La educación es elemental para lograr reducir las brechas de desigualdad que prevalecen en la sociedad, principalmente entre mujeres y hombres.
Por: Veiruth Gama Soria
Autlán de Navarro, Jalisco. 02 de mayo de 2022. (Letra Fría) La igualdad de género se ha convertido en un tema prioritario de la agenda de los diferentes niveles de gobierno, pues garantiza el ejercicio de los derechos humanos y el desarrollo de una sociedad con igualdad de oportunidades, por ello, es importante que este tema tenga como base la educación, en donde los programas educativos en todos los niveles incluyan un enfoque con perspectiva de género, tal y como lo señala Solís A., la enseñanza en la escuela es un medio importante para superar los estereotipos de género en México.
Los derechos humanos son inherentes a todas las personas teniendo como características la universalidad, son irrenunciables, integrales, interdependientes e indivisibles y jurídicamente exigibles.
La discriminación contra las mujeres ha sido la constante en la historia de la humanidad, por lo que, en consecuencia, los derechos de la mujer tienen un papel muy importante, buscando su participación en condiciones de igualdad y la erradicación de la discriminación y todo tipo de violencia.
La educación para la igualdad sustantiva entre mujeres y hombres, aborda diferentes tópicos principalmente el de la cultura, pues asigna roles y valores a los hombres y mujeres. El género ha sido construido desde esta perspectiva, por lo tanto, se puede deconstruir. Virginia Woolf señala esta cultura de patriarcado, “durante todos estos siglos, las mujeres han sido espejos dotados del mágico y delicioso poder de reflejar una silueta del hombre de tamaño doble del natural”, situación que se refleja actualmente en la familia, escuela, trabajo y en la sociedad.
El género tiene diferentes acepciones asociadas a ser hombres o ser mujer, construidas por la sociedad. De acuerdo a la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia (CONAVIM) “el género se refiere a los atributos sociales y las oportunidades asociadas a ser hombre o mujer, y las relaciones entre mujeres y hombres, niñas y niños.” Este tipo de acepciones generan los estereotipos sociales, asignando papeles específicos para las personas con base a su sexo. Para ello, es necesario diferenciar las palabras sexo y género. CONAVIM define “sexo a las características biológicas y fisiológicas que definen Cultural hombre y a la mujer, el género determina lo que se espera, se permite y se valora en una mujer o un hombre en un contexto determinado”, lo que deja explícito la intervención de la sociedad para determinar los valores que se asignan tanto a la mujer como al hombre.
La agenda a nivel mundial establece que la igualdad de género no sólo busca garantizar el acceso de niños y niñas, hombres y mujeres a la educación, sino que adquieran a través de la educación las mismas competencias.
El trabajo para lograr una educación con perspectiva de género y el ejercicio de una sociedad con igualdad sustantiva entre mujeres y hombres requiere de una planeación estratégica desde la educación.
Fuentes:
Woolf, V. (2008). Una habitación propia. Barcelona: Seix Barral S.A.
MA/MA