Los trabajadores piden a los directivos del Hospital Regional de Autlán que pare el hostigamiento laboral, los cambios sin justificación y los actos de prepotencia. Señalan que hay un desgaste emocional y físico en el personal, además de un cansancio para ejercer sus funciones.
Por: Mayra Vargas
Autlán, Jalisco; 05 de septiembre de 2019. (Letra Fría) Personal de enfermería, médicos, trabajadores eventuales y supervisores de área denuncian acoso laboral y abuso de autoridad por parte de los directivos del Hospital Regional de Autlán. A esta denuncia también se sumaron trabajadores que tienen diferentes tipos de contrato.
Señalan que esta es la primera vez en su vida laboral en el Hospital Regional que padecen esta situación, en la que los directivos los obligan a hacer cambios en sus funciones sin justificación alguna, como pasar de supervisores de área a personal operativo. Además los obligan a hacer traslados fuera de sus horarios de trabajo e incluso, los fuerzan a realizar dos servicios en áreas distintas durante el mismo turno.
Aunque los trabajadores han denunciado esta serie de acontecimientos ante el Sindicato Sección 28, éste no los ha respaldado.
Una de las afectadas, que tiene más de 25 años laborando para la Secretaría de Salud Jalisco, desempeña una jefatura en el Hospital Regional de Autlán desde el 2012. En entrevista a Letra Fría, explicó que en junio de este año los directivos le hicieron llegar un documento mediante el cual le notificaban el cambio de sus funciones:
“Fue el día 30 de junio en el que me dan un documento en el que me dicen, ya no tienes esa función, te voy a respetar tu código y tu salario pero la función no la vas a tener. Sin decirme por qué y yo le dije, pues no estoy de acuerdo, ¿Cómo de un día a otro ponen el rol y a mí me van a quitar? Obviamente yo me tengo que amparar, me tengo que apoyar con el sindicato, pero el sindicato dijo que no.
A partir del 1 de julio él quería que yo fuera una persona operativa y obviamente que no, me dice, ‘tú cámbiate, a mí ya no me funcionas’. No sé cuál era su justificación o por qué me quitaba”, dijo la trabajadora.
Señaló que de manera reciente le hicieron llegar otro documento, en donde le comunicaron que está a cargo de otra jefatura, pero ella decidió impugnar:
“Porque yo no estoy de acuerdo en esa decisión que él tomó, lo hago porque el hecho de desacatar esas indicaciones a mí me pueden levantar un acta administrativa, después algo económico porque lo estaban queriendo hacer, ya después si yo hago una función de operativa, obviamente me pueden quitar el código y eso es lo que me preocupa a mí”.
La trabajadora considera injusto lo que padecen, porque hasta les han llegado a cerrar la puerta, quitarles la llave y a varias compañeras las han hostigado, diciéndoles que si no aceptan recibir la supervisión, ‘así le va’.
Una de las afectadas, que tiene años trabajando en la institución, explicó que el problema inició a mediados de agosto de este año, pues en una ocasión ella solicitó que se hiciera un rol de traslados; sin embargo, la petición fue negada. Recordó que en una ocasión ella no podía asistir ese traslado, por lo que se comunicó con su jefe inmediato, quien le precisó que se trataba de una orden:
“Entonces hicieron caso omiso de la petición y siguieron con los demás puntos, se dio la necesidad de trasladar a un paciente y cuando se aceptó al paciente en Guadalajara yo le avisé a mi jefe inmediato que no podía acudir al traslado, y pues empezó la disputa de, ‘no te estoy preguntando, es una orden y tienes que acatarla’. Le expliqué que era por situaciones personales y fue subiendo más de tono hasta que me dijo que lo hablara directamente con el director, porque él ya estaba enterado, y cuando me acerqué directamente, porque todo fue por teléfono, el subdirector ya me estaba esperando con una nota mala para mi expediente, pero la nota no estaba firmada”.
La acción de la doctora tuvo consecuencias, pues a la siguiente semana le indicaron que debía hacerse cargo de dos servicios en el hospital:
“Que me hiciera cargo del servicio de medicina interna y a la vez de urgencias, le dije que no era posible e igual me dijo que era una orden que tenía que acatar porque ya era la segunda llamada de atención y ya esos documentos se iban a ir directamente a Guadalajara y que recordara que yo era una empleada de contrato”.
Una de las trabajadoras eventuales en el área de enfermería, con menos de cinco años laborando, mencionó que en agosto empezaron los problemas con ella. Explicó que le obligaban a ir a los traslados y la institución no garantiza un apoyo fijo para el personal en caso de algún accidente:
“No tengo ningún derecho, nos lo han dejado ver muy claro, en una de las reuniones que nos dieron para los traslados, a nosotros se nos obliga a ir, no es de que si quieres irte, es de te vas o te vas. En la última reunión que tuvimos nosotros les dijimos que en caso de un accidente o algo, ¿Qué nos ampara a nosotros? ¿Con qué nos va a apoyar la institución? En resumidas cuentas nos dijeron que con nada”.
