«La cultura es un sistema históricamente derivado de explícitos e implícitos proyectos de vida que tienden a ser participados por todos los miembros de un grupo.«
Clyde Kluckhohn, William Henderson Kelly.
Por: Néstor Daniel Santos Figueroa
El Grullo, Jalisco. 01 de febrero de 2023. (Letra Fría).- Uno de los sectores sociales que más depende de la interacción y que posiblemente está más desamparado es el gremio cultural. La mayoría de las personas que viven en una comunidad piensan que quienes trabajan en y por la cultura lo hacen por vocación y no por necesidad y que su tiempo, conocimiento, experiencia, trabajo y esfuerzo es, por lo tanto, altruista.
Lo mismo pasa con el artista, de quien se cree que su objetivo es que su arte llegue a la mayor cantidad de personas posible, así que basta ofrecerle un espacio en un momento determinado, no así los recursos materiales y económicos necesarios no sólo para que puede llevar a cabo su trabajo, sino para su propio sustento y, en muchas ocasiones, el de su familia.
Esto no ocurre con los artistas y trabajadores del ámbito de la cultura popular y de masas. En estos casos, el presupuesto fluye y no se escatima el gasto que implica el costo del boletaje para presenciar un espectáculo. Y esto es algo bueno, es el ejemplo claro de que un artista puede y debe cobrar lo que su trabajo vale, por lo general, los espectáculos de cultura popular tienen altos estándares de calidad técnica y de ejecución.
Así pues, a los artistas y actores culturales que trabajan por la alta cultura, la cultura alternativa y la contracultura les quedan dos caminos: la autogestión y el mecenazgo. El segundo es un tanto difícil de conseguir, aunque no imposible, pero el primer camino es bastante complicado, y complejo.
No obstante, cuando se establece una red, una comunidad sólida y se conforma un gremio unido, el camino se allana. Al menos se cuenta con una base para que las actividades socioculturales se realicen, y poco a poco se formen públicos cada vez más numerosos.
En los años noventa, al menos la década que me tocó vivir en mi adolescencia y primera juventud, la existencia de una comunidad cultural permitió un momento de gran actividad artística y cultural, de acuerdo a las necesidades de esa época. No obstante, este sentido se fue perdiendo con la edad, los intereses, los caminos divergentes y el crecimiento de la población misma. Las actividades culturales necesitan del apoyo de una comunidad, es imperativo reconformarla.
MV