La Diócesis de Autlán se fundó el 28 de enero de 1961, su llegada impacto a social, antropológico y urbanístico. Hoy en día, su historia es imprescindible para los autlenses y los otros 17 municipios del suroeste de Jalisco que la integran.
Por: Esther Armenta
Autlán de Navarro, Jalisco. 28 de enero del 2021. (Letra Fría).- La Diócesis de Autlán cumple 60 años de existencia. Fue el 28 de enero de 1961, mediante la bula Christi fidelium utilitati, que el Papa Juan XXIII, decretó la fundación de la diócesis de Autlán.
Integrada por 18 municipios del suroeste de Jalisco, fue la primera sede episcopal al interior de Jalisco, la primera en llegar al estado fue la de Guadalajara, por lo que su relevancia social e histórica es imprescindible para los autlenses y la región, según indicó el cronista municipal de El Limón, Gabriel de la Asunción Michel Padilla, quien contó a Letra Fría el contexto en que sucedió la creación de la institución religiosa.
“La fundación de la Diócesis de Autlán, que es la primera en Jalisco después de la de Guadalajara, representa prácticamente un triunfo para la iglesia, volver a fortalecerse, instituirse, recrearse en una región costera como es la diócesis de Autlán”, dijo.
La llegada de la Diócesis sucedió 30 años después del conflicto religioso conocido como “La Guerra Cristera” que enfrentó a la iglesia con el gobierno a consecuencia de la Ley Calles, tenía de objetivo reglamentar las funciones pastorales de la iglesia.
Con el establecimiento de la sede episcopal, Autlán y la región cobraron relevancia a nivel social, antropológico y hasta urbanístico, según indicó Michel Padilla, quien argumentó que la importancia territorial a raíz de este hecho, fue tal, que mejoró la atención pastoral, crecieron las construcciones religiosas y llegaron las universidades al municipio.
“Cuando una ciudad se vuelve sede episcopal, tiene importancia sociológica, religiosa, antropológica e inclusive hasta urbanística porque al fundarse una catedral, al crearse una catedral que es un edificio emblemático para las ciudades grandes, hay como lo que llaman los antropólogos “Boccacio Ampunto” un atractivo hacia ese mismo lugar, la historia nos está dando la razón”, explicó.
Con seis décadas vividas, el también historia, considera que la estructura necesita un cambio al interior de la comunidad diocesana, además, cree que falta de compromiso de la iglesia, en la lucha contra la desigualdad social y a la que define como “una institución que se ha divorciado del pueblo”.
“Hay que celebrar la constancia de la institución, su crecimiento en todos los sentidos, sobre todo urbanístico, claro que a mí me gustaría que ya entrara en una nueva dinámica de compromiso con la sociedad, una iglesia más franciscana, por el nuevo papa que está poniendo muestra de compromiso con la austeridad, con la ecología, está diciéndoles a las iglesias del mundo que deben tener un compromiso con la limpieza del planeta”, destacó.