Crónica taurina de la segunda corrida del Carnaval Autlán 2022.
Por: Carlos Efrén Rangel
Autlán de Navarro, Jalisco. 27 de febrero de 2022. (Letra Fría) En todas las profesiones hay quien hace lo que sabe y otros que saben lo que hacen. Éstos últimos son quienes resuelven los problemas más grandes y hacen avanzar cualquier proyecto. En el ruedo no es diferente. Hay toreros que saben lo que hacen, aunque esos procedimientos a primer golpe de vista no puedan ser valorados, hasta que el resultado los avala.
Joselito Adame y Paco Ureña se instalaron en esa posición. Comencemos con el mexicano, quien triunfó de manera rotunda para reclamar su puesto de máximo representante de la torería nacional.
A Joselito le hacía ilusión lidiar en Autlán los toros de Villa Carmela, confiaba en que acá salieran con la misma bravura que lo hicieron hace unos días en León. Su intuición resultó profética. “Conciliador” fue un toro con transmisión, al que desde del capote hizo por someter, quitó por chicuelinas que no calaron mucho por la molestia del viento.
El momento clave fueron los primeros pases con la muleta, el toro salió con patas de los dos primeros tercios y había que doblarse con él, obligando al astado a ir tras de un engaño bajo y cada vez más lento. La lidia silenciosa no goza de mucho lucimiento, pero es indispensable para tejer fino, y cuando la música estalló Joselito pidió sosiego, dos tandas más de esa lidia de un torero mandón, que debía enseñar a embestir a un toro con voluntad de hacerlo. Cuando lo logró, regresó la algarabía de la banda Autlán.
Entonces José se prodigó al correr la mano con tandas largas de derechazos templados, y el de Villa Carmela fue una y otra vez tras de los vuelos de la muleta baja que barría la arena, a veces en línea recta, otras tantas en redondo ralentizando el tiempo. Deletreó la suerte suprema y el toro dobló. Cortó dos orejas. El público entendió por qué el silencio inicial era necesario.
La entrega no disminuyó ni un ápice aún con la puerta grande asegurada y ante “Tolerante” quitó por navarras de muy altos vuelos expresivos y volvió a someter a un toro bravo. El astado tuvo un mejor pitón izquierdo, interpretó naturales de calidad, con una muleta que con sus vuelos se metía bajo los belfos para llevarlo a un sitio que por decisión propia, el toro nunca hubiera ido.
También había alegría en la chistera y Joselito la entregó a raudales al pedir que la música le tocara “Pelea de Gallos”, el himno de su tierra fue el marco de los molinetes y el toreo luminoso, que también disfrutó un público que minutos antes se había emocionado con un trasteo más ortodoxo. De todo había. Joselito trae un cañón por espada y volvió a oficiar de finas maneras. De nuevo llegaron las dos orejas y el triunfo rotundo. Don José Adame Montoya reclama el sitio de máxima figura del toreo mexicano.
Paco Ureña sorteó las dos caras de la moneda. El primero de su lote fue quizá el único toro que desmereció de Villa Carmela, aun así fue sacado al tercio para premiar su pundonor al aguantar a pie firme los derrotes que tiraba sobre todo por el lado izquierdo. Con el cuarto de la tarde la cosa fue distinta.
“Hermandad” fue un toro con calidad, aunque sin mucha fuerza, y Paco Ureña interpretó pasajes muy suaves, pulseando las embestidas que de tan lentas, comenzaron a desesperar un poco al público, pero él pidió calma con mucha frecuencia. La suavidad inicial hizo que el fondo de bravura del toro surgiera a flor de piel y la intensidad de la faena subió como la espuma: Paco interpretó muletazos con el compás muy abierto, llevando con temple las embestidas.
Luego la alegría apareció: dosantinas con las que se enredó en la faja al toro, y hasta terminar con un público eufórico que fue sensible a los muletazos cadenciosos, y también alegre cuando sonó el Viva Autlán. Fallas con el acero le cerraron la puerta a más premios y cosechó una oreja, más las sensaciones de una faena que dijo en entrevista: “representó la magia del toreo”, por poder expresar una gama amplia de íntimos sentimientos.
El tlaxcalteca Sergio Flores por su parte no las tuvo todas consigo, con el primero de su lote tardó en encontrar la distancia en que el toro repetía las embestidas, muletazo a muletazo trazó una faena interesante y variada que se desdibujó con el acero.
Y con el que cerró plaza, “Príncipe” de San Constantino, tuvo una comunicación más estrecha con el público, hizo las delicias sobre todo al torear en redondo por dosantinas, aunque metió la espada completa, la trayectoria fue tendenciosa y decidió esperar innecesariamente a que el toro doblara sin usar la espada corta, lo que hizo eterna la espera y diluyó la posibilidad de cortar orejas.
Sergio sabe muchas cosas, es un torero llamado a ser grande, pero esta tarde, tomó decisiones que el resultado final hacen pensar que hizo lo que supo.
Ficha. Segunda corrida del serial 2022 en la Plaza de toros “Alberto Balderas” de Autlán de la Grana. Entrada: Dos terceras partes. 5 toros de Villa Carmela: Muy bien presentados, y buen juego en general, destacando el segundo y cuarto; un toro de San Constantino. Paco Ureña (rosa y oro), salida al tercio y oreja. Joselito Adame (azul marino y oro), dos orejas y dos orejas y Sergio Flores (verde botella y oro), palmas y silencio con aviso.
Destacó en las banderillas Curro Vivas y un puyazo de Isabel Prado.
MA/MA
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