El martes inicia el ciclo escolar 2024 “A” para la comunidad de la Universidad de Guadalajara, aproximadamente 16 650 nuevos estudiantes ingresarán a algún centro universitario incluyendo el Sistema de Universidad Virtual y los dos recientemente inaugurados centros regionales: Tlaquepaque y Chapala.
Junto con el Sistema de Educación Media Superior se suman a los cerca de 340 mil estudiantes que ya estaban inscritos en esta Red Universitaria con lo que prácticamente se da una cobertura educativa en la totalidad del estado de Jalisco.
Además de las carreras como Médico Cirujano y Partero, Psicología y Abogado, (las más demandadas) viendo hacia las nuevas profesiones se ofertan las carreras de Diseño, Arte y Tecnologías Interactivas, Diseño Molecular y Materiales, Licenciatura en Gerontología, Ingeniería en Nanotecnología, Licenciatura en Estudios Liberales, en Ciencias y Alimentos entre otras.
Definitivamente es una buena noticia para nuestra comunidad ya que con esta matrícula histórica, la juventud se prepara para interactuar con conocimientos, habilidades y valores ( no para adaptarse) con una sociedad digital postpandemia sumamente compleja.
Una sociedad con serios rezagos pero también con grandes oportunidades para salir de este subdesarrollo que tiene en la pobreza y una escaza calidad de vida a más de 50 millones de los 130 de mexicano (a) s, que coexistimos en un enorme y diverso territorio con un valioso patrimonio cultural y natural y una historia interesante producto del mestizaje de las civilizaciones prehUdgispánicas, incluyendo a los habitantes del actual sur y centro de Estados Unidos, las culturas occidentales principalmente a través de España y Francia, la Africana y Asiática ( la Ruta del Galeón de Manila o Nao de China) y también a partir de la segunda mitad del siglo XIX de los Estados Unidos de América, principalmente en la región norte de nuestro país. Para bien y para mal.
La universidad: una odisea
Iniciar una carrera universitaria es una odisea, el promedio de edad es de 18, 19 años, una compleja etapa de nuestras vidas, edad de los amores y aspiraciones, sin achaques, edad de velocidad, atrevimiento e incertidumbre, de varias “primeras veces”, de carencias y dudas. Y como todas las etapas de la existencia: placeres y dolores.
Ni siquiera desde el punto de vista de las neurociencias se ha terminado de conformar el cerebro por lo que el control de las emociones es más complicado.
Hay quienes en la universidad viven simultáneamente varios procesos de adaptación e interactuación, hay quien por vez primera dejará a sus familias (quienes de alguna callada manera los habrán de extrañar), a su “rancho” y tendrán que migrar a otras latitudes, cambiarán sus hábitos, horarios y formas de organización personal.
Algunos tendrán que esforzarse y trabajar, pondrán a prueba su fe, sus creencias, su espiritualidad y posiblemente sin saberlo será su milenario instinto de sobrevivencia quien guiará su devenir.
Será el instinto, el mismo que nos ayudó como especie a sobrevivir a los cambios climáticos, a los ataques de la fauna, a los fenómenos naturales catastróficos, a nosotros mismos.
La inteligencia que propició el uso del fuego, la invención de la agricultura, de la escritura, de la comprensión de las leyes de la naturaleza, del cosmos, de la invención del buen humor, de las artes, de la búsqueda de la salud física y mental, del trabajo honesto y creativo de la imprenta, de los deportes, del lenguaje, del internet, de la otra inteligencia: la artificial (con sus bemoles), de las formas equitativas y productivas de organización social. Será esa inteligencia natural la que los hará estar aptos y en condiciones para enfrentar los diversos retos de sus nuevas y líquidas realidades.
Bienvenida la nueva generación
Y tengamos la esperanza de que estas generaciones, erradiquen los aspectos negativos de la dualidad humana: la violencia en todas sus manifestaciones, el daño al medio ambiente, a las demás especies de seres vivientes, el poder destructivo, la miseria, la autodestrucción adictiva, la hipocresía y ausencia de valores éticos universales, una falsa imagen de la felicidad vinculada a la ambición y el ansia de tener más y más a costa de lo que sea, el consumismo desmedido y plástico, vacío, inmediato.
¡Animo! y bienvenidos… no mucho, pero aún tenemos tiempo de juntos cambiar esta locura.
