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Celos | Simpatía por el débil

¨Los celos son hermanos del amor de igual modo

que el diablo es hermano de los ángeles”

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Marie Françoise-Catherine de Beauvau

Por Jesús D. Medina García

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Autlán de Navarro, Jalisco. 10 de julio de 2022. (Letra Fría) Celos: Furia, ira, indignación, devoción, anhelo, ansia de servir, preocupación por la preservación del bienestar de algo, estado de ánimo que surge de la sospecha o la aprensión de que exista un rival, o la averiguación de que existe, en el amor, en el éxito o en una situación en la que tenemos ventaja. En lenguaje bíblico, dicho de Dios: tener un amor que no tolerará infidelidad por parte del objeto amado, sospecha, percepción de un mal, desconfianza.

Los celos son los invitados inesperados al banquete de las emociones. Muchos investigadores, incluido el alumno de Darwin, Paul Ekman, niegan que sea una emoción básica. Grandes obras de la literatura universal tratan este tema (Otelo de Shakespeare). Para Sigmund Freud, al menos nuestras vidas sexuales y emociones comienzan con los celos, con la lucha del niño contra el progenitor del mismo sexo en su competencia por la atención del sexo opuesto.

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Nuestra búsqueda de un compañero sexual en la vida adulta es por tanto la continuación por otros medios del deseo de encontrar un amor incondicional e indivisible. No obstante, ahora existen más teorías que la de Freud.

Una de esas teorías señala que el sexo es valioso cuando existe de por medio el amor, como lo dice una canción de Joaquín Sabina “el sexo con amor de los casados”, para quienes se encuentren en este caso se toman los celos muy en cuenta, los considera la respuesta honorable a una situación en la que uno de sus dos signatarios rompe el contrato del amor. Su celo muchas veces enfermizo conlleva a situaciones de enfrentamiento o desesperación. Como le sucedió a Caín, el personaje que hoy nos acompaña. 

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Otras teorías señalan que el sexo sin amor es tan satisfactorio como disfrutar una deliciosa comida, para ellos los celos no son importantes.

Muchas personas que sienten celos muy intensos ante la idea de que su compañero haga el amor con otra persona afirman que no es el propio coito lo que más angustia les causa, sino lo que imaginan que sucede antes y después. Y en ocasiones sólo es lo que imaginan pero lo toman como una verdad.

El personaje

Nació en Autlán y desde pequeño había sido lo que se dice “muy celoso”, se encelaba de todo: si su padre abrazaba a un hermano, si un amigo jugaba con otros, si la maestra o maestro le dedicaba atención a otro compañero, ni se diga con la primera novia que tuvo en la secundaria López Cotilla, no la dejaba ni voltear a ver a los demás, la tomaba fuerte del brazo espetándole un furioso “que estás viendo”. La celaba tanto y cuidaba, según él, que tal vez la chica se hartó. 

Abdo, uno de sus mejores amigos le dijo un día, no, perdón: una tarde – Oye Caín, no te vayas a molestar, pero eres mi amigo, y te lo tengo que decir, tu novia Ángeles anda saliendo con el pinche Enrique.

 – no, no es cierto, Enrique es mi amigo no me haría eso, y menos Angelita, la tengo bien checadita-

-Pues checadita y todo, los viernes van al cine y salen todos despeinados y sonrientes…

Para salir de la duda decidieron ponerles una trampa, tratarían de ubicarlos a la salida, y así fue; escondidos detrás de un auto, esperaron a que la gente saliera del cine y efectivamente la parejita salió tomada de la mano.

De manera sorpresiva ambos “detectives” se les pusieron enfrente, los asustaron, ella rompió en llanto y se echó a correr para siempre por en medio de la avenida Obregón, mientras Abdo sostenía del cuello y contra la pared al traidor.

Caín estaba confundido, Abdo le gritaba – pártele la madre, aquí te lo agarro-.

