Por: Jesús D. Medina García | Simpatía por débil
Autlán de Navarro, Jalisco. 05 febrero 2023. (Letra Fría) Sabemos que por estos días visita estas tierras el llamado Cometa Verde. Hace aproximadamente 50 mil años que no pasaba por aquí. La última vez vio un planeta azul de lejos, con amplias zonas verdes.
Acá , el hombre de la prehistoria, en la búsqueda de su seguridad hizo cuevas o construyó chozas de arcilla y transformo a la naturaleza.
Hay hallazgos arqueológicos en cuevas y tumbas pertenecientes al Paleolítico Superior europeo identificados como instrumentos musicales: sonajas de conchas, rascadores, silbatos, flautas y bramaderas en hueso.
Si el cometa hablara podría decir: desde acá me acerco a la vía láctea, al sistema solar, al tercer planeta que gira en torno a su estrella llamada sol, veo un continente que llamaron América, en él, un país que se llama México, un estado que se llama Jalisco, una pequeña ciudad que se llama Autlán y escucho los latidos de tu corazón.
En el último paseo que di por aquí no vivían tantos individuos de esa especie autodenominada “ Homo Sapiens”: hombres sabios.
No tenían tanto poder, no se habían apropiado de ese planeta, convivían en cuevas, hacía mucho frío, aunque eran muy agresivos y tramposos. Pero también solían ser creativos y amorosos.
En esas cuevas pasaba de todo, cantaban, bailaban, pintaban, se apareaban, contaban historias, se odiaban, se amaban, se morían.
Esos sapiens son predecibles como especie e impredecibles como individuos. Viven en la dualidad.
Siempre están en movimiento, como yo. Aunque su llama se extinga en una partícula de segundo.
Están en peligro de extinción y no lo saben. No creo que estén en mi próxima visita. Si siguen igual, seguro no estarán. Así es esto.