Por: Vianney Martínez Pérez.
San Martín Hidalgo, Jalisco. 12 de abril de 2022.-(Letra Fría) Han pasado 350 años desde que los habitantes de San Martín Hidalgo, año con año, se preparan para llevar a cabo la tradición ancestral «Tendido de Cristos», celebrada durante el viernes de Semana Santa.
Nombrada en 2016 como el Primer Patrimonio Cultural e Inmaterial de Jalisco, la costumbre originaria de San Martín Hidalgo, volverá este viernes 15 de abril a 60 hogares de los antiguos barrios de Cruz Verde (antes San Juan), Centro, San Pedro y la Flecha.
Sin embargo, el Gobierno municipal de San Martín Hidalgo, a través de la Dirección de Turismo, ha extendido la celebración con la creación del «Programa Semana Santa», en el que habrá presentaciones de danza y exposiciones musicales.
Autoridades municipales esperan para este año a más de 35 mil turistas, por lo que desde semanas anteriores los habitantes se han organizado para preparar las principales calles de la localidad.
La promoción de dicho Patrimonio Cultural e Inmaterial de Jalisco se ha intensificado en redes sociales por las dependencias de cultura y turismo del ayuntamiento municipal, esto a través de la creación de exposiciones artesanales, fotografías y cortometrajes.
Una tradición única en el país
La manifestación cultural que recuerda la muerte de Jesucristo acostando crucifijos de las salas o habitaciones de los creyentes, es la única con estas características en el país y data el siglo XVII.
Las casas donde se lleva a cabo la tradición convierten los espacios principales del hogar en un capilla: el piso se cubre con hojas laurel del cerro, alfalfa y trébol, ramas de sabino, jaral y sauce, que sirven para cubrir los muros y al mismo tiempo de fondo para el altar. En el altar se coloca incienso, copal, velas, veladoras, naranjas agrias y flores de papel o naturales.
El cristo es preparado en un baño de crema o aceite desde las 08:00 de la mañana del día viernes santo, posteriormente es cambiado de cendal. Más tarde, por la noche, vecinos de la comunidad visitan los altares, quienes son recibidos por los propietarios de cada capilla con calabaza cocida, chilacayote, aguas frescas y tamales colados que son elaborados a base de leche hervida con canela. Después de recibir a los visitantes, cada morada vela sus cristos, consumiendo café y té.
La representaciones de los cristos están elaborados por artesanos locales con diverso materiales como pasta de maíz, madera y mezquite; su tamaños varía entre los 22 centímetro, hasta los 1.80 metros.
Edición: Gladiola Madera
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