y depositado por el propio río) donde se producen una serie de flujos subterráneos de agua (y tambien de nutrientes y organismos) favoreciendo la infiltración del agua de lluvia al acuífero. Esta capacidad de infiltración y permeabilidad se ve alterada con el sellado o compactación de los suelos, pavimentación, urbanización, extracción de materiales pétreos (piedras, gravas, arenas) en los ríos y riberas.  

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En resumen, los ríos y arroyos saludables son aquellos que mantienen caudal ecológico, es decir su flijo de agua en cantidad y calidad requerido para mantener los componentes, funciones y procesos; su espacio de movilidad fluvial que le otorga su ribera y zona de inundación; sus componentes biológicos: flora y fauna; su resiliencia a futuros impactos; y los bienes y servicios que aporta a la sociedad. 

El pasado 22 de abril se celebró el Día Mundial de la Tierra, que pretende concienciar sobre los problemas ambientales y la conservación de la biodiversidad en un escenario donde los efectos del cambio climático y la sobreexplotación de los recursos amenazan con la subsistencia del planeta. El Día de la Tierra, también es una oportunidad para valorar a los ríos como fuente de vida de todos los habitantes del planeta y actuar para revertir el intenso grado de contaminación y sobreexplotación que presentan.

Hoy más que nunca, es imprescindible avanzar con el conocimiento y monitoreo del estado de salud de los ríos y arroyos en nuestra región en función de las actividades que tenemos en nuestras cuencas, y fortalecer acciones para conservar, proteger y restaurar el buen estado de salud para que estos servicios ecosistémicos tan insustituibles y esenciales para la vida puedan mantenerse. 

Figura 1. Los ríos y arroyos: proveedores de servicios y beneficios esenciales. 

Fuente: 

Postel, S. y B. Richter (2010). Ríos para toda la vida. La gestión del agua para las personas y la naturaleza. INE-SEMARNAT. México.

MA/MA

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