Por: Lourdes Cano Vázquez
Autlán de Navarro, Jalisco. 30 de diciembre del 2020. (Letra Fría).-El 2020 será recordado por todos probablemente como el más extraño de su vida, para muchos será quizás el peor, para otros más como yo, habrá sido un año lleno de pruebas duras y lecciones aprendidas, sin duda es un año que marcó a gran parte de nosotros.
Estamos a un par de días de poder decir que hemos sobrevivido al año de la catástrofe que arrastró a familias completas, que encerró a países enteros, que cerró fronteras y que finalmente nos ha llevado a una nueva forma de vivir a la que ya nos hemos acostumbrado sin darnos cuenta, porque podríamos no regresar a la casa si olvidamos el celular, pero definitivamente no podemos olvidar el cubrebocas.
Es el año en que finalmente nos descubrimos vulnerables como especie y vimos a la muerte más cerca que nunca, pero también la desafiamos. No fue un año fácil para muchos de nosotros que perdimos a un ser querido, que vimos muchos planes truncados o perdidos; también cuando millones de personas perdieron todo sin poder hacer nada más que mirar mientras sucedía.
Terminar un ciclo y empezar otro literalmente de un día para otro es prácticamente imposible, pero así es con los años, al menos en un espejismo temporal que nos hemos impuesto y donde pensamos que todo cambiará solo porque el calendario es nuevo; sin embargo este 2020 tan particularmente complejo, nos mostrará los efectos de sus heridas por mucho tiempo más.
Pero una vacuna llegó para combatir al virus que ha matado a millones por el mundo y nos trae un poco de esperanza en que podremos volver a lo que solíamos ser, retomar nuestra vida cotidiana sin sentir que existe una amenaza que puede matarte en cualquier momento; ojalá pronto lleguemos al punto en donde todo lo que hoy vivimos sea un recuerdo.
El texto de hoy no es solo para echar una mirada atrás y reflexionar sobre lo que este año nos ha dejado; es también para mí una despedida; no se si definitiva, pero si necesaria por ahora. Este 2020 me trajo pruebas muy difíciles y me enseñó una vez más que tan fuerte puedo ser, pero también me hizo ver que es momento de parar un poco y dedicar tiempo a sanar todo lo necesario.
Es de esta manera que les platico que esta es la última realidad alterna, que paradójicamente se va junto con el 2020 un año que parece precisamente venido de un cuento de ciencia ficción.
Estoy profundamente agradecida con Letra Fría y feliz de haber visto crecer éste proyecto en donde colaboré por 7 años en los que vi un sueño cumplido, y donde espero al menos haber logrado dejar algún mensaje o reflexión en tan sólo una de todas las personas que hicieron el favor y se tomaron un momento para leerme sin importar si estaban de acuerdo o no conmigo.
El agradecimiento más especial de todos va para Carmen Aggi Cabrera, que a pesar de no conocerme, aceptó darme una oportunidad que por años nadie me dio, y dedicarle a ella éste mi último texto de realidad alterna por la admiración que tengo de ver en ella a una mujer que ha luchado tanto por sacar adelante su proyecto a pesar de las dificultades y los miedos; espero de todo corazón que Letra Fría crezca más cada día porque Carmen y todos quienes lo hacen posible se merecen cada éxito cosechado y los que vengan.
No me queda más que desear a todos un año 2021 cargado de esperanzas y deseando fuertemente que sea mucho mejor que éste 2020 que finalmente nos deja. Un gran abrazo a todos.