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Escenario prospectivo de la Inteligencia Artificial

Jesús Medina García nos habla sobre el escenario prospectivo de la Inteligencia Artificial en diferentes áreas: salud, seguridad, educación y economía.

Inteligencia Artificial. (Foto: Especial)

El autor nos habla sobre el escenario prospectivo de la Inteligencia Artificial en diferentes áreas: salud, seguridad, educación y economía.

Jesús Medina García | Simpatía por el débil

Autlán, Jalisco.- El pasado jueves 12 de octubre de 2023 se llevó a cabo bajo formato de modalidad a distancia el Conversatorio: Escenario prospectivo de la Inteligencia Artificial, organizado por GRANA, – Generation of Resources for Accreditation of Nations of America (Generación de Recursos para la Acreditación en las Naciones de América).

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Participaron como conferencistas los doctores especialistas Ramiro Jordán, la doctora Trilce Estrada y el doctor Manel Martínez-Ramon, la moderación estuvo a cargo de quien esto escribe. 

Se consideró que la inteligencia artificial está transformando rápidamente diversos aspectos de nuestra vida, desde el trabajo hasta la salud, la educación y más, de ahí la importancia de reunir a expertos en este foro, para analizar y debatir los posibles escenarios futuros del uso de la inteligencia artificial.

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Durante el conversatorio se hizo mención de las oportunidades que podrían surgir, ayudando a tomar decisiones informadas y prepararse adecuadamente, las implicaciones éticas relacionadas con la privacidad, la discriminación algorítmica, el sesgo de datos y otros aspectos importantes para garantizar que la inteligencia artificial se desarrolle de manera responsable.

El Dr. Donato Vallín González. Presidente de GRANA Internacional se refirió a la destacada trayectoria de los conferencistas, sobre el Dr Ramiro Jordan destacó los veinticinco años de experiencia creando y liderando organizaciones y actividades de educación STEM, I+D y emprendimiento en Iberoamérica y otras regiones del mundo. Líder en investigación internacional en educación en ingeniería.

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La doctora Trilce Estrada tiene como objetivo general de investigación es resolver problemas computacionales y de datos en ciencia, salud y educación, especialmente en escenarios donde los recursos y los profesionales capacitados son escasos. También participa activamente en la mejora de la participación de las mujeres en campos relacionados con la informática. Sus intereses académicos se relacionan al Análisis de grandes datos, al aprendizaje automático y a los sistemas distribuidos y las líneas de investigación son: El diseño de técnicas de aprendizaje automático escalables aplicadas a problemas científicos con uso intensivo de datos.

Por su parte el Dr. Manel Martinez-Ramon, sus intereses de investigación se encuentran en Machine Learning, donde ha colaborado en numerosos proyectos de investigación fundados en aplicaciones al procesamiento de señales, procesamiento multimedia y del habla, teoría de la decisión y estimación, neuroimagen y otros.

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Sus más de 70 comunicaciones y artículos de revistas revisados por pares están relacionados con las aplicaciones del aprendizaje automático en estas áreas de la ingeniería. Su investigación actual está relacionada con la radio cognitiva, las redes inteligentes y la neuroimagen.

Con la mayor libertad se inició una charla donde se abordaron los desafíos y oportunidades de la inteligencia artificial, así como a la identificación de soluciones innovadoras guiando la toma de decisiones políticas y regulatorias proporcionando información valiosa para la formulación de políticas y regulaciones relacionadas con la inteligencia artificial diseñando estrategias y marcos regulatorios que fomenten el desarrollo ético y responsable de la inteligencia artificial beneficiando a la sociedad en general.

Algunos de los comentarios serían que no estábamos preparados para la incursión de la IA de esta manera y con tal velocidad, por lo que urge regular sus usos y funciones, el Dr. Ramiro destacó que sería la digitalización de la información -hace ya algunas décadas- un factor importante para esta etapa que vivimos.

