Parte 1
Las disputas
Por: Mtro. Juan Luis Garay Puente
Autlán de Navarro, Jalisco. 22 de marzo de 2022. (Letra Fría) A lo largo de la historia de las civilizaciones humanas, la existencia de grupos que se disputan la posibilidad de imponer una hegemonía que les permita guiar, coordinar o dominar a las masas que conforman las sociedades, son tan reales y hasta necesarios, que ni los mismos soñadores o promotores de la paz y la fraternidad pudieran negar su existencia.
En el México de ayer y hoy, la presencia de estas agrupaciones y sus constantes disputas, son las que le han dado sabor a los acontecimientos que se narran en la historia -y a los que gustamos de conocerla-, nos emocionan, no por morbo, sino porque el aprendizaje que adquirimos al estar en contacto con ella, nos permite construir en el interior una identidad que nos da los elementos para seguir formando parte de estas entretenidas discrepancias que estarán presentes hasta en tanto los seres humanos sigamos existiendo como especie.
En el México actual, esas discordancias se han potenciado a tal grado que no sólo participan quienes están en primera línea, sea cual sea el bando en el que deciden incursionar, sino que el desarrollo tecnológico referenciado, en las bien llamadas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) han permitido a quienes pueden o así lo desean, estar enterados y en constante participación del acontecer diario, dentro del interesante mundo que representa la política en cualquiera de sus niveles.
Esta participación tan amplia de los distintos sectores sociales hace cada vez más rico y entretenido el quehacer político, pues se han ido opacando aquellas intervenciones comunes y aburridas de los actores de siempre y se divulgan con mayor frecuencia los conceptos, las frases, los pensamientos e incluso, las reflexiones de quienes desde la comodidad de su estancia han ido formando un criterio propio o inducido (no importa el origen), pero que sin duda, ayuda al despertar de las conciencias y a que el dominio que se desplegaba por uno u otro grupo sobre los pueblos les sea cada vez complicado ejercerlo. Todo gracias a que la información es tan basta y casi todos la tenemos ya al alcance de la mano. Pero cuidado, la misma historia nos ha enseñado que no debemos considerar como impolutas las acciones o sucesos generados por las personas por más bondadosas que pudieran parecer. Todo esto, debido a la fragilidad de nuestra conciencia y a la poca empatía o tolerancia que se tiene contra aquellos que no piensan como nosotros estamos pensando.
La aseveración señalada al cierre del párrafo anterior es cada vez más evidente entre nosotros, pues las reyertas por el quehacer político se han potenciado a tal grado que, en nuestro país ya se habla de una polarización generalizada en la que la existencia de bandos se ha ido reduciendo a solo dos (conservadores o liberales, Fifís o Chairos, derecha o izquierda) y es tan atractiva esa disputa, que hasta los que se consideran apolíticos empiezan no solo a opinar, sino a tomar partido, ya sea por interés, por no quedarse fuera de la escena o simplemente porque el término apolítico es sólo un eslogan que no tiene bases que lo puedan sostener.
Por lo pronto, les garantizo que en las próximas entregas será muy entretenido y enriquecedor intercambiar opiniones a partir de las columnas que presente, pues abordaré en la mayor de las medidas los hechos y versiones que en los últimos cinco años han colocado a la política en la visión general, desatando una andanada de cotejos entre los partidarios de los grupos señalados y que van desde lo cómico, lo ríspido y lo frívolo, pero también hasta profundas reflexiones, tan solo por una etapa que vive México y que la ha denominado quien la impulsa como La Cuarta Transformación.
En fin, espero que la oportunidad que hoy me brinda Letra Fría y por la cual estaré infinitamente agradecido al permitirme compartir con usted amable lector, la opinión o visión que tengo de este campo, siga incrementando la participación todos; pues queramos o no queramos, nos guste o no nos guste; gracias a la política y a las instituciones que se generan en ella, es que podemos afirmar que la evolución y revolución de las civilizaciones nos ha permitido llegar a los tiempos que estamos viviendo y colocar a los humanos como la especie superior que ha pisado y vivido en este planeta.
MA/MA
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