Enrique volteó a ver a Caín diciéndole – sí, no meteré las manos, traicioné la amistad, dale –

Los celos se le subieron hasta el full a Caín e intentó darle un golpe, pero no pudo, se contuvo. –

– ¡no manches! – Le gritaba Abdo, – dale canijo-

 – Mejor vete pinche traidor, Abdo, suéltalo, ya estuvo-.

Pasaron los años y para que volviera a tener una pareja transcurrieron muchos más, la dulce Angelita y el fiel amigo Enrique lo dejaron traumado por aquella terrible experiencia de juventud. Pero la vida ya sabemos que sigue, así que cuando salió de la universidad se hizo una novia llamada Berta, guapa.

Le encantaba disfrutar del carnaval, en una ocasión Caín le llamó por teléfono para invitarla al toro de once, ella no quería ir pues argumentó que se sentía mal, que le dolía la cabeza, pero le preguntó por El Toncho, un gatito de Berta que le había dejado encargado en su casa, lo quería mucho.

–¿El Toncho está bien? -, preguntó. -Sí-, dijo él. 

Pero los celos lo empezaron a invadir y le salieron los fantasmas del pasado, esos nefastos fantasmas que no siempre quedan en el pasado… a veces los trae uno pesadamente cargando de por vida, -qué casualidad que no quiso ir, no se habrá ido con otro a un recibimiento o qué diablos-.

Como en esa época no había celulares, le llamó de nuevo a su casa, nadie contestó. Invadido por los celos la fue a buscar a su casa, pero no había nadie.  Su novia andaba con otro.

Regresó a casa hecho un energúmeno, tomó al Toncho y se salió a la calle con el gato envuelto en una chamarra…miauuu miauuu..mirrimiau…se enfiló al Callejón del Vicio,  la Alegría y el Destrampe, buscaba a Berta, llegó hasta la plaza de toros Alberto Balderas, compró un boleto y aprovechó un espacio para entregar su boleto y pasar con todo y gato.

Buscaba a Berta, no la vio.

Entonces Caín cegado por los celos se aproximó lo más que pudo al borde de la barrera de sol y aventó al Toncho al ruedo para desquitar su coraje …el gato corría despavorido buscando un espacio para huir, la gente gritaba y gritaba de emoción (como en la canción de Cri Cri El Ratón Vaquero).

Caín se fue a su casa, del coraje pasó al llanto. 

Nunca hubo engaño, ese día Berta había ido con su mamá a El Grullo a ver a un doctor porque le dolía mucho su cabeza. El Toncho volvió a casa de Caín como a los dos días, oloroso a cerveza, maltrecho, sucio y acompañado de una gatita negra que olía a lo mismo que su pareja gatuna. Y todo por los recochinos celos.

El Poema

Naturaleza

Tenía frío

su marido roncaba envuelto entre una decena de sabanas y cobijas,

ella soñaba que un vampiro la amaba;

el soñaba que su mujer le amaba.

El tren pasaba no lejos de ellos 

en la distancia

con jerarquía 

partiendo la noche en dos, o en tres, o en cada uno de nosotros.

Escuchar el tren de madrugada puede ser una consagración del alma.

Pero ella con tanto frío vivía en el país de los encantamientos.

El vampiro se esforzaba

 con agilidad recorría celoso el oscuro universo de sus deseos

el marido amaba en medio de trenes y vampiros a su esposa

en el reino de las alucinaciones nocturnas.

La tierra giraba con su lentitud cotidiana, 

en su pesadez; 

jugaba a la incansable consecución de las noches

y los días, y las tardes y los años, y las vidas que se acaban contra reloj.

La luz sorprendió a lagos, aves, insectos, árboles, llantas viejas, ancianos, edificios, políticos desayunantes.

Amanecía…

 como en la leyenda,

 con temor huidizo el vampiro se evaporó.

El marido, acaricio sus ojos, su boca, la besó en la frente,

y así… la esposa oliendo aun a semen prohibido 

se metió a bañar.

Pronto irían a trabajar.

MA/MA

Historiador y escritor. Ha publicado en diversas revistas, medios y modalidades. Es profesor investigador titular de la Universidad de Guadalajara.

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