Esto fue secundaddo  por el Dr Manel al indicar que desde la década de los años cincuenta incursionó en estas modalidades aplicadas al área de la salud específicamente en aspectos de la neurociencia.

De igual manera mencionaron algunas de las problemáticas que han surgido como la reciente huelga en la industria de Hollywood, debido al reuso que las grandes corporaciones están haciendo de imágenes de algunos actores y el rol de los Chatpg entre los guionistas, quienes entre sus demandas pidieron “la triple C”, Consentimiento, Crédito y Compensación.

Finalmente, y en un ejercicio de prospectiva se comentó lo que para algunos especialistas son las profesiones que se vislumbran debido al uso de la tecnología 5.0, algunas de ellas serían:

Inteligencia Artificial: Los asistentes de salud

El aumento de la expectativa de vida y el envejecimiento de la población mundial harán que los trabajos que tienen que ver con el cuidado de la salud —incluyendo los consejeros médicos que nos ayudarán a interpretar los diagnósticos de las computadoras, las enfermeras, los psicólogos, los nutricionistas, los masajistas y los entrenadores físicos— sobrevivan a la automatización y sean cada vez más importantes.

A los trabajadores de la salud tradicionales se les agregarán varios otros que tendrán una formación interdisciplinaria, como los expertos en medicina robótica que se encargarán de manejar los robots cirujanos en los hospitales.

Los graduados en ingeniería médica que tendrán a su cargo la impresión de piel con impresoras 3D en cirugías reconstructivas a partir de las células de los pacientes, y los farmacéuticos expertos en robótica, que supervisarán la fabricación de medicamentos personalizados basados en la genética de cada persona.

Dentro de los asistentes de salud, los trabajos relacionados con la gente de edad avanzada serán los más requeridos.

Los analistas de datos, ingenieros de datos y programadores

Los datos serán el producto más valioso en los próximos años —el petróleo el siglo XXI, como ya los llaman muchos— y quienes se dediquen a su exploración y análisis tendrán trabajo asegurado.

Ya hoy todo tipo de industrias —desde bancos hasta restaurantes— están reclutando a la mayor cantidad de analistas e ingenieros de datos que puedan para identificar nuevos clientes y retener los que ya tienen.

El crecimiento de las clases medias de China, India y otros países emergentes resultará en un aumento de 1 000 millones de consumidores en el mundo para 2025, y un incremento de 50% en el gasto mundial en tecnología para 2030.

Eso significará mucho más trabajo para los analistas de datos.

Hasta las pequeñas empresas como los restaurantes deberán tener un jefe de datos que produzca perfiles de sus clientes —incluida su fecha de cumpleaños y sus platos preferidos— para hacer ofertas personalizadas o para explorar las redes sociales e identificar potenciales clientes por sus comidas o ambientes preferidos.

Los estudios de cine analizarán las redes sociales para ver si nos gustó una película y ofrecernos otras similares, o productos de mercadotecnia asociados con ellas. Y los analistas de datos también rastrearán las redes sociales para saber exactamente a qué hora del día estamos leyendo nuestro Twitter o Facebook, para poder enviarnos una publicidad personalizada precisamente en ese instante.

Antes, estos análisis de datos los hacían ingenieros o científicos con maestrías o doctorados que cobraban altos salarios.

Pero con el creciente uso de plataformas de minería de datos como Tableau.com o Domo.com, cada vez más gente con conocimientos básicos de computación podrá trabajar en la exploración de datos para todo tipo de empresas.

Muchos se dedicarán exclusivamente al análisis de tendencias en las redes sociales. Si en Facebook o Twitter corre el rumor de que mucha gente se está intoxicando después de comer tomates, los analistas de datos de los supermercados enviarán un memorándum a sus jefes pidiendo que saquen los tomates de los escaparates más visibles, y que eviten el color rojo en sus avisos publicitarios durante los próximos seis meses.

Los jefes de datos serán, y en muchos casos ya son, los principales asesores de los presidentes de empresas. 

Los policías digitales; Inteligencia Artificial

A medida que la economía se traslada al mundo digital, hará falta proteger cada vez más a las empresas contra los ataques cibernéticos.

