Este martes, Lulú Cano señala la evasiva del gobierno federal al someter a consulta popular los juicios por actos de corrupción, a propósito de la retención de Gerardo García Luna en Estados Unidos.
Por: Lourdes Cano Vázquez
Autlán de Navarro, Jalisco. 26 de mayo de 2020. (Letra Fría) La justicia no es un tema que deba someterse a la consulta popular, es parte fundamental de un Estado de Derecho y no un factor de consideración. Es por eso que, si alguien cometió actos de corrupción y crímenes en el pasado, sacando provecho de sus puestos de privilegio, entonces no hay duda que debe de ser llevado a juicio.
Pero el presidente López Obrador ha declarado en más de una ocasión que lo suyo no son las venganzas políticas y que si el pueblo así lo decide, tanto Felipe Calderón como Peña serán investigados, y de resultar culpables por corrupción, condenados.
¿Perdón? ¿Si el pueblo quiere? Parte de la campaña que llevó a López Obrador a la presidencia fue precisamente pregonar el encarcelamiento de los corruptos del pasado, «barrer las escaleras de arriba para abajo», pero hasta el momento no ha sido el gobierno federal quien haya tomado la iniciativa para llevar a esos peces gordos ante las autoridades.
Genaro García Luna, antiguo Secretario de Seguridad Pública, está detenido en Nueva York ni más ni menos que ante el juez que le ha dado cadena perpetua al Chapo Guzmán, por lo que evidentemente no está ahí por suposiciones. Es quizás muy ingenuo creer que Calderón no sabía nada sobre los nexos de su zar antidrogas con los narcos, pero habría que ser muy idiota como para aceptar que lo sabía, lógicamente lo negará hasta el cansancio.
Pero el gobierno mexicano no movió un solo dedo para poner a García Luna donde está, se han querido colgar el triunfo ajeno declarando que siempre lo han sabido, y a pesar de eso no hicieron nada. Hoy, el propio presidente dijo que hasta el momento no hay elementos que impliquen a Calderón con García Luna, lo cual quiere decir que de parte de ellos jamás se ha investigado el caso.
La justicia no es un capricho ciudadano, se ejerce como parte de un entramado democrático; si efectivamente, Calderón, Peña, García Luna, Juan Collado, Emilio Lozoya y todos los de su clase son corruptos y se les demuestra, no hay que esperar a que esa masa amorfa que es el pueblo decida, ese pueblo es el mismo que niega la existencia de un virus y después clama atención médica en hospitales colapsados. No hay nada que consultar, hay que actuar.
LL/LL
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