Por: Perimetral | Alianza de Medios
Capítulo I: Venganza por elegir el no más
Guadalajara, Jalisco. 17 de junio de 2022. (Letra Fría) ¿Cuántas veces hemos escuchado que la familia es la base de la sociedad? Pero de qué modelos de convivencia se sostiene la sociedad si las familias son núcleo de riesgo hasta llegar a la violencia vicaria, la expresión más cruel del pacto patriarcal.
Mucho antes de que la cuarta ola feminista se colocara en las conversaciones cotidianas, el espacio doméstico históricamente recargado en las espaldas de lo femenino ya estaba al límite, quebrado.
Pues el papel reservado a las mujeres para cumplir el rol “de lo que acontece afuera” como llama Maritza Duarte Alcantara en su tesis Resignificación de la paternidad: experiencias de crianza y cuidado de padres íntimos, de cliché y práctica cultural, brincó a emergencia nacional.
¡Ser buena mamá!, la mejor esposa y ejemplar cocinera siete días a la semana…o la empleada doméstica sin paga y amante prístina, son los roles de las madres que de incumplirlos, resultan juzgadas familiar, social y jurídicamente hasta arremeter con las hijas e hijos.
No cumplir la expectativa impuesta ha multiplicado un tipo de violencia que tipifica a las madres como las peores del mundo.
El encargado por el patriarcado de “corregir” a esas madres, es la pareja o el padre y la violencia vicaria es una forma de hacerlo.
Violencia vicaria es la que cuyo destino tiene un sólo género: las madres que son separadas de sus hijas e hijos por las ex parejas criminalizándolas; la violencia vicaria es desaparecer a los menores, corrupción judicial, parricidio y puede culminar en el feminicidio.
En Perimetral entrevistamos a seis mujeres sobre casos de violencia vicaria, para explicar lo que implica a una madre, defenderse de la crítica social, la violencia de pareja, el sistema judicial en pacto patriarcal y lo que atraviesan hasta rescatar a sus crías convertidas en botín.