Así como cualquier empresa tiene un policía en la puerta, cualquier negocio deberá tener un policía digital, o muchos, para que sus datos no sean robados por algún adolescente travieso, un grupo de ciberespionaje profesional ruso, los gobiernos de FBI y la NSA a personas allegadas al gobierno de Rusia, que luego le pasaron los datos a WikiLeaks— desestabilizó las elecciones del país más poderoso del mundo y ayudó a elegir al presidente Trump.

Para los ladrones, el botín ya no está en los bancos de ladrillo, sino en los bancos de datos. “La escasez de mano de obra calificada en ciberseguridad es peor de lo que sugieren las estadísticas. El desempleo en ciberseguridad ha caído a 0%”, afirma Steve Morgan, director de la revista Cybersecurity Marquet Report. 

Los asesores de ventas

Gracias a la mayor productividad y el crecimiento de las clases medias, el consumo mundial aumentará 23 trillones de dólares entre 2015 y 2030, según el McKinsey Global Institute. 

Y a medida que las tiendas físicas sean reemplazadas por el comercio en línea, harán falta especialistas que puedan asesorar al público sobre las cualidades y el precio de cada producto. Los asesores de ventas reemplazarán a lo que hoy llamamos vendedores.

En algunos casos se llamarán especialistas o genios, como ya se autodenominan quienes atienden al público en las tiendas de Apple, y nos ayudarán a navegar por la creciente cantidad de productos a nuestra disposición.

Las personas que realicen esta labor deberán tener una mayor preparación académica y mejores dotes de comunicación que muchos de los actuales vendedores. Su misión será, más que vender un producto lo antes posible, la de educar a los consumidores y crear relaciones de confianza para ganar su lealtad a largo plazo. Uno de sus principales requisitos laborales será saber sonreír y contagiar el buen humor, algo que los humanos seguirán haciendo mucho mejor que los robots.

Los cuidadores y programadores de robots

Las ventas de robots industriales a escala mundial se quintuplicarán de 253 000 unidades vendidas en 2015 a casi 1.3 millones de unidades en 2025, lo cual requerirá muchos ingenieros y mecánicos para darles apoyo técnico. 

Harán falta desde ingenieros en robótica para aceitarlos hasta programadores para actualizar su software.

Lo mismo ocurrirá con los asistentes virtuales y otras máquinas inteligentes. Los asistentes virtuales como Alexa o Cortana necesitarán responder preguntas cada vez más complejas, para lo cual necesitarán ser alimentados con respuestas.

Alexa podrá leer millones de noticias en cuestión de segundos e informarnos —a partir de los datos disponibles—cómo ha votado el Congreso de Estados Unidos, pero necesitará ayuda humana para responder preguntas sobre las que no hay nada escrito.

Por ejemplo, no podrá saber cuáles son los nuevos proyectos de ley que están considerando los legisladores y que aún no han salido a la luz.

Para eso, resultará indispensable un ser humano que haga un llamado telefónico y alimente al asistente virtual con la información que logre recabar.

Los autos que se manejan solos requerirán humanos para alimentar sus algoritmos con factores imprevistos y excepciones a las reglas, como cuando hay un desvío en una ruta para hacer reparaciones, o cuando la neblina nubla la visión de los sensores del automóvil.

Los robots serán cada vez más sofisticados, pero seguirán necesitando asesoramiento humano.

Entre los trabajos técnicos que más se desarrollarán en el futuro estarán los de los inspectores y mecánicos del internet de las cosas, el sistema por el cual los aparatos estarán conectados entre sí. En un futuro no muy lejano, ya no necesitaremos un pasaje de avión —ni quizás un pasaporte— para viajar: sensores biométricos leerán los datos de nuestros rostros y los cotejarán con nuestras huellas digitales.

Un mundo en el que casi todas las cosas estarán interconectadas necesitará gente para instalar sensores, darles mantenimiento, integrarlos entre sí e inspeccionarlos para asegurarnos de que no habrá desperfectos que puedan generar situaciones caóticas o hasta peligrosas.

