Durante el foro por el Día Mundial del No Uso de Plaguicidas en el CU Costa Sur, el director de área de SEMADET enfatizó la explotación no sustentable de los suelos en Jalisco y el serio problema de contaminación que ha provocado.
Por: Mayra Vargas
Autlán de Navarro, Jalisco. 5 de diciembre de 2019. (Letra Fría) En la gran apuesta por el “progreso”, ocurre la contaminación del aire, suelo, agua y el aumento de los riesgos antropogénicos que ya se está viviendo en Jalisco, dijo Orión Flores Camacho, director de Área de Atención a Conflictos Socio Ambientales de la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (SEMADET), quien participó este martes en un foro por el Día Mundial del No Uso de Plaguicidas en el CU Costa Sur.
Flores Camacho señaló que al haber posicionado a Jalisco como una entidad central en la producción agroalimentaria, denominado por la anterior administración como el “gigante agroalimentario”, se sometió una presión intensiva a los suelos y al ecosistema del estado.
En el caso particular de Autlán, detalló que este municipio se encuentra en emergencia sanitaria casi permanente, debido a intoxicaciones e impactos a la salud de forma sistemática o crónica por el uso de agroquímicos:
“Es una manifestación muy clara del aumento de los riesgos generados por las actividades humanas en los asentamientos. Ha habido un aumento desmedido de las fronteras agropecuarias, lo cual ha generado también desbalance hídrico, un uso extensivo de agroquímicos, cambios de uso de suelo”.
Para el funcionario estatal, Jalisco está atravesado por diversas dinámicas sociales y productivas que deben tomarse en cuenta, pues han sido explotadas y justamente en la explotación no sustentable es que se revelan estas tendencias.
Reveló, además, que hay municipios que desechan miles de envases de agroquímicos al año, lo que habla de unos volúmenes de generación muy elevados. Por ejemplo, Casimiro Castillo desecha anualmente alrededor de 30 mil envases de agroquímicos al año y Zapotlán del Rey hasta 125 mil envases:
“Mucha gente de Casimiro se mueve para acá, se va hasta Cihuatlán o hasta Colima, hay muchas interfaces aquí y estamos seguros que a esos 30 mil hay que agregarle varios miles más que se obtienen en otras casas comerciales o que se obtienen en compras al por mayor. Otro municipio con más o menos de las mismas características territoriales de Casimiro Castillo, con otros sistemas productivos, es Zapotlán del Rey; ahí se producen aproximadamente 125 mil envases vacíos de agroquímicos, entonces esto nos habla de unos volúmenes de generación muy elevados y que al día de hoy no se están llevando a cabo en la mayoría de los casos con los debidos procedimientos”.
El representante de SEMADET enfatizó que se tiene que ir más allá para poder revertir los efectos nocivos:
“Tenemos que revertir los efectos nocivos y perversos de estos patrones de degradación y tenemos que garantizar la completa restitución de los derechos ambientales de las personas, las comunidades y los territorios”.
Entre las acciones que se realizan, mencionó que se trabaja a través de la Comisión Estatal de Seguridad para el Manejo y Uso de Plaguicidas, Fertilizantes y sustancias tóxicas (COESPLAFEST), que es la instancia encargada de coordinar, asegurar y vigilar el uso adecuado y el manejo racional de los plaguicidas, vinculada a la Comisión para la Protección Contra Riesgos Sanitarios del Estado de Jalisco (COPRISJAL), que se encarga de regular el uso adecuado y manejo de las sustancias tóxicas del campo.
El funcionario explicó que también se avanza en la revisión de inventarios en las casas comerciales de los municipios:
“Progresamos para identificar productos prohibidos no solo por la normatividad oficial mexicana. Estamos avanzando en esta revisión para identificarlos y para elevar solicitudes de actuación a la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS)”.
Este tipo de foros, dijo, son una muestra del impacto en el espacio de realización y vida de las comunidades, sobre todo los impactos a la salud. Señaló que como autoridad no pueden permanecer ajenos a que la apuesta por el “progreso”, el desarrollo económico y el aumento desmedido en patrones de consumo no sustentables, ponga sobre la mesa las condiciones propicias para llegar a este tipo de situaciones.
LL/LL
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