Por: Jesús D. Medina García | Simpatía por el débil
Autlán de Navarro, Jalisco. 11 de septiembre de 2022. (Letra Fría) Sin cantar victoria pues “nunca hay ni derrotas terminales ni victorias totales” (eso se lo escuché a Carlos Salinas de Gortari, cuando se andaba peleando con no sé quién), parece que lo más difícil de la pandemia ha pasado.
El virus encontró en este siglo XXI muchos avances tecnológicos y gente honesta, con valores, comprometida, instituciones funcionales. Pero también encontró malos sistemas de salud, delincuencia e inseguridad al por mayor, modelos y modalidades educativas anacrónicas, se habían menospreciado las ventajas de la comunicación en línea y se complicó porque se tuvo que improvisar, le llamaron disrupción para que no se oyera tan feo. Vimos culturas con malas prácticas, ciudadanos con malos hábitos sociales, corrupción y un medio ambiente más alterado.
Recuerdo que se manejaron varias teorías sobre los posibles impactos de la pandemia.
Tal vez uno de los debates que mayor interés causó fue el que sostuvieron el esloveno Zizek y el coreano-alemán Byung-Chul-Han. Aquí sus principales ideas:
Slavoj Zizek
- La pandemia ha dado un golpe mortal al capitalismo.
- Se acerca una era de colaboración global que pueda controlar y regular la economía.
- El virus derribará el populismo nacionalista y fomentará la cooperación mundial.
- La globalización del mercado destruyó la capacidad de los países para fabricar respiradores y mascarillas.
- La solidaridad y la colaboración global no son un idealismo, sino un acto racional, que es lo único que puede salvarnos
Para el filósofo y sociólogo esloveno Zizek, “estamos en un momento de crisis global donde la humanidad no volverá a ser la misma como sucedió después de la Revolución Industrial o de la Segunda Guerra Mundial. Estamos ante una guerra contra un virus que cambiará al capitalismo, se propagará y con suerte nos infectará: (esperemos sea) el virus de pensar en una sociedad alternativa, una sociedad más allá de las naciones …una sociedad que se actualiza a sí misma en las formas de solidaridad global.
Byung-Chul-Han
- Tras la pandemia el capitalismo continuará con más fuerza.
- Viene una era de regímenes autoritarios. Mayor vigilancia digital y control policiaco de parte del Estado.
- El virus nos individualiza, nos aísla.
- El virus no genera ningún sentimiento colectivo fuerte, cada uno se preocupa de su propia supervivencia.
- El capitalismo no colapsará por un virus, sino por una revolución humana
“gracias a su tradición cultural las naciones asiáticas tienen una mentalidad autoritaria, son más propensos a obedecer y confían en el Estado…apuestan fuertemente a la vigilancia digital, en el Big Data. En la batalla contra el virus se encuentran científicos en informática y macro modelos…cuentan con 200 millones de cámaras sofisticadas que cubren todos los espacios públicos. Al parecer el Big Data resulta más eficaz para combatir el virus que los absurdos cierres de fronteras que en estos momentos se hacen en otros países…” decía el coreano.
¿Quién ganó?, ¿Se vio la cooperación global?, ¿El virus nos individualizó, nos aisló?, El capitalismo no colapsará por un virus, sino por una revolución humana, ¿cierto? La solidaridad y la colaboración global no son un idealismo, sino un acto racional, que es lo único que puede salvarnos. ¿Será?
Sí hubo cooperación entre los científicos pues de no haber sido así no hubiesen tenido la vacuna en tiempo récord, pero después el control de las vacunas pasó a manos de los gobiernos y se politizó. Y salió lo racionalmente egoístas que somos. Actualmente los laboratorios más importantes que en un momento unieron esfuerzos ya están demandados y peleados entre sí. Money is money y el capitalismo se mueve con y por money, caiga quien caiga.
Y luego ese concepto de “regresar a la normalidad”, si la normalidad es la injusticia, posturas egoístas, rencores encapsulados, violencias, agresión y demás lindezas. ¿es a esa normalidad o realidad a la que regresé? Pero también regresé a poder abrazar a las personas, a las clases presenciales, a ir a sitios frecuentes, aunque algunos desaparecieron, a socializar con la manada.
Algunos filósofos piensan que se puede transformar la naturaleza, la realidad, la cultura en general, pues ojalá volviésemos a una nueva realidad, porque la que he conocido el amor, la generosidad, el respeto a los derechos humanos se ven rebasados por nuestro lado obscuro.
Hay que aprender de las lecciones que la historia nos muestra. Construyamos sociedades incluyentes, solidarias, productivas e innovadoras, porque siempre van a ver epidemias, nuevas bacterias, virus, crisis económicas, desastres naturales. Así lo demuestra la historia. Y si nosotros hemos contaminado el planeta, (Cambio Climático Cultural) nosotros podríamos revertir ese proceso.
La nueva realidad también incluye sorpresas, yo desconocía el poder de los pericos, sí de los periquillos. Resulta que en la colonia donde habito los vecinos crearon un grupo de WhatsApp, llegan mensajes muy variados, en esta semana llegó el siguiente:
Buen día. Solicito de su colaboración para encontrar el perico 🦜 de mi nieto, el día de ayer voló y ya no lo encontramos, ¡si llega a la casa de alguien favor de comunicarse conmigo! ¡Responde al nombre de Cota y no está acostumbrada a estar encerrada! Espero contar con su ayuda, muchas gracias.
Cota se escapó, pero no sabe andar en la calle, la extraña un niño, la abuelita pide ayuda. Cota no sabe estar encerrada. Bueno, pues si veo por ahí a Cota… ¿qué haría? Otra vecina escribió:
– salgan a la calle y háblenle por su nombre …sí hacen caso-. Pero nadie lo hizo.
Cuando llegué en la tarde a casa, observé a decenas de personas por las calles de la colonia silbando y gritando.
– Coootaaa, cotita…preciosa…Coootaaa. –
Llegó la noche y ahora ya eran fácil más de 100 personas, con lámparas, escaleras para subirse a los árboles, celulares, toda una cacería. -Vaya, pues sí que la nueva nueva realidad nos ha cambiado-, qué bien que la pandemia nos dejó un aprendizaje social: la solidaridad, la comprensión. Qué bien.
Sin embargo, resulta que yo no había visto los mensajes recientes de los dueños de Cota, el último decía:
- No soporto ver el dolor de mi nieto. Mil dólares de recompensa a quien devuelva a Cotta-
Money is money.