Por asistir a un traslado les pagan aproximadamente 80 pesos, dependiendo la hora lo máximo que ganan son 100 pesos. También detalló que en muchas de las ocasiones la han enviado sola, sin médicos y una vez una paciente se puso grave:
“Uno de los casos más graves que me tocó llevar a mí, fue una paciente con preclamsia de 30 semanas, me dijeron ‘está estable y te vas a ir sola’ y pues a medio camino la paciente se puso mal, se le disparó la presión, y yo dije ¿Qué voy a hacer? Aquí con este niño prematuro en la ambulancia, sin equipo, sin material, ni nada”.
Esta trabajadora eventual señaló que no le respetan sus días de descanso, incluso la han coaccionado con rescindir su contrato si no acata la orden.
Otra de las supervisoras, con casi 30 años laborando para la Secretaría de Salud Jalisco, expresó que a mediados de este año también se le notificó del cambio de sus funciones: dejar de ser supervisora para ser operativa.
“Llega mi jefa a entregarme mi documento, donde dice que a partir del primero de julio yo dejo de hacer mi funciones de supervisora y que me tengo que incorporar a la plantilla operativa. Yo le decía ‘qué bases tenía para que de un momento a otro me dijera’, y me respondió ‘es que hay quejas, hay quejas’, y yo le dije, ‘pues dime, en qué’, y pues no me dio una justificación y yo le dije, ‘a mi dime si no te funciono, si no sirvo, algo, dime, si necesito capacitación estoy dispuesta, pero sin una respuesta me dijo te tienes que ir ya’, y dije bueno, entonces seguí laborando aun así”.
Ella buscó el apoyo del sindicato, pero éste lo negó. Además fue exhibida en una reunión donde se le informó al personal que ella ya no tenía autoridad como supervisora:
“Busqué el apoyo del sindicato, cosa que no se dio, el sindicato me dio la espalda, me negaron el apoyo y el director en los días siguientes, se presenta y las jefas, convocan una reunión con el personal del turno nocturno, cosa que no me pareció porque consederé que era una forma de exhibirme y hacerme quedar mal delante de la gente y delante del personal. Les dijo que yo ya no fungía como supervisora, que yo a partir del 1ero, donde él decía que yo ya no era reconocida por parte de ellos, mi firma no servía y que todo permiso o pagos de tiempos que conmigo ya no, porque ya no era nada”, explicó.
Para ella, el hostigamiento ha comenzado desde esa fecha; cada día que se presenta a trabajar le han fincado reporte tras reporte. Ella ha sufrido de estrés, se ha enfermado y ha tenido que solicitar incapacidad por su mal estado de salud.
Otra joven trabajadora eventual, que se dedica a hacer guardias económicas tuvo problemas por hacer guardia a una compañera que se negó a hacer la supervisión:
“Me pasan con el director y las jefas y me dicen que yo cometí algo muy grave y yo me asusté, ‘dígame’ y me dicen, ‘es que le cubriste a otra persona’ y dije ‘sí, y mi supervisora sabía y ustedes saben que se ha hecho muchas veces, han tenido conocimiento y no ha habido ningún problema’, y me dijeron que en este caso no que porque la persona no está obedeciendo las ordenes de nosotros, no quiere cubrir la supervisión”.
Le dijeron que iban a enviar un oficio a contraloría y que mientras tanto ella estaba castigada, que no tenía derecho a hacer ni guardias económicas, ni que se las hicieran a ella:
“Ni los tiempos que me debían me los iban a dar, que yo me podía presentar a trabajar normalmente pero que yo me iba a acatar a lo que respondiera contraloría”, manifestó.
Después se enteró que el director había retirado la documentación y que ya no se iba a acatar al castigo de respuesta de contraloría, sino que ahora el castigo lo iba a hacer él:
“Cosa que si tienes un castigo, no te pueden poner dos por la misma circunstancia, nosotros preguntamos en Guadalajara y nos dijeron que no había ningún papel, ni en contraloría, no había nada, ningún oficio”.
A ella nunca le dieron la notificación de castigo por escrito, aunque ella lo pidió para tenerlo en su archivo personal, sus superiores no le dieron ningún documento:
”Yo lo pedí el oficio donde se me castigaba, cosa que no me quisieron dar, no me dieron ningún oficio de nada porque no me puedes castigar así nada más de palabra y ella me dijo que si podía”.
Los trabajadores piden a los directivos del Hospital Regional de Autlán que pare el hostigamiento laboral, los cambios sin justificación y los actos de prepotencia. Señalan que hay un desgaste emocional y físico en el personal, además de un cansancio para ejercer sus funciones.
LD/MA/AJEM
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