La diabetes fue la segunda causa de muerte en México el año pasado (INEGI, 2024). Dice mucho de nosotros que una enfermedad que puede ser prevenible con hábitos saludables nos cueste tantas vidas.
Asumiendo la contradicción, entiendo perfectamente lo difícil que es cuidarse porque soy un glotón irredento. Mi definición de día perfecto no está completa si no como un pan dulce o un pedazo de pastel; también encuentro en las galletas el ánimo en los días difíciles y la recompensa a los múltiples esfuerzos.
Por increíble que parezca, o quizá por mi ya declarada condición de glotón, pensé mucho en panes en todas las actividades en que participé de la Feria Municipal del Libro y de Promoción a la Lectura que se inauguró hace unos días y que durará hasta el próximo fin de semana.
Es la tercera edición de la feria y la segunda en la que Miriam Luján Espinoza, regidora del Ayuntamiento de Autlán, me invita a colaborar en la organización. Así que, además de por el gusto de escuchar hablar a escritores, de tomarme fotos en los librotes que adornan el jardín Constitución y husmear en los puestos de libros que hay, he ido tanto como he podido a colaborar en lo que toca, desde presentar panelistas hasta mover sillas.
Habilidades cognitivas
Pensé en panes porque recién han pasado por mis manos numerosos estudios de investigadores que relacionan el consumo de contenido digital con la pérdida de algunas habilidades cognitivas básicas: concentración, memoria, diálogo.
No es tan difícil de prever si infinidad de aplicaciones digitales están hechas para estimular la producción de neurotransmisores como la dopamina y el cortisol, que generan una sensación inmediata de placer y de satisfacción. Las imágenes multicolores, la música y la narrativa están hechas para un consumo rapidísimo.
Nuestro cerebro, entonces, acostumbrado a estos estímulos potentes y vertiginosos, resulta incapaz de enfrentar procesos más fuertes, como mantener la atención importante, recordar un dato valioso o reconocer que existen diversidad de visiones y vivencias del mundo, que no son una amenaza y que podríamos convivir con ellas, aprender de ellas, nutrirnos de ellas, como nos nutrimos de verduras y proteínas.
Equilibrios
Quien me conoce personalmente o con alguna interacción escolar sabe perfectamente que, para nada, tengo la postura de prohibir el consumo digital, como tampoco quiero hacer responsable a los panaderos por las muertes a causa de la diabetes. Mi postura es que debemos buscar equilibrios.
Además de comer pan, disfruto mucho hacer algunas actividades deportivas: caminar o correr son mis favoritas, y, gracias a esa combinación, hasta este momento de mi vida, mis exámenes médicos suelen salir bien.
La lectura de libros es la contraparte del consumo digital de redes sociales y de videojuegos. Leer páginas de papel mantiene la generación de neurotransmisores que provocan felicidad, estimulando otros procesos como la concentración, la memoria, la capacidad de diálogo con quien piensa distinto, generando conexiones neuronales que desarrollan la inteligencia.
Así que los esfuerzos, los recursos, los alcances en la promoción de la lectura, por modestos que sean, representan una lucha para hacer contrapeso a esos molinos de viento de brazos gigantes, con quienes no queda más que entrar en fiera y desigual batalla.
Nos vemos en la semana en el jardín Constitución, y nos echamos un pan.
Muy interesante
Muy interesante y sabroso