Por: Lado B | Alianza De Medios
Ciudad de México. 12 de marzo de 2023 (Letra Fría) .- La sumisión química es cuando se administra una sustancia con efectos psicoactivos a una persona sin su conocimiento y consentimiento, para cometer actos delictivos en su contra.
De acuerdo con investigaciones hechas en Europa, Estados Unidos y Canadá, porque en México no hay información precisa, la mayoría de las víctimas son mujeres jóvenes a quienes, por lo general, se agrede sexualmente, aunque también se usa para otros delitos como robo o estafa.
En Puebla se publicó el 8 de febrero de 2023 una reforma al Código Penal estatal para que la sumisión química con fines sexuales se considere violación equiparada, también como agravante del abuso y hostigamiento sexual.
De acuerdo con María Luisa Muñoz, del departamento de Farmacobiología del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingeniería (CUCEI), de la Universidad de Guadalajara, las sustancias más usuales para este tipo de delitos son las escopolaminas y los barbitúricos, que no sólo se ingieren sino que se absorben por la piel, la nariz o los ojos.
Carlos Rius, académico de la Facultad de Química de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó que estas sustancias afectan los receptores del cerebro, encéfalo o sistema nervioso central causando, entre otras cosas, pérdida de la memoria a corto plazo, problemas para mantener el equilibrio o afectaciones en noción del tiempo.
Mientras que Alfonso Daniel Díaz, secretario de Investigación y Estudios de Posgrado de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), dijo que la sumisión química puede generar euforia o incrementar la libido para después causar debilitamiento y pérdida de la conciencia.
Un caso en Puebla
No hay un dato preciso de cuántas mujeres han pasado por esta situación en Puebla. La Secretaría de Seguridad Ciudadana de la capital tuvo conocimiento de un caso por redes sociales, pero ninguna atención de manera formal. Sin embargo, en redes sociales abundan los testimonios de mujeres jóvenes, uno de ellos es el de Jhoselin Daniel.
La joven contó que el día del ataque, 13 de octubre de 2022, desayunó en su casa y después comió un almuerzo que le dieron en su facultad. Alrededor de las 2 de la tarde salió de Ciudad Universitaria para tomar un transporte que la llevara al centro de la ciudad.
Cruzaba la avenida San Claudio cuando una persona en contra sentido chocó con ella y sintió un piquete en el brazo. Al subirse a la combi todo le daba vueltas, entonces empezó a escribir a sus amistades para que la apoyaran.

Pasaron los minutos, se bajó del transporte, le mandó su ubicación a un amigo y sin saber cómo caminó unas 11 calles hasta llegar al centro histórico. Jhoselin tiene flashazos de estar en el coche de su amigo, luego de llegar a un estacionamiento y después vomitar en unos baños públicos, que ahora sabe eran del Centro Cultural Universitario (CCU).
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**Este contenido fue publicado originalmente en Lado B que forma parte de la Red de Periodistas de a Pie.**