Así como hoy el mantenimiento de los aviones es una cuestión de vida o muerte, también lo será la manutención de los sensores en la infraestructura de las ciudades: nadie querrá correr el riesgo de que un sensor roto en una autopista les dé una señal equivocada a los autos que se manejan solos y los dirija a un precipicio. 

 Los profesores y maestros

Con la creciente automatización de los empleos, harán falta cada vez más profesores y maestros para educar a la gente a manejar los robots y realizar tareas cada vez más sofisticadas.

Habrá dos tipos de empleos: aquellos en que los robots supervisarán a los humanos y aquellos en que los humanos supervisarán a los robots. Y estos últimos serán los mejor remunerados y los que requerirán mayor educación.

El viejo esquema en el que uno estudiaba de joven y aplicaba lo que había aprendido durante el resto de su vida se ha vuelto obsoleto. Lo que estudiamos en la universidad hace 10, 20 o 30 años ya es algo prehistórico en la mayoría de nuestros trabajos.

Tendremos que estudiar de por vida, en periodos intermitentes, para actualizarnos y reinventarnos según los requerimientos del mercado laboral.

Quienes no estudien o no sigan estudiando se quedarán cada vez más atrás.

Aunque robots tutores como el Profesor Einstein reemplacen a muchos docentes, harán falta maestros escolares y prescolares para ayudar a los niños a encontrar su vocación y enseñarles habilidades blandas, como la ética, la empatía, el trabajo en equipo, la persistencia y la tolerancia al fracaso.

Y harán falta profesores universitarios para atender las necesidades de educación de por vida para cientos de millones de personas.

Los robots y las tabletas van a reemplazar muchas de las funciones de transmisión de conocimientos que hoy cumplen los maestros, pero no van a poder ser tan efectivos como los humanos para fomentar la curiosidad de los niños y para mantener permanentemente actualizados y motivados a los adultos.

Los artistas, deportistas y creadores de entretenimiento

A medida que el promedio de la gente está trabajando menos horas y tiene cada vez más trabajos temporales y flexibles, habrá más tiempo para el ocio y más necesidad de contratar trabajadores en industrias creativas como el cine —ya sea en pantallas o en visores de realidad virtual—, la música, el arte y la literatura.

El acortamiento de la semana laboral que ya estamos viendo en países como Holanda generará una mayor demanda de contenido para entretener a la población. El auge de las series de televisión de Netflix, HBO y Amazon ya es prueba de este fenómeno.

Los consejeros espirituales en la Inteligencia Artificial

Los sacerdotes, imanes y rabinos tendrán su trabajo asegurado durante mucho tiempo, así como todos los demás guías espirituales.

Como ya ha ocurrido desde hace varios años, la disgregación de las familias y la creciente soledad de la gente en la era de las comunicaciones digitales están generando una mayor necesidad de contratar gurúes espirituales para que le encontremos un sentido a nuestra vida.

Y será muy difícil que los robots o los algoritmos, por más que tengan casi todas las respuestas disponibles, puedan reemplazar el toque personal y la calidez de un guía espiritual. Los retiros espirituales y los cursos de mindfulness se multiplicarán. Y quienes los dirijan no serán asistentes virtuales, sino personas verdaderas, en muchos casos invocando sabidurías milenarias.

Algunas de estas consideraciones podrían caer en el campo de la especulación tal vez, pero las tendencias van por ahí.

Desde luego hay que considerar las brechas socioeconómicas, culturales y de otra naturaleza que propician en ocasiones mayores desigualdades, aunque también un abanico de posibilidades pues finalmente la IA no deja de ser una herramienta la cual puede ser usada ara destruír o construír, como lo registra la dualidad humana en diversos momentos de su devenir histórico.

Historiador y escritor. Ha publicado en diversas revistas, medios y modalidades. Es profesor investigador titular de la Universidad de Guadalajara.

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