Por: Andrés Felipe Uribe | Mongabay Latam.
Antioquia, Colombia.- Una pequeña nube de moscas volaba cerca de un arroyito en el páramo Santa Inés, en el municipio de Belmira, Antioquia. La investigadora y bióloga Carolina Henao Sepúlveda se aproximó a ellas con curiosidad mientras disfrutaba de un momento de descanso luego de la instalación de trampas para la recolección de insectos, como parte del proyecto de investigación Las Moscas de las Flores del Grupo de Entomología de la Universidad de Antioquia, en el que se estudia a estos pequeños bichos en el páramo.
De manera sigilosa, se acercó y comenzó a apreciar lo que parecía el cortejo de un tipo de mosca que no logró identificar en ese momento. Vio cómo los machos danzaban alrededor de las hembras, mientras estas mantenían un vuelo tranquilo en el que parecían flotar en el aire, para luego acercarse poco a poco para atraerlas y así comenzar el coito.
Entre los insectos son comunes los rituales de apareamiento y en el caso de esas moscas que Henao Sepúlveda vio en el páramo, es una de sus principales características; por ello su nombre: moscas bailarinas (de la familia Hybotidae), porque los machos bailan para cortejar a las hembras y así conquistarlas.
“Soy amante de la fotografía y cuando las vi intenté tomarles fotos. Estábamos en pleno páramo, cerca de unos frailejones y ellas danzaban. Ese cortejo es su forma de sobrevivir, si no se aparean, no hay descendencia. Duré mucho rato observándolas, veía cómo gastaban su energía en el baile tratando de que una hembra les prestara atención”, cuenta la bióloga, integrante del Grupo de Entomología de la Universidad de Antioquia.
Este fue el primer acercamiento que Henao Sepúlveda tuvo con la Hoplopeza colombiana, una nueva especie de mosca bailarina. El hallazgo quedó registrado en el artículo científico “Dos nuevas especies del género Hoplopeza Bezzi (Diptera, Hybotidae, Ocydromiinae) de los bosques alto andinos de Colombia” publicado en la revista científica Zootaxa y en el que también se describe a la Hoplopeza rafaeli. Ambas especies son nuevas para la ciencia y son los primeros registros de la familia Hybotidae para el país.
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