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Las Crónicas Malditas de Donaciancillo de América (*)

Jesús Medina García nos comparte un extracto de las crónicas de Donaciancillo en la catedral de Sevilla, donde se encuentra la tumba de Colón. ¿Cuántas historias, destinos, surgieron a raíz de los viajes del Almirante?  La humanidad y el mundo cambiaron.  Ahí se dio un tremendo paso para la globalización… ¿Para bien?

Foto: Portal Patrimonio de Sevilla

A dónde iremos

¿A dónde iremos
donde la muerte no exista?
Más, ¿por esto viviré llorando?
Nezahualcóyotl que tu corazón se enderece:
aquí nadie vivirá para siempre.

Nezahualcóyotl aún los príncipes a morir vinieron,
los bultos funerarios se queman.
Que tu corazón se enderece:
aquí nadie vivirá para siempre

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Nezahualcóyotl

Habían ido en comisión a la sede de la Organización Mundial del Turismo a Madrid, la entrevista había salido bien, tenían el domingo libre, el grupo se dividió en dos: los que se quedaron en Madrid y los tres que decidieron abordar a las seis de la mañana el tren AVI que los llevaría a Sevilla.

Desde pequeño había deseado conocer La Catedral de Sevilla con todo y Giralda.

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Apysa

Foto: internet. La gran torre La Giralda, a un costado de la catedral.

Obra concebida por locos y realizada por titanes…Amalgama afortunada de cristianismo e islam. Encierra joyas únicas del gótico y del renacimiento, del plateresco y del barroco en una sinfonía irrepetible.

La torre duerme de pie

y la Catedral tendida,

Que la Giralda es la vida

y la Catedral la Fe.

La Catedral de Sevilla

Se asienta sobre la gran mezquita almohade construida por el califa Abu Yacub Yusuf (1172-1182). Tras la Reconquista la mezquita fue consagrada como catedral y adecuada al culto cristiano (1248) …así permaneció hasta que, en 1401, tomaron la decisión de “que se labre otra iglesia tal y tan buena que no haya otra su igual y que se considere y atienda a la grandeza y autoridad de Sevilla y su Iglesia, como manda la razón….

“Hagamos una iglesia tan grande que los que la vieren acabada nos tengan por locos”.

Recorrieron maravillados las estrechas calles, disfrutando de la arquitectura, el sol, todo. Llegaron a La Giralda, cientos de turistas de diversas nacionalidades recorrían el impresionante complejo, una Babel…a Donacianillo le encantó una mujer italiana, no sólo su belleza ..su olor, jamás había percibido un aroma tan atrayente, no podía desasociar el olor con la presencia de ella. Sus dos compañeros Alfonzo Zepeda y Rolando Castillo fueron por él, – hey, vente vamos al Alcázar, a la Casa de Contratación ahí está el archivo histórico más importante sobre la conquista y colonia, y luego vamos a los cafés del centro y al Guadalquivir…y a….

No, él prefería ir a pocos lugares, pero estar intensamente en cada uno de ellos, así que decidió perderse, el tren de regreso a Madrid salía a las ocho de la noche, ahí los alcanzaría, en la estación.

Cuando lo dejaron de ver, se alzaron de hombros: -esperemos llegue a las ocho a la estación…

La tumba de Colón

Donacianillo siguió al grupo de italianos hasta que la mujer desapareció con ellos, entonces escogió un lugar especial para apreciar con detalle los elementos simbólicos que integraban la tumba de Colón.

Foto: internet.

La impresionante tumba del Almirante. Colón residió en Sevilla, convertida en la gran puerta de acceso a las Indias, la mayor parte del tiempo que pasó en España después del Descubrimiento, y de ella partió por última vez en 1505, derrotado y enfermo…

¿Cuántas historias, destinos, surgieron a raíz de los viajes del Almirante?  La humanidad y el mundo cambiaron.  Ahí se dio un tremendo paso para la globalización… ¿Para bien?

Salió embelesado después de un par de horas, respetuoso se despidió de La Catedral. Recorrió los estrechos callejones, todo lo observaba, en el primer bar tomó un descanso y medio litro de vino, decidió conocer otro lugar, se metió a un lugar de canto hondo y tablado, hermosa la sevillana bailando, consumió un litro de buen vino español.

Se subió a un barco que hacía un breve recorrido por el Guadalquivir pensó en la tumba del navegante, pensó en el siglo XV, bajó del barco en busca de más vino, de más historia, de más intensidad. Descansó en unas escalinatas donde unos muchachos jugaban futbol, el balón llegó a sus pies, animado la regresó echándole estilo, diciendo- órale compas ahí les va-

Uno de ellos le dijo, – tío de dónde eres, hablas raro-

-mexicano mi amigo, mexicano y estoy viendo a los descendientes de los barbones que nos conquistaron hace más de quinientos años-

Uno de ellos, se dirigió a los demás: ´- ehh hagamos un alto, platiquemos con este tío…

Platícanos de México anda…

– qué quieren saber—y así empezó a hablarles de los Aztecas, de cómo Cortés aprovechó las diferencias entre los aztecas y sus enemigos

A los chavales les provocaba risa cada que el mexicano profería un regionalismo o un cabrón…

Pidió le consiguieran otra botella de vino, cosa fácil en Sevilla. Parecía un Séneca enloquecido emitiendo diatribas ante el Ágora…era el centro de atención, ya estaba borrachón…

Uno de ellos de ojos negros y cabello rizado le dijo – hey tío …que tu tren se va en veinte minutos y no estáis tan cerca de la estación…

-No manches…cómo que veinte minutos… (ahora sí ebrio) …tomaré un taxi…- no tío que no llegarás… hay mucho tráfico ahora, mira. Efectivamente tan absorto estaba en su interactuar que ni cuenta se dio del paso del tiempo ni de lo borracho que estaba.

-Eh, tío súbete a la motoneta de Tony, él te llevará… agárrate fuerte y buen viaje esperemos llegues. –

Tony resultó un excelente piloto, intrépido, en quince minutos llegaron a la estación se abrazaron, – Nunca te olvidaré-

Sus dos amigos lo vieron llegar entre preocupados y molestos

Lo vieron ebrio, seguía hablando, confundía las anécdotas y los datos. Ahora hablaba de los setecientos años que los árabes estuvieron ocupando Sevilla y el sur de la península, los cabellos hirsutos, un morralito y un tremendo dolor de cabeza: Se sentía un cronista renacentista, su mente inventaba crónicas malditas, como aquellas que marcaron el destino de América.

Ya en Madrid, camino al hotel, se orinó en una calle, recordó a la italiana. Llegando a la habitación triple se desnudó, cayó como fardo sobre la cama, sus colegas apagaron la luz, le pareció escuchar ruidos rítmicos y extraños en la cama de al lado, no le importó… pronto pagaría tributo, su cabeza ya empezaba a estallar.

(*) versión libre del cuento Las Crónicas Malditas de Donaciancillo de América, en “Historias Globalifóbicas”. (2015) Ed. U de G